Muere Lee Scratch Perry, leyenda y visionario del ¡®reggae¡¯
El productor y cantante ha fallecido a los 85 a?os en Jamaica. Descubri¨® a Bob Marley & the Wailers y desarroll¨® la t¨¦cnica del ¡®dub¡¯
Lee Scratch Perry, afamado productor y artista pintoresco, ha fallecido este domingo en un hospital de su Jamaica natal, a los 85 a?os. De verdadero nombre Rainford Hugh Perry, fue uno de los grandes motores creativos del reggae, g¨¦nero en el que produjo tanto a los Wailers como a admiradores blancos tipo The Clash; a la vez, lanzaba discos propios, instrumentales o cantados.
Todo lo que sabemos sobre Lee Scratch Perry debe ser consumido con precauci¨®n: su capacidad para la automitificaci¨®n...
Lee Scratch Perry, afamado productor y artista pintoresco, ha fallecido este domingo en un hospital de su Jamaica natal, a los 85 a?os. De verdadero nombre Rainford Hugh Perry, fue uno de los grandes motores creativos del reggae, g¨¦nero en el que produjo tanto a los Wailers como a admiradores blancos tipo The Clash; a la vez, lanzaba discos propios, instrumentales o cantados.
Todo lo que sabemos sobre Lee Scratch Perry debe ser consumido con precauci¨®n: su capacidad para la automitificaci¨®n y el ofuscamiento confund¨ªa incluso a los jamaicanos m¨¢s fantasiosos. Aseguraba que, trabajando en la reparaci¨®n de carreteras, el sonido de las piedras chocando le sugiri¨® que ten¨ªa un futuro en la m¨²sica y le empuj¨® hacia la capital de la isla, Kingston (en su narraci¨®n, ¡°King-stone¡±, Piedra del Rey).
Todo lo que sabemos sobre Lee Scratch Perry debe ser consumido con precauci¨®n: su capacidad para la automitificaci¨®n y el ofuscamiento confund¨ªa incluso a los jamaicanos m¨¢s fantasiosos
De tama?o diminuto, Perry sobrevivi¨® en el competitivo mundo de los sound systems (discotecas m¨®viles) gracias a sus bailes desquiciados y su inventiva verbal. Inevitablemente, termin¨® colaborando con Dick Coxsone Dodd, Joe Gibbs y otros productores. Sus canciones iban desde los alardes de potencia sexual a airadas exigencias de justicia social, pasando por piezas inspiradas en el spaghetti western.
Los productores part¨ªan el bacalao en el negocio musical jamaicano y explotaban sin piedad a sus empleados. Perry interioriz¨® su falta de planteamientos ¨¦ticos y se convirti¨® en una m¨¢quina de hacer ¨¦xitos, con una cambiante banda de m¨²sicos, los Upsetters y, a partir de 1974, con el estudio Black Ark como instrumento principal de su creatividad. Intuitivamente, apreci¨® las posibilidades de la mesa de mezclas, como el inserto de bucles y el recurso a los efectos de sonido. Eso desemboc¨® en el desarrollo del dub, t¨¦cnica que deconstru¨ªa grabaciones ya conocidas en formas fantasiosas, a veces eliminando totalmente las partes vocales y a?adiendo sus propios delirios. Unos experimentos que deslumbraron a muchos buscadores europeos, de Brian Eno a John Lydon.
Junto a los alucinados discos de dub, Perry factur¨® cl¨¢sicos del reggae como Police and Thieves (Junior Murvin), I Shall Be Released (The Heptones) o Chase the Devil (Max Romeo). Tambi¨¦n cosech¨® muchas de las primeras joyas de Bob Marley y sus compa?eros Peter Tosh y Bunny Livingstone; t¨ªpicamente, vendi¨® las cintas a una discogr¨¢fica inglesa, sin avisar (ni pagar) a los Wailers. Para nada serv¨ªa reclamar: Perry estaba siempre rodeado de malotes y rastas colocados; su colosal consumo de alcohol y ganja (la potente marihuana local) dificultaba cualquier conversaci¨®n.
Hac¨ªa 1980, el estudio ardi¨®. Perry siempre se atribuy¨® el incendio de Black Ark, necesario por razones m¨ªsticas; no faltan m¨²sicos que argumentan que todo fue un accidente, fruto del descontrol general, que facilit¨® una oportuna huida. Por decirlo finamente, Lee no era un testigo fiable: tras un desacuerdo con Chris Blackwell, antiguo simpatizante y editor de muchas de sus producciones, sac¨® una canci¨®n brutal donde aseguraba que el fundador del sello Island hac¨ªa magia negra con sus artistas. Temperamentos tropicales: Lee y Blackwell terminar¨ªan reconcili¨¢ndose.
Ojo: no vale repudiar a Perry como un majara. Todo lo contrario: tras abandonar Jamaica en los a?os ochenta, supo venderse como genio estrafalario ante periodistas y promotores cr¨¦dulos. Actu¨® y grab¨® profusamente, a menudo arrastrado a los estudios por disc¨ªpulos como Adrian Sherwood y Mad Professor. Flexible, se acomod¨® a las exigencias de artistas de hip hop como los Beastie Boys; tambi¨¦n incursion¨® en g¨¦neros como el jungle o el dubstep.
Vivi¨® en Estados Unidos y en diferentes pa¨ªses europeos antes de echar ra¨ªces en Zurich y crear una nueva familia con una famosa madama, Mireille Ruegg, tras una boda seg¨²n el ritual Hare Krishna; Perry era tambi¨¦n ecl¨¦ctico en sus creencias espirituales. En Espa?a, le pudimos ver con frecuencia; si le ca¨ªas bien, te regalaba un par de piedrecillas pulidas y te instaba a escucharlas con atenci¨®n; ¡°tienen alma¡±, insist¨ªa.