Una exposici¨®n que es una novela de ciencia ficci¨®n
El Centro Jos¨¦ Guerrero de Granada experimenta con la idea de llevar un libro a las paredes de un museo a trav¨¦s de una obra del escritor Jorge Carri¨®n
Escribir una novela en tres dimensiones, ese era el reto. Una novela que utilizase la pared como p¨¢gina en blanco sobre la que mecanografiar palabras, pero que no se limitase a eso, sino que tratase de desbordarse y permitir al visitante-lector pasear a la vez entre sus p¨¢ginas y sus conceptos. Pero no una pared cualquiera: la pared de un museo. En concreto, el Centro Jos¨¦ Guerrero de Granada, que experimenta con esta idea en la exposici¨®n ...
Escribir una novela en tres dimensiones, ese era el reto. Una novela que utilizase la pared como p¨¢gina en blanco sobre la que mecanografiar palabras, pero que no se limitase a eso, sino que tratase de desbordarse y permitir al visitante-lector pasear a la vez entre sus p¨¢ginas y sus conceptos. Pero no una pared cualquiera: la pared de un museo. En concreto, el Centro Jos¨¦ Guerrero de Granada, que experimenta con esta idea en la exposici¨®n Todos los museos son novelas de ciencia ficci¨®n, comisariada por el escritor Jorge Carri¨®n (Tarragona, 45 a?os), que lo hace, entre otros proyectos, a partir de su novela Membrana (Galaxia Gutenberg, 2021). Porque, en cierto sentido, todos los museos podr¨ªan ser obras de ciencia ficci¨®n.
Concebido como una obra colectiva en la que la historia ¨Duna historia de ¡°auto ciencia ficci¨®n¡±, como apunta el escritor¨D dialoga con el arte, la tecnolog¨ªa, la ciencia y lo gr¨¢fico, el experimento nace de ¡°la obsesi¨®n de ficci¨®n¡± que lleva a Carri¨®n a ¡°imaginar c¨®mo podr¨ªa ser el siglo XXI si, como parece, va a estar determinado por la inteligencia artificial, una inteligencia de big data matem¨¢tica y progresivamente abstracta¡±.
El escritor est¨¢ de pie en la primera sala de la exposici¨®n, entre las p¨¢ginas de la novela expuesta que tiene tama?os de letra distintos, como si la lupa se hubiera posado sobre ellas y, luego, las hubiese abandonado. Delante de Carri¨®n est¨¢ la videoinstalaci¨®n An Understanding of Control, de Alicia Kopf, que explora el amor ¡°no humano¡±. Mientras, el dron de la bailarina Nuria Guiu la sobrevuela, la acosa, la observa. Ella, desnuda sobre una cama deshecha, chatea con un boot que es, en realidad, un flujo de conciencia algor¨ªtmica. Le pregunta qu¨¦ es la intimidad y ¨¦l responde: ¡°Una comprensi¨®n del control¡±. ¡°La pieza intenta reunir contradicciones, problematizar, evidenciar de qu¨¦ manera te puedes sentir atra¨ªda por algo que puede da?arte¡±, dice la propia Kopf. Ese objeto como representaci¨®n de la invasi¨®n ¡°violenta¡± de la intimidad que, sin descanso, perpetra esa inteligencia abstracta que obsesiona a Carri¨®n. Y que en la novela expuesta, el reverso de su reciente y visionaria Membrana, se encarna en un nombre: Mare.
¡°Si Membrana es una novela en forma de cat¨¢logo, Todos los museos son novela de ciencia ficci¨®n es un cat¨¢logo, el de esta exposici¨®n, en forma de novela¡±, apunta el escritor, que considera que Membrana necesitaba, como se?ala tambi¨¦n Francisco Baena, director del Centro Jos¨¦ Guerrero, ¡°una coda ut¨®pica¡±. ¡°La idea no era alimentar el futuro catastr¨®fico, sino pensar en la posibilidad de una relaci¨®n en positivo con esa inteligencia. Porque somos responsables del discurso dist¨®pico dominante. Solo nosotros podemos cambiarlo¡±, dice Baena, impulsor de la idea de ¡°novela de exposici¨®n¡±, la primera que, seg¨²n tiene noticia, se organiza ¡°en el mundo¡±.
Pero ?c¨®mo aterriza una novela en un centro expositivo? Las salas son m¨¢s que cap¨ªtulos, son conceptos expandidos de las ideas que se dan forma a partir del di¨¢logo entre el protagonista de la historia, el propio escritor, y la mencionada Mare, una inteligencia artificial algor¨ªtmica que asegura haber le¨ªdo la novela que Carri¨®n a¨²n no ha publicado, e incluso las que publicar¨¢ en un futuro lejano. ¡°Mare escribe desde un M¨¢s All¨¢ algor¨ªtmico¡±, asegura el escritor, y toma cuerpo a partir de sus datos de interacci¨®n con lo virtual. En la muestra esos di¨¢logos se dan entre los artistas, como apunta Carri¨®n, porque existe ¡°una polifon¨ªa¡± similar a la que se da en la colectividad, ¡°el enjambre, la membrana¡± en la que todos convivimos conectados hoy.
Esto ocurre en la obra que cierra la exposici¨®n, una pieza que tambi¨¦n se llama Mare, hecha por el Barcelona Supercomputing Center. En la pieza se utiliza el hilo rojo que sirve de gu¨ªa a la exposici¨®n, en formato virtual, para visualizar una suerte de autorretrato del propio escritor, del que todo parte, incluida la propia Mare. Por el camino, siguiendo ese hilo rojo, se ha descompuesto en dibujos de Roberto Mass¨® la manera en que se produce el di¨¢logo informatizado entre Carri¨®n y ese ente del futuro (el c¨®mic en pared Sincron¨ªas, que incluso tiene volumen). Adem¨¢s, se ha visto aprender a bailar a una robot en una proyecci¨®n ¡ªReborn, de Justine Emard¡ª y hasta se ha o¨ªdo la m¨²sica que produce el PH de un peque?o ecosistema acu¨¢tico ¡ªEconomy of Simbiosis, de Sa?a Spa?al, Mirjan ?vagelj¡ª.
¡°Un escritor se parece a un matem¨¢tico o a un programador: proyecta o, a veces, incluso crea modelos¡±, se dice en un momento dado en Todos los museos son novelas de ciencia ficci¨®n, que tambi¨¦n es una novela tecnol¨®gica de misterio, en cierto sentido hitchcockniana. Y la exposici¨®n, dise?ada por Fernando Rapa, pretende ¡°expandir¡± lo escrito. Una obra que toma el pulso del presente y un futuro cu¨¢ntico ¡ªque est¨¢ sucediendo a la vez que el propio presente¡ª a ¡°c¨®mo convivir, c¨®mo dialogar, c¨®mo cocrear con la inteligencia artificial matem¨¢tica, algo que ya hacemos todos¡±, se?ala Carri¨®n, aunque sin tomar conciencia de que lo hacemos.