Triunfos desva¨ªdos, un bajonazo, Sevilla¡
Jos¨¦ Garrido y Alfonso Cadaval cortaron sendas orejas a dos toros que merecieron m¨¢s
Jos¨¦ Garrido y Alfonso Cadaval cortaron una oreja cada uno a dos toros de categor¨ªa por su nobleza, humillaci¨®n, movilidad y calidad en sus embestidas. Es un buen motivo para que est¨¦n contentos, porque se supone que no es f¨¢cil triunfar en La Maestranza, que est¨¢ en la historia como referente de la sapiencia taurina.
Ambos habr¨¢n recibido a estas horas multitud de abrazos y felicitaciones en unas habitaciones de hotel repletas de familiares y amigos. Y hacen bien en disfrutar del ¨¦xito, que, con toda seguridad, es el fruto de un trabajo esforzado y de noches de insomnio.
Ojal¨¢ esos dos ap¨¦ndices les sirvan para que suene ese tel¨¦fono casi siempre en silencio y garabatear de fechas una agenda limpia en exceso. Ninguno de los dos toreros, especialmente Cadaval, torean mucho, raz¨®n de m¨¢s para que se valore el ¨¦xito en la Feria de Abril.
Pero con toda seguridad, nadie les contar¨¢ a Garrido y a Cadaval el reverso de lo sucedido en la plaza sevillana; una verdad que es molesta para los o¨ªdos y dolorosa para el alma.
Y lo sucedido es que ambos han tenido una oportunidad para cambiar sus vidas y la han dejado pasar por falta de experiencia, ambici¨®n o cualquiera sabe por qu¨¦.
Cadaval llega a Sevilla y le toca un toro de ensue?o, desbordante de clase, temple y dulzura; se le nota al torero su escasa confianza, los nervios, el exceso de responsabilidad. Y est¨¢ bien, elegante y suave por bajo en el inicio con la muleta, demuestra buenas maneras, tiene detalles con ambas manos, suena la m¨²sica, y cuenta con el empuje de su gente sevillana. Pero toda su labor supo a poco, a muy poco. Porque ese toro, con el que ¨¦l habr¨¢ so?ado en muchos duermevelas, exig¨ªa un torero dispuesto a morir en el empe?o de cortarle las dos orejas con fuerza. Falt¨® emoci¨®n, falt¨® rotundidad, falt¨® ese paso adelante que hay que dar en los momentos importantes. Y Cadaval no lo dio. Lo intent¨® de nuevo con el blando sexto, pero otra vez hubo m¨¢s detalles que profundidad.
Garrido est¨¢ m¨¢s hecho; destac¨® mucho y bien con el capote, a la ver¨®nica cl¨¢sica, con el enga?o a la espalda, por chicuelinas, y se mostr¨® firme y muy dispuesto ante su primer oponente, con genio, inc¨®modo, y muy complicado para el toreo moderno. Un toro de corto viaje que apret¨® en demas¨ªa en distintas fases de la lidia. Y, como su compa?ero, brill¨® con luz propia ante la noble templanza del cuarto, de alegre y encastada nobleza; pero fue un centelleo muy tenue, y su labor no alcanz¨® el vuelo deseado a excepci¨®n de un natural largo, extraordinario, rematado con un gran pase de pecho al final de la faena. Otro torero al que le falt¨® la ambici¨®n necesaria para triunfar a lo grande.
Gald¨®s recibi¨® al quinto con una larga cambiada de rodillas en los medios y pech¨® con la peor parte ¡ªsu primero se afligi¨® pronto, y el quinto embisti¨® con vulgaridad¡ª, manej¨® con soltura y gracia el capote, se esforz¨® con escasa recompensa con la muleta y despach¨® a su segundo toro de un descarado bajonazo que fue de rapid¨ªsima letalidad. Pues result¨® que el p¨²blico de Sevilla aplaudi¨® al torero, y este no se lo pens¨® y sali¨® a saludar desde el tercio.
?Ay, Sevilla¡! Hace solo unos pocos a?os, el torero se hubiera escondido en el callej¨®n para no escuchar el silencio inquisitorial de los tendidos. En la lejan¨ªa queda ya la sapiencia taurina de esta plaza.
Domecq / Garrido, Gald¨®s, Cadaval
Toros de Santiago Domecq, varios con los pitones escobillados -el primero como sobrero-, bien presentados; en general, acudieron con presteza a los caballos, pero ninguno hizo una gran pelea; destacó sobremanera el tercero en el tercio final, y rayaron a buena altura cuarto y quinto; el primero, incómodo; descastado el segundo y muy blando el sexto.
José Garrido: -aviso-, pinchazo que hace guardia, dos pinchazos y estocada baja (silencio); pinchazo hondo (oreja).
Joaquín Galdós: estocada y cuatro descabellos (silencio); bajonazo descarado (ovación).
Alfonso Cadaval: estocada caída (oreja); pinchazo y casi entera trasera y muy tendida (saludos).
Plaza de La Maestranza. Tercera corrida de abono. 27 de abril. Algo menos de media plaza.
Babelia
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