¡®Cuatro d¨ªas¡¯: Glenn Close, madre de una hero¨ªna de sobremesa

Basada en un reportaje de The Washington Post, Cuatro d¨ªas convierte a Glenn Close en la madre de una yonqui, Mila Kunis, enfrentada a su adicci¨®n y a su familia durante los cuatro d¨ªas del t¨ªtulo, que son los de la interminable espera del inicio de un nuevo tratamiento de desintoxicaci¨®n. Rodrigo Garc¨ªa se centra en su nueva pel¨ªcula en una relaci¨®n mater...

Basada en un reportaje de The Washington Post, Cuatro d¨ªas convierte a Glenn Close en la madre de una yonqui, Mila Kunis, enfrentada a su adicci¨®n y a su familia durante los cuatro d¨ªas del t¨ªtulo, que son los de la interminable espera del inicio de un nuevo tratamiento de desintoxicaci¨®n. Rodrigo Garc¨ªa se centra en su nueva pel¨ªcula en una relaci¨®n maternofilial marcada por la desconfianza, el dolor y la frustraci¨®n hacia una hija enferma, adicta a la hero¨ªna en vena, desdentada y reincidente despu¨¦s de incontables tratamientos y, lo peor, tras engancharse, como miles de j¨®venes estadounidenses, por prescripci¨®n m¨¦dica. Una v¨ªctima m¨¢s de la epidemia de opi¨¢ceos provocada desde hace ya casi dos d¨¦cadas por farmac¨¦uticas criminales. En este terrible contexto se mueve una pel¨ªcula que se centra en la terapia familiar entre Close y Kunis.

Si en la reciente Hillbilly, una eleg¨ªa rural, pel¨ªcula de Ron Howard que le ha valido a Close una candidatura en los Oscar, la veterana actriz resultaba algo artificiosa en su papel de una abuela de la Am¨¦rica m¨¢s profunda y trumpista, en Cuatro d¨ªas logra ser convincente, por momentos conmovedora, en la piel de un personaje com¨²n que roza la tragedia. Close se apodera de sus a?os, de su cuerpo y de una mirada capaz de transmitir tanto amor como cansancio y desesperaci¨®n. Hace cre¨ªble a una madre que ya no se cree nada enfrentada a la supervivencia de una hija capaz de despertar sus mejores y sus peores instintos. La pel¨ªcula se ve bien, tiene secuencias y momentos que, aunque destilan demasiadas horas de psicoterapia, funcionan, como el triste desayuno con la hija mayor, los masajes de la madre expresando a su manera su amor o incluso la met¨¢fora final del puzle de mesa. Pero al conjunto le falta algo de profundidad, y en algunos momentos tambi¨¦n de verosimilitud, en su acercamiento a la adicci¨®n y al personaje de la hija. Una yonqui de larga distancia cuya insondable lucha se parece demasiadas veces al de una hero¨ªna de sobremesa.