Ucrania se sirve fr¨ªa su venganza contra Rusia con la inclusi¨®n de la sopa borsch como patrimonio de la Unesco
Kiev recibe como una victoria pol¨ªtica frente a Mosc¨² el registro de un plato cuyo origen se han disputado hist¨®ricamente ambos pa¨ªses
Existe unanimidad en que, como la sopa borsch de madres y abuelas, igual que pasa con el cocido en Espa?a, no hay nada. Un mismo plato, infinidad de recetas y matices seg¨²n la regi¨®n. Y como ocurre con otros platos, ha llegado a ser un pretexto para insultarse y diferenciar el amigo del enemigo. Con la ofensiva militar rusa de fondo, la decisi¨®n de la Unesco de inscribir la cultura de preparaci¨®n del borsch ucranio como patrimonio...
Existe unanimidad en que, como la sopa borsch de madres y abuelas, igual que pasa con el cocido en Espa?a, no hay nada. Un mismo plato, infinidad de recetas y matices seg¨²n la regi¨®n. Y como ocurre con otros platos, ha llegado a ser un pretexto para insultarse y diferenciar el amigo del enemigo. Con la ofensiva militar rusa de fondo, la decisi¨®n de la Unesco de inscribir la cultura de preparaci¨®n del borsch ucranio como patrimonio cultural inmaterial ha sido vista por Kiev como una victoria pol¨ªtica en su guerra con Mosc¨². No obstante, su origen sigue siendo incierto y probablemente nunca se conozca su autor¨ªa.
Este registro ¡°no implica la exclusividad, ni la propiedad, del patrimonio en cuesti¨®n¡±, advierte la agencia de la ONU. Sin embargo, el ministro de Cultura ucranio, Oleksandr Tkachenko, fue m¨¢s all¨¢ en su perfil de Facebook. ¡°?La victoria en la guerra por la borsch es nuestra! (¡) ahora es oficialmente un plato ucranio¡±, escribi¨® el alto cargo. ¡°Estaremos encantados de compartir la borsch y sus recetas con todos los pa¨ªses civilizados, y tambi¨¦n con los incivilizados, para que tengan al menos algo ligero, sabroso y ucranio¡±, a?adi¨®.
Ya exist¨ªa cierta disputa desde hace a?os, incluso desde los tiempos de la URSS, pero la ¡°guerra¡± por esta sopa de remolacha se recrudeci¨® en 2019, cinco a?os despu¨¦s de la anexi¨®n de Crimea por Rusia y el env¨ªo de paramilitares a Donb¨¢s, donde comenz¨® otra guerra de verdad entre el ej¨¦rcito ucranio y los separatistas apoyados por Mosc¨². La pelea por la borsch aflor¨® cuando una cuenta de Twitter asociada al Ministerio de Exteriores ruso proclam¨® que la sopa es un s¨ªmbolo de la cocina rusa, uno de sus platos m¨¢s famosos y queridos.
La disputa sobre su origen continu¨® durante los siguientes a?os. Ucrania la declar¨® patrimonio inmaterial suyo en 2020, y en abril de este a?o la portavoz de Exteriores rusa, Mar¨ªa Zaj¨¢rova, acus¨® a Kiev de perseguir la cultura rusa incluso a trav¨¦s de los libros de cocina.
¡°Porque era imposible compartir la borsch, ?no pod¨ªa ser as¨ª! Ten¨ªa que pertenecer a una sola persona, a un pueblo, a una naci¨®n. Que no sea com¨²n; que en cada ciudad o regi¨®n la ama de casa pueda cocinarlo a su manera. Esto es xenofobia, nazismo, extremismo en todas sus formas¡±, afirm¨® la representante rusa, que en aquella misma rueda de prensa acus¨® a la firma Chanel de ¡°volver a apoyar el nazismo¡± por obligar a sus clientes a firmar que no llevar¨ªan sus productos al pa¨ªs eslavo por las sanciones.
La prensa rusa ha reaccionado con algunas bromas al anuncio. ¡°La borsch es suya. Los pelmeni (masas de pasta rellenas de bolas de carne), nuestros¡±, dec¨ªa el canal Mestami, que agrupa a la prensa local, con una frase que recordaba al viejo eslogan ¡°Crimea es nuestra¡±.
La Unesco ha explicado su decisi¨®n en un comunicado donde subraya que, ¡°debido a la guerra en curso y a su impacto negativo en esta tradici¨®n, Ucrania pidi¨® a los Estados miembros del comit¨¦ encargado de la decisi¨®n que aceleraran el examen del expediente de candidatura del borscht para su inscripci¨®n en la Lista de Salvaguardia Urgente como caso de extrema urgencia¡±. La forma en que la agencia de la ONU la escribe (con t al final) da una pista de que esta sopa, que se puede preparar tanto caliente como fr¨ªa, es producto de una mezcla cultural de m¨¢s de mil a?os de historia. ¡°Hace 150 a?os comenzaron a llegar a EE UU emigrantes jud¨ªos del este de Europa y el Imperio ruso (¡) como compart¨ªan su afici¨®n por la borsch, que los estadounidenses escriben con ¡°T¡±, estos llegaron a pensar que era un plato jud¨ªo¡±, cuenta la fil¨®loga Michele Berdy en The Moscow Times.
La experta indag¨® en el origen de la palabra borsch y hall¨® que la lengua b¨¢ltico-eslava ya mencionaba en el 1.000 antes de Cristo unas plantas con una forma similar a esta palabra. Despu¨¦s comenzaron a aparecer platos similares mucho antes de que existieran los Estados-naci¨®n modernos. Las cr¨®nicas polacas hablan en el 966 despu¨¦s de Cristo de una sopa llamada barszcz; y en 1547 aparec¨ªa otro tipo de sopa agria en una serie de escritos rusos que recog¨ªan reglas sociales, los domostr¨®i. En cuanto a Ucrania, se menciona su receta con remolacha, el ingrediente principal, en otros textos del siglo XVIII.
En cualquier caso, hay un sinf¨ªn de versiones diferentes y la autor¨ªa hist¨®rica debe tomarse con pinzas si se tiene en cuenta la inclusi¨®n de patatas y tomates como ingredientes b¨¢sicos desde el siglo XVI, cuando se tuvo contacto con Am¨¦rica. Por ejemplo, las recetas bielorrusas suelen emplear masivamente tub¨¦rculo, mientras que Lituania y Moldavia la cocinan con otro estilo propio.
Fr¨ªa o caliente; con agua o caldo de pollo; con ternera o cerdo, las borsch pueden ser muy diferentes incluso en una misma regi¨®n. Sin embargo, es m¨¢s habitual diferenciar su procedencia por los acompa?antes: pan negro si es rusa, o pampushka, una especie de bollo, si es ucrania. Para probar en casa, El Comidista elabor¨® una receta para los lectores de EL PA?S. Lo m¨¢s importante, la remolacha. Su dificultad, ¡°m¨¢s f¨¢cil que ser un hermano Karam¨¢zov¡±.