El Prado busca una soluci¨®n al tr¨¢fico de El Bosco
El museo reforma la sala donde exhibe las joyas del pintor flamenco, en busca de mayor accesibilidad y flujo de los miles de visitantes que se arremolinan frente a ¡®El jard¨ªn de las delicias¡¯
Para descubrir a ese demonio que sostiene el espejo en el que se mira la dama mientras se viste hay que acercarse mucho a la escena de la soberbia, en la Mesa de los pecados capitales que pint¨® El Bosco entre 1505 y 1510. La vemos de espaldas, se ha olvidado de dios y se regodea en su propia imagen, alentada por ese ser con aspecto perruno que disfruta del ensimismamiento de su v¨ªctima. El pintor holand¨¦s que hizo todo lo posible por demostrar que las pasiones hab¨ªan cegado a la humanidad requiere de tiempo y proximidad, ?es posible esto en una sala muy transitada?
El Museo del Prado busca una soluci¨®n a esta pregunta: acaba de dise?ar nuevos soportes para las obras del artista que m¨¢s atenci¨®n recibe. Es un paso atr¨¢s a los creados en 2016 para la exposici¨®n temporal: la direcci¨®n ha entendido que son demasiado voluminosos como para facilitar un flujo sin atascos ante El jard¨ªn de las delicias, que vuelve a estar pegado a la pared y protegido por catenaria. Aquellos dispositivos en forma de ba?era construidos para la temporal fueron asumidos por la permanente, pero no han dado buen resultado. ¡°La intenci¨®n era separar la obra del p¨²blico y ahora vemos que tenemos un problema con ellos: son unos vol¨²menes tan grandes que entorpecen la visita¡±, explica Karina Marotta, coordinadora del ¨¢rea de conservaci¨®n de la instituci¨®n.
Los nuevos, asegura la responsable, son m¨¢s ligeros. ¡°Pero son pruebas. Debemos seguir probando y buscando, porque no hay una soluci¨®n ideal para estas salas con tanta masa de gente¡±, a?ade ante la congesti¨®n. Las aglomeraciones no suceden as¨ª delante de?Las meninas porque se muestra en un espacio mucho m¨¢s amplio. De hecho, en las audiogu¨ªas, las explicaciones de El Bosco tienen una duraci¨®n de cuatro minutos y medio, y la pintura de Vel¨¢zquez, la mitad.
El cambio m¨¢s llamativo ser¨¢ la instalaci¨®n de pantallas sobre las que se van a proyectar detalles de las pinturas
El cambio m¨¢s llamativo ser¨¢ la instalaci¨®n de pantallas sobre las que se van a proyectar detalles de las pinturas. ¡°Quiz¨¢ ayuden como recurso para disfrutar de una sala complicada y unas obras complicadas, ante las que se acumula gente durante mucho tiempo. El Bosco es atractivo hasta para los adolescentes¡±, dice Marotta. La alternativa de las pantallas pretende descongestionar el tr¨¢fico ante los cuadros, en ning¨²n caso sustituir la contemplaci¨®n de la obra. Lo llaman ¡°recurso de apoyo¡±.
El cambio de dise?o coincide con un aumento de visitas este enero del 16,2% respecto del a?o anterior, con los fastos del bicentenario. La cifra de 249.650 personas no hab¨ªa sido registrada hasta ahora en el primer mes del a?o, que deja la accesibilidad a un paso de la masificaci¨®n. El Prado es consciente de que perderse en los detalles de una pintura inabarcable como la de El Bosco, repleta de escenas min¨²sculas, es muy dif¨ªcil rodeado de otras personas que quieren lo mismo. Es un r¨ªo constante de curiosidad.
La visita sostenible
¡°Volvemos a modelos m¨¢s sociales de la recepci¨®n est¨¦tica, propios del siglo XVIII. Pierde peso la contemplaci¨®n individual y gana la interacci¨®n con otros: ya sea para compartir la experiencia (a trav¨¦s de redes sociales, y quiz¨¢ ya no conversando en sala), ya sea para informarse a trav¨¦s de escritos de expertos (hoy quiz¨¢ apps, en vez de cat¨¢logos y hojas de sala). No tiene por qu¨¦ haber nada malo en estos cambios en la experiencia del visitante¡±, explican Jaime Cuenca y Fernando Bay¨®n, investigadores del ocio de la Universidad de Deusto.
Volvemos a modelos m¨¢s sociales de la recepci¨®n est¨¦tica: pierde peso la contemplaci¨®n individual y gana la interacci¨®n con otros Jaime Cuenca y Fernando Bay¨®n
Para Antoni Laporte, de ARTImetr¨ªa, la masificaci¨®n es un fen¨®meno que solo se da en grandes museos, el resto pasan desapercibidos. Es importante controlar el volumen de visitas, dice, porque es un primer indicador de la respuesta social, aunque no el ¨²nico. ¡°El museo debe hacer esfuerzos por incrementar sus p¨²blicos y por mejorar a?o a a?o el valor que otorgan a la experiencia de su visita¡±, sostiene el experto en gesti¨®n y pol¨ªticas culturales. Para evitar situaciones de saturaci¨®n de salas propone espacios contiguos, con im¨¢genes audiovisuales de interpretaciones pormenorizadas. Coincide con Sara Bono Perucho, experta en gesti¨®n del patrimonio cultural: ¡°Con los contenidos audiovisuales el visitante puede disfrutar con otros sentidos la obra de El Bosco, de forma diferente y es la distracci¨®n perfecta para que los usuarios no permanezcan tanto tiempo delante de la obra expuesta y experimenten con el arte de forma m¨¢s interactiva¡±.
Los especialistas consultados creen que se debe ser m¨¢s estricto con la capacidad de carga en las salas de las obras maestras. De hecho, el Prado no tiene establecido un aforo en El Bosco. Cuenca y Bay¨®n proponen crear nuevas lecturas de las colecciones para crear un relato propio: ¡°Quiz¨¢ as¨ª estas ¡°obras maestras¡± dejar¨ªan de ser el centro ¨²nico de sus colecciones y saldr¨ªamos de m¨¢s de un atolladero¡±. Por eso reclaman una mirada m¨¢s autocr¨ªtica de los grandes museos sobre la construcci¨®n de sus propias colecciones, para acabar con la ¡°fetichizaci¨®n¡± que imposibilita el di¨¢logo productivo con las obras de arte.
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