Rosal¨ªa en Almer¨ªa, con R de reinona y A de apote¨®sico
La cantante arranca con firmeza su ¡®Motomami World Tour¡¯ con un concierto en el que hace viajar a los asistentes al futuro
El martes, el Fan Club de Rosal¨ªa en Espa?a colgaba algunos v¨ªdeos de los ensayos a los que hab¨ªan sido invitados por la propia artista con el contundente r¨®tulo de: ¡°?No est¨¢is preparados para lo que se viene encima a partir de ma?ana!¡±. ?Y tanto que no est¨¢bamos preparados! Porque lo del mi¨¦rcoles 6 de julio en Almer¨ªa fue absolutamente apabullante. Un viaje al futuro en toda regla.
A las 10 en punto, tras una larga espera (a las ...
El martes, el Fan Club de Rosal¨ªa en Espa?a colgaba algunos v¨ªdeos de los ensayos a los que hab¨ªan sido invitados por la propia artista con el contundente r¨®tulo de: ¡°?No est¨¢is preparados para lo que se viene encima a partir de ma?ana!¡±. ?Y tanto que no est¨¢bamos preparados! Porque lo del mi¨¦rcoles 6 de julio en Almer¨ªa fue absolutamente apabullante. Un viaje al futuro en toda regla.
A las 10 en punto, tras una larga espera (a las ocho se abr¨ªan las puertas para los m¨¢s fans, algunos de los cuales llevaban desde el lunes montando guardia) amenizada por un hilo musical que daba pistas sobre lo desprejuiciado de lo que ¨ªbamos a ver: desde Camar¨®n a Madonna, pasando por El General, Pink Floyd o Snoop Dogg, se lanz¨® oficialmente el Motomami World Tour, del que se sab¨ªa poco o nada. Un secreto ferozmente custodiado del que solo los ¨²ltimos d¨ªas y con cuentagotas se hab¨ªan ido dando algunas pistas, siempre insuficientes para sus voraces seguidores. La noche del mi¨¦rcoles, el misterio fue por fin revelado, demostrando que, a veces, la espera y el silencio son tan inevitables como necesarios.
Ante un p¨²blico enfervorecido, jovenc¨ªsimo y en su mayor¨ªa femenino, el concierto empez¨® con un juego de luces blancas cegadoras que dio paso a los ¨²nicos que habitaron el escenario en la pr¨®xima hora y media: Rosal¨ªa y sus ocho bailarines (los motopapis). Enfundados en cascos fosforescentes y con un atronador ruido de motores a modo de incontestable introducci¨®n, la sensaci¨®n fue la de haber ingresado en el t¨²nel del tiempo y haber saltado a alguna d¨¦cada ulterior. Semejante demostraci¨®n de poder¨ªo solo pod¨ªa hacerse con Saoko, probablemente el mejor tema de Motomami y el que explica a la perfecci¨®n en qu¨¦ consiste ahora mismo el sonido Rosal¨ªa. O mejor, el concepto Rosal¨ªa.
A partir de ah¨ª, el concierto discurri¨® con una fant¨¢stica cronograf¨ªa y una narraci¨®n sin tropiezos a pesar de manejar g¨¦neros, lenguajes, c¨®digos y tecnolog¨ªas tan diversos. Porque Rosal¨ªa, por cierto en azul y negro vestida de Dion Lee y no de Pepa Salazar, como se rumore¨® en un principio, no sabe de prejuicios. Y lo mismo motoriza el De aqu¨ª no sales convirti¨¦ndolo en una f¨¢bula dist¨®pica que se pone la bata de cola m¨¢s grande jam¨¢s imaginada para entonar un De plata pasado por el filtro casi metalero de unos Lagartija Nick de ¨¢cido o interpreta en vivo la moto humana del videoclip de Motomami mut¨¢ndolo en un himno tan agresivo como hipn¨®tico. Porque mirar atr¨¢s, ni para coger impulso.
Entremedias hubo espacio para chafardear con el p¨²blico, recordar a Bisbal y a Tomatito (que estamos en Almer¨ªa, oiga), leer las pancartas que le han escrito, bajarse a cantar con los asistentes La noche de anoche, representar desde un sill¨®n de barbero y mientras se desmaquilla un ir¨®nico Diablo, tocar al piano un sentido Hentai, colgarse una guitarra el¨¦ctrica para interpretar la descorazonadora Dolerme, marcarse una versi¨®n de Perd¨®name de La Factor¨ªa ¡ªuno de los momentazos de la noche¡ª o estrenar alg¨²n tema in¨¦dito (por cierto, a los que rabiaban por no entender algunas de las letras de Motomami, que presten atenci¨®n al idioma inventado que hay en Aislamiento, una de esas novedades). Porque hay tantas Rosal¨ªas como canciones tiene esta gira (y son casi una treintena, pasando por un divertido medley de reguet¨®n en el que suena Papi Chulo o Gasolina entre TKN o La combi Versace). Est¨¢ la Rosal¨ªa que zapatea para acto seguido y sin soluci¨®n de continuidad ponerse a hacer twerking, la Rosal¨ªa cinematogr¨¢fica (la interpretaci¨®n de Como un G con su cara ocupando toda la pantalla no habr¨ªa desentonado proyectada en una sala de cine), la Rosal¨ªa chula, empoderada e inmensa pase¨¢ndose por el escenario como si fuera el patio de su casa. Que probablemente lo sea, que lleva el suficiente rato ensayando para que esto funcione como un reloj. Y vaya si lo hace.
El Motomami World Tour es el fiel reflejo de unos tiempos en los que los m¨²sicos (salvo fugaz aparici¨®n de un teclista) se sustituyen por poderosas y contundentes bases grabadas y no pasa nada y de esos disruptivos y extra?amente bellos v¨ªdeos de TikTok que le sirvieron como carta de presentaci¨®n a la artista para anunciar el, ya para muchos, mejor disco del a?o. Al igual que aquellos videos, la escenograf¨ªa del Motomami World Tour es m¨ªnima (cuatro pantallas) y el sonido bien crudo. Todo es de un minimalismo exacto. Y con tan poco no es que ya rompa la cuarta pared, es que la hace a?icos. ?C¨®mo? Con una realizaci¨®n fastuosa en la que no solo el operador de steadycam va pinchando a los bailarines ¡ªespl¨¦ndidos, por cierto¡ª y a la propia Rosal¨ªa ¡ªa un palmo, a ver qui¨¦n es la guapa que aguanta eso¡ª, sino que son los propios bailarines quienes desde sus m¨®viles ofrecen puntos de vista subjetivos de lo que est¨¢ pasando ah¨ª arriba. Porque esto es el futuro. Y es un futuro en el que a ratos parece que est¨¦s viendo un deconstruido espect¨¢culo de danza contempor¨¢nea, otros una performance e incluso, por momentos, un desfile de algo oscuramente hermoso. Pero hay una cosa que permanece inmutable en este fest¨ªn sensorial y es la voz de Rosal¨ªa. Milim¨¦tricamente filtrada, precisa, emocionante y afinada, llevando algunos temas a otra dimensi¨®n y demostrando que, si quiere, canta m¨¢s hondo que nadie, aunque no sea, por esta vez, vestida con ch¨¢ndal de Versace.
Tras m¨¢s de hora y cuarto de concierto, la artista volvi¨® a salir con la apisonadora de Chicken Teriyaki ante el enloquecimiento general para encadenar con la conmovedora Sakura y cuando ya parec¨ªa que estaba todo dicho, cantado, bailado y exprimido, Rosal¨ªa solt¨® las mariposas de CUUUUuuuuuute y lo dej¨® en todo lo alto.
Anoche, Rosal¨ªa volvi¨® a dejar claro que tiene la mejor legi¨®n de seguidores (lo han cantado absolutamente todo y de qu¨¦ manera), que hace lo que quiere, que no necesita llenar el escenario con nada ni con nadie para que ella y sus canciones brillen, que no va a dar ni un paso atr¨¢s en este fascinante camino que ha emprendido y que se llama futuro. ?Bendito y brillante futuro!