Enamorados hasta las trancas

Tras una ¨®pera prima rotunda, Jeanne y el chico formidable (1996), donde el dolor del amor y de la amistad empezaba ya a conformar una carrera asentada en la naturaleza del cl¨ªmax de la pasi¨®n, y una serie de cinco desiguales pel¨ªculas en la primera d¨¦cada de este siglo, la pareja de directores franceses formada por Olivier Ducastel y Jacques Martineau confirm¨® por fin su valeroso talento con una obra espl¨¦ndida: Theo y Hugo, Par¨ªs 5:59 (2015), atrevid¨ªsimo trabajo que se iniciaba con ...

Tras una ¨®pera prima rotunda, Jeanne y el chico formidable (1996), donde el dolor del amor y de la amistad empezaba ya a conformar una carrera asentada en la naturaleza del cl¨ªmax de la pasi¨®n, y una serie de cinco desiguales pel¨ªculas en la primera d¨¦cada de este siglo, la pareja de directores franceses formada por Olivier Ducastel y Jacques Martineau confirm¨® por fin su valeroso talento con una obra espl¨¦ndida: Theo y Hugo, Par¨ªs 5:59 (2015), atrevid¨ªsimo trabajo que se iniciaba con 20 minutos de org¨ªa expl¨ªcita en los cuartos oscuros de un local gay, pero que desembocaba en una hermosa historia de amor y enfermedad con ecos de la fundamental Cl¨¦o de 5 a 7, de Agn¨¦s Varda. Con Don¡¯t Look Down, su siguiente pel¨ªcula, sin embargo, hay un evidente paso atr¨¢s pese a reincidir en sus temas m¨¢s caracter¨ªsticos.

Cuatro hombres y una mujer coinciden en un estiloso piso de Par¨ªs. No se hab¨ªan visto nunca y nada saben de sus respectivos pasado y presente, salvo un aspecto: los cinco han estado enamorados de un mismo hombre y han sido traicionados y humillados por ¨¦l. Con poqu¨ªsima informaci¨®n a?adida sobre el ser humano del tormento com¨²n, que quiz¨¢ est¨¦ en una de las habitaciones, que puede que est¨¦ enfermo, se inicia una especie de Cluedo er¨®tico y sentimental donde no se sabe si los protagonistas buscan venganza, explicaciones, consuelo o un exorcismo. ?Se enfrentan al recuerdo de alguien o est¨¢n combatiendo no ya entre s¨ª, sino consigo mismos?

Con una puesta en escena un tanto insulsa y narrada en tiempo real, la pel¨ªcula deambula entre cierta pedanter¨ªa (la ¡°cuesti¨®n de trigonometr¨ªa b¨¢sica¡± a la hora de repartir los cinco trozos de una tarta de manzana) y puntuales momentos de rid¨ªculo (todos haciendo el cloqueo de la gallina), hasta por fin llegar a un ¨²ltimo acto bastante m¨¢s interesante, pero que no acaba de redimir lo anterior. Es entonces cuando los Ducastel y Martineau de siempre se dejan de juegos de ret¨®rica banal y abundan en su especialidad: una reflexi¨®n sobre el amor y la humillaci¨®n, el poder y el deseo, la estupidez sentimental y la tortura. En definitiva, sobre el miedo a enamorarse y la certeza de estar rendido hasta las trancas.