Llamada de atenci¨®n de El Rafi
El torero franc¨¦s triunfa con el ¨²nico toro potable de una ins¨ªpida corrida de Victoriano del R¨ªo
A la muerte del quinto toro no era f¨¢cil imaginar que El Rafi, joven torero franc¨¦s que tom¨® al alternativa el pasado d¨ªa 6 en Arles, saldr¨ªa a hombros por la Puerta de los C¨®nsules de la plaza de Nimes. Y no lo era porque la corrida fue un pesti?o, pesada, pl¨²mbea y olvidable hasta que sali¨® el sexto de la tarde que, de alg¨²n modo, quiso salvar el honor de la divisa con una movilidad de la que carecieron sus hermanos. Fue el ¨²nico toro que permiti¨® el toreo de capote, y El Rafi, desbordante d...
A la muerte del quinto toro no era f¨¢cil imaginar que El Rafi, joven torero franc¨¦s que tom¨® al alternativa el pasado d¨ªa 6 en Arles, saldr¨ªa a hombros por la Puerta de los C¨®nsules de la plaza de Nimes. Y no lo era porque la corrida fue un pesti?o, pesada, pl¨²mbea y olvidable hasta que sali¨® el sexto de la tarde que, de alg¨²n modo, quiso salvar el honor de la divisa con una movilidad de la que carecieron sus hermanos. Fue el ¨²nico toro que permiti¨® el toreo de capote, y El Rafi, desbordante de ilusi¨®n y fortaleza, lo aprovech¨® para lucirse con unas breves pinceladas a la ver¨®nica y por chicuelinas, y, despu¨¦s, con un vistoso quite por ce?idas zapopinas que entusiasm¨® a sus paisanos.
Brind¨® al p¨²blico, que claramente hab¨ªa tomado partido por su torero, quien destac¨® en las dos primeras tandas con la mano derecha ante un animal que acudi¨® con prontitud y nobleza a la muleta. Bien plantado, seguro y solvente, hilvan¨® muletazos limpios y vistosos, abrochados con largos de pecho.
Ah¨ª, m¨¢s o menos, acab¨® la labor muleteril porque al toro se le cambi¨® el semblante, puso cara de cansancio, y solo un circular y unas manoletinas mantuvieron el ¨¢nimo de los nime?os; instantes despu¨¦s, eso s¨ª, lleg¨® lo mejor, y es que El Rafi cobr¨® una buena estocada algo trasera, y el presidente, tambi¨¦n nime?o, sac¨® sin titubeo los dos pa?uelos en un gesto de cari?o excesivo.
Lo cierto es que al joven torero le apareci¨® una sonrisa de oreja a oreja que mantuvo hasta que alcanz¨® la furgoneta despu¨¦s de cruzar a hombros la Puerta de los C¨®nsules.
Del R¨ªo/Ferrera, Ortega, El Rafi
Toros de Victoriano del R¨ªo, bien presentados, serios, muy desiguales en los caballos, sosos, ins¨ªpidos y parados. Sobresali¨® el sexto por su movilidad.
Antonio Ferrera: estocada baja y trasera (oreja); estocada (silencio).
Juan Ortega: tres pinchazos (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
El Rafi: _aviso_ estocada (oreja); estocada (dos orejas). Sali¨® a hombros.
Plaza de Nimes. 12 de junio. Primera corrida de feria. Lleno de 5.000 personas, de acuerdo con la limitaci¨®n de aforo.
La actitud expeditiva y p¨ªcara que mostr¨® en ese toro le falt¨® ante su primero, dificultoso el animal, y fastidiado el torero por r¨¢fagas de viento. Su faena fue larga, muy larga, y muy irregular, ante un animal de feo estilo, que solo le permiti¨® mostrar su buena disposici¨®n tras confirmar la alternativa de manos de Antonio Ferrera. A¨²n as¨ª pase¨® una oreja.
Ni el padrino ni Juan Ortega, que tambi¨¦n aprovech¨® su debut en Nimes para confirmar su categor¨ªa de matador, tuvieron opciones con una corrida de Victoriano del R¨ªo, bien presentada, desigual en el caballo, y desbordante de soser¨ªa en todos los tercios; de recorrido muy corto, con la cara a media altura, sin movilidad ni casta.
El primero de Ortega, un toro guapo y astifino, el ¨²nico bravo ante el picador, se neg¨® a embestir en cuanto vio al sevillano con la muleta en la mano. Hab¨ªa empujado con br¨ªo en el caballo en dos serios puyazos, y, quiz¨¢, toda su codicia la dej¨® en el peto. Tampoco mejor¨® el quinto, y el torero se march¨® de Francia con cara de disgusto.
Y Ferreras solo tuvo opciones de sonre¨ªr mientras intercambiaba los trastos con sus apadrinados, porque, a pesar de sus intentos y de la solemnidad que quiso imprimir a su toreo, nada fue posible. Su lote, como el de Ortega, infumable de principio a fin.
En fin, que no hay sexto malo, lo que permiti¨® que un nuevo torero franc¨¦s, El Rafi, sea ya una esperanza para el toreo. Mejor as¨ª.