Un paseo por el siglo XX con vistas al XXI

Alg¨²n d¨ªa caeremos en la cuenta de lo palurdos que hemos sido acumulando instituciones que se llamen Reina Sof¨ªa. En el concierto del Centro Nacional de Difusi¨®n Musical (CNDM) de ayer, sin ir m¨¢s lejos, se acumulaban dos: el propio museo y la agrupaci¨®n de la escuela superior. El concierto ha esperado dos a?os a causa de la pandemia, lo que le ha permitido acoger el estreno absoluto de una nueva obra de Mauricio Sotelo, en el marco de la residencia que ocupa en la presente temporada del CNDM. El concierto original brindaba un recorrido excelente, tres cl¨¢sicos del siglo XX de ¨¦pocas y est¨¦ticas muy diversas y de atractivo innegable; a ellas se le ha a?adido la ya citada de Sotelo, una suite de su ¨®pera El p¨²blico, presentada en el Teatro Real en 2015, y que permite degustar sabrosos fragmentos de ese magno trabajo con el detalle que brinda una pieza de concierto.

Hab¨ªa otro atractivo, tomarle el pulso a la sinfonietta de la Escuela Superior Reina Sof¨ªa, un colectivo que ofrece a sus estudiantes avanzados y j¨®venes profesionales la posibilidad de mostrarse bajo la tutela de destacados m¨²sicos internacionales. En esta ocasi¨®n, el director, compositor y maestro Johannes Kalitzke ha asumido la funci¨®n de rector directorial de la joven formaci¨®n.

Abr¨ªa la sesi¨®n O King, de Luciano Berio, escrita a la memoria de Martin Luther King. Obra casi afor¨ªstica en todo, efectivos, duraci¨®n, texto (apenas el nombre del homenajeado) y sustancia musical. Con todo, es una obra cargada de emoci¨®n y que combina una gran tensi¨®n y un potente atractivo sonoro. A priori, una buena manera de comenzar la sesi¨®n. Desafortunadamente, la ejecuci¨®n fue plana y carente de la energ¨ªa que pide tanto el tema como la partitura; el potente contraste que ped¨ªa Berio en la din¨¢mica apenas se trasluce por m¨¢s que la partitura y los textos del creador italiano solicitan unos pian¨ªsimos y fort¨ªsimos extremos.

En cuanto a la joven mezzo Yeraldin Le¨®n, su prestaci¨®n no ha pasado de acad¨¦mica. La segunda pieza era el imponente Concierto para nueve instrumentos, op. 24, de Anton Webern, obra cumbre de la formalizaci¨®n del serialismo, una aut¨¦ntica apolog¨ªa de las frases de tres sonidos que crean un puzle m¨¢gico que necesita, al menos en nuestros d¨ªas, un punto de misterio que tampoco pas¨® de la correcci¨®n.

Sin duda, el plato de consistencia era la Sinfon¨ªa de c¨¢mara de Franz Schreker y esa s¨ª que no ha defraudado, un grupo instrumental de 24 instrumentistas ha ahondado en los recovecos de un posromanticismo que no tiene que envidiar a Mahler o al joven Schoenberg. Y Kalitzke justific¨® con creces su presencia por esta lectura de una obra poco conocida, y menos a¨²n en su versi¨®n original, para un extenso grupo de c¨¢mara que ha hecho vibrar hasta las placas de las paredes del Auditorio 400.

Queda, por ¨²ltimo, aunque no en el orden del programa, el estreno absoluto, encargo del CNDM y del programa M¨²sica para una Escuela. Sotelo busc¨® y engarz¨® con notable habilidad algunos de los mejores momentos instrumentales que, con la misma plantilla que la pieza de Schreker, son¨® con una combinaci¨®n de maestr¨ªa e inspiraci¨®n. Solo el d¨²o vocal qued¨® en un plano m¨¢s desdibujado. La mezzo Paola Leguizam¨®n y el tenor Agust¨ªn G¨®mez se enfrentaron con valent¨ªa a unas partes que ped¨ªan vigor y poderes vocales que a¨²n no han alcanzado. Fue un excelente ejercicio y el respetable lo entendi¨® as¨ª. Buen intento para una escuela modelo, con mejores resultados en la parte instrumental y un notable alto para todos.