Isabel Carreira Delgado, una bibliotecaria de profunda humanidad
Trabaj¨® en la informatizaci¨®n de archivos, un servicio p¨²blico de cuyo valor era una convencida
Isabel Carreira Delgado, Yela (Madrid, 1959-2021), bibliotecaria de la Universidad Complutense de Madrid desde 1987, perteneci¨® a la Escala Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos de esta universidad. Durante toda su vida profesional trabaj¨® en la biblioteca de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia, de la que fue directora durante m¨¢s de 20 a?os.
Bibliotecaria vocacional y comprometida, su p¨¦rdida ha dejado un enorme vac¨ªo en todas las personas que la conocimos. Despertaba a su alrededor un deseo contagioso de com¨²n felicidad. Ten¨ªa el don de las personas inteligentes, genero...
Isabel Carreira Delgado, Yela (Madrid, 1959-2021), bibliotecaria de la Universidad Complutense de Madrid desde 1987, perteneci¨® a la Escala Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos de esta universidad. Durante toda su vida profesional trabaj¨® en la biblioteca de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia, de la que fue directora durante m¨¢s de 20 a?os.
Bibliotecaria vocacional y comprometida, su p¨¦rdida ha dejado un enorme vac¨ªo en todas las personas que la conocimos. Despertaba a su alrededor un deseo contagioso de com¨²n felicidad. Ten¨ªa el don de las personas inteligentes, generosas y llenas de vida, convirtiendo as¨ª en mejor la existencia de quienes convivimos con ella.
Comenz¨® a trabajar como bibliotecaria en un momento muy distinto al actual: se empezaban a informatizar las bibliotecas y est¨¢bamos convencidas de que ese nuevo tiempo, que tra¨ªan los ordenadores, nos ayudar¨ªa en nuestro deseo de mejorar un servicio tan esencial para una instituci¨®n dedicada al conocimiento. Recuerdo nuestro asombro con los primeros correos electr¨®nicos, nuestros esfuerzos por lograr que esos enormes terminales, de fondo negro y letras verdes, respondiesen a nuestros primarios intentos por informatizar los servicios bibliotecarios. Pero sobre todo recuerdo momentos inolvidables cuando, vencidas por codificaciones imposibles y formatos incomprensibles, Yela dec¨ªa algo que nos hac¨ªa re¨ªr y eso nos daba la fuerza suficiente para seguir en el empe?o.
Esa capacidad de despertar el deseo de compartir una felicidad tan necesaria en los momentos adversos. La biblioteca de la Universidad Complutense se informatiz¨® y Yela continu¨® en la biblioteca de su querida Facultad de Geograf¨ªa e Historia. All¨ª, a lo largo de 33 a?os, se entreg¨® a un servicio p¨²blico de cuyo valor estaba convencida. Siempre alegre, con su sonrisa limpia y luminosa, atend¨ªa por igual a profesores y estudiantes y se preocupaba especialmente por las personas, usuarios y trabajadores, desde un sentimiento de inmensa humanidad.
Amaba profundamente la vida, le encantaba gozar con las personas a las que quer¨ªa alrededor de una buena mesa y compartir una charla inteligente, disfrutando con las alegr¨ªas y aliviando las penas de los otros, aunque las suyas fuesen mayores. Con esta enorme capacidad pele¨® durante a?os contra un c¨¢ncer de mal pron¨®stico. Durante este tiempo no sali¨® una queja de su boca y continu¨® repartiendo su grandeza humana, haciendo as¨ª m¨¢s f¨¢cil la vida de todos. Nos dej¨® el 3 de septiembre a causa de la covid, de la que no se pudo defender por su enfermedad.
Estaba casada con Luis Enrique Otero Carvajal, catedr¨¢tico de Historia contempor¨¢nea de la UCM y ten¨ªa una hija, Clara, de su primer matrimonio. Seguir¨¢ viviendo en la memoria y en el coraz¨®n de todas las personas que la conocimos.
Ana Santos Aramburo es directora de la Biblioteca Nacional de Espa?a.