Isaac Rosa: ¡°La saturaci¨®n de distop¨ªas puede resignarnos a pensar que no hay un futuro mejorable¡±
El escritor sevillano imagina un tiempo cercano en el que se abre la esperanza con ¡®Lugar seguro¡¯, premiada con el Biblioteca Breve de novela
El fin del mundo est¨¢ en el aire, en las conversaciones, en las im¨¢genes incesantes que emergen de las pantallas... ¡°Estamos saturados de distop¨ªas¡±, destaca Isaac Rosa (Sevilla, 48 a?os), ganador del premio Biblioteca Breve de novela con Lugar seguro (Seix Barral). El escritor se sienta en la terraza de un hotel bajo el cielo nublado de una ma?ana de invierno en Barcelona. Con la mirada firme contin¨²a: ¡°Parece que no podemos imaginar un futuro que no sea sombr¨ªo¡±. El protagonista de su novela, c¨ªnico y descre¨ªdo, ofrece b¨²nkeres a bajo coste a clientes atentos a cualquier cat¨¢strofe: ¡°Este producto no va de vender miedo, sino seguridad. El miedo ya lo tienen¡±, sentencia en un momento del libro.
El escritor ha intentado interpretar el malestar de su tiempo; y el miedo ante una inminente cat¨¢strofe en su ¨²ltima novela se inspira en circunstancias que ya envuelven el presente: ¡°Hay un sentimiento de incertidumbre y vulnerabilidad ante amenazas constantes¡±, reflexiona Rosa, que reconoce que ¡°las circunstancias no invitan a ser optimistas¡±. De aqu¨ª que el prop¨®sito de su obra, escrita tras el inicio de la pandemia, busque dar un paso m¨¢s all¨¢. Rosa quiere imaginar otro mundo posible, uno que no sea dist¨®pico: ¡°Un futuro donde sigan presentes una serie de problemas y conflictos que no se han resuelto, pero en el que, adem¨¢s, se abre cierta esperanza¡±.
¡ª?Refleja el g¨¦nero dist¨®pico una impotencia ante el futuro?
¡ªLas distop¨ªas muestran el malestar contempor¨¢neo, aunque la saturaci¨®n de distop¨ªas puede bloquear la imaginaci¨®n colectiva, puede resignarnos a pensar que no hay un futuro mejorable. Pero el futuro es imprevisible. Lo estamos viendo estos d¨ªas con la guerra, que nos obliga a plantearnos diversos temas, como el energ¨¦tico, o los modelos de consumo... Ese futuro imprevisible nos permite hacer un ejercicio de imaginaci¨®n.
El autor entiende que, en el caso de su novela, era necesario contar con un narrador ¡°a la contra¡±. Segismundo Garc¨ªa es el segundo de tres generaciones de ¡°buscavidas¡± con el mismo nombre, que exponen lo que Rosa define como la ¡°ideolog¨ªa del emprendimiento¡±. ¡°Si a estos pillos les fuera bien dir¨ªamos que son emprendedores, porque reflejan, cada uno a su manera, esa ideolog¨ªa del emprendimiento en la que vivimos, la aut¨¦ntica distop¨ªa de nuestro tiempo¡±.
Esta mirada burlona frente a todo esfuerzo de cambio le permite a Rosa esbozar alternativas sin caer en la ¡°idealizaci¨®n¡± o en la ¡°ingenuidad¡±, ¡°ni tampoco en el panfleto¡±. El escritor quer¨ªa exponer los ¡°l¨ªmites¡± con los que se encuentran aquellos colectivos que luchan por un mundo distinto en comunidades, en barrios... Quer¨ªa imaginar ese futuro, pero ¡°sin llevarlo a lo contrario, sin plantear una utop¨ªa¡±.
El mundo del activismo est¨¢ muy presente en la obra y el autor lo conoce de primera mano. ?l mismo pertenece a un sindicato, a una asociaci¨®n de vecinos, tiene relaci¨®n con distintos colectivos, sobre todo con aquellos que, despu¨¦s de la crisis econ¨®mica de 2008, han abordado la precariedad de la vivienda. Esto tambi¨¦n lo ayud¨® a escribir el guion de Aqu¨ª vivi¨®, un c¨®mic que relata, seg¨²n el subt¨ªtulo, la Historia de un desahucio (Nube de tinta, 2016). El escritor, cuya voluminosa obra siempre ha estado atravesada por un marcado acento social, reconoce haberse inspirado en estos grupos para exponer, en contraste con la mirada de Segismundo, otro mundo posible.
¡°Yo creo que el activismo social, pol¨ªtico, sindical, es muy realista, muy consciente del momento que vivimos y de sus limitaciones. No renuncia a objetivos ambiciosos, pero no es ut¨®pico. A mi me interesa ese activismo, el que tiene una propuesta pr¨¢ctica y se dedica a cambiar la vida en los barrios, en los pueblos, en la empresa¡±, destaca el autor, que ve en estos esfuerzos solo un comienzo: ¡°Para conseguir grandes transformaciones tendremos que construir un nuevo sentido com¨²n, cambiar nuestras prioridades, nuestros deseos... si el cambio no es global ser¨ªa como salvarnos solos en nuestros b¨²nkeres¡±.
Las mujeres tienen un papel destacado en las alternativas que propone la novela: tres personajes ofrecen el contrapunto al discurso de Segismundo; son ellas las que abren otras v¨ªas, las que proponen otro tipo de soluciones que no sean los b¨²nkeres, sino una opci¨®n comunitaria, con la que el autor se identifica: ¡°Ese contrapunto tiene que ver con mi propia experiencia: en los ¨²ltimos a?os el papel de las mujeres en el activismo social es el m¨¢s habitual¡±. Rosa evoca desde el movimiento antidesahucios hasta las marchas contra el cambio clim¨¢tico abanderadas por Greta Thunberg, un movimiento que el escritor conoci¨® por la implicaci¨®n que en ¨¦l tuvo la mayor de sus tres hijas.
¡ª?Cu¨¢l es su lugar seguro?
¡ªMi familia.
Luego medita: ¡°Pero no podemos fiarlo todo a contar con ese lugar seguro. Hay mucha gente que no lo tiene, o que lo tiene y lo pierde¡±. El cielo nublado apenas se disipa desde el inicio de la entrevista, que empez¨® hace cerca de una hora. ¡°Necesitamos otro tipo de seguridades. El lugar seguro que yo me puedo construir es limitado, no sirve para todas las incertidumbres en las que vivimos¡±. Se escuchan voces en la terraza, en medio de una corriente de aire leve. El escritor sostiene la reflexi¨®n: ¡°Necesitamos reconstruir una seguridad como comunidad que hemos perdido, que hemos dejado por el camino¡±.
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