El palco, una ignominia
Carece de toda l¨®gica, aunque as¨ª lo establezca el reglamento navarro, que un concejal presida una corrida en plaza de primera categor¨ªa
Resulta inimaginable que el alcalde de Madrid ejerciera de ¨¢rbitro en la final del partido de la Champions futbolera en el caso de que tal espect¨¢culo se celebrara en esa ciudad. Pues esa situaci¨®n tan extravagante se produce en Pamplona con la fiesta de los toros; el art¨ªculo 39 del reglamento taurino navarro establece que la presidencia de las corridas corresponde al alcalde, quien podr¨¢ delegar en un concejal. Lo que no dice es si uno y otro deben ser expertos o legos en la materia.
As¨ª, se producen situaciones estramb¨®ticas e injustas como la que ha protagonizado Xabier Sagardoy, co...
Resulta inimaginable que el alcalde de Madrid ejerciera de ¨¢rbitro en la final del partido de la Champions futbolera en el caso de que tal espect¨¢culo se celebrara en esa ciudad. Pues esa situaci¨®n tan extravagante se produce en Pamplona con la fiesta de los toros; el art¨ªculo 39 del reglamento taurino navarro establece que la presidencia de las corridas corresponde al alcalde, quien podr¨¢ delegar en un concejal. Lo que no dice es si uno y otro deben ser expertos o legos en la materia.
As¨ª, se producen situaciones estramb¨®ticas e injustas como la que ha protagonizado Xabier Sagardoy, concejal del PSN-PSOE, que ha negado una oreja a Daniel Luque cuando la inmensa mayor¨ªa de la plaza as¨ª lo demandaba. La raz¨®n de tal proceder quedar¨¢ en el ba¨²l de los misterios sin resolver, pero est¨¢ claro que quien ha aprobado la norma tiene en escasa estima la seriedad inherente a la fiesta de los toros. Un concejal por el hecho de serlo no puede ejercer de presidente de un festejo en plaza de primera, y si eso sucede en Pamplona es porque all¨ª importa m¨¢s el jolgorio que la tauromaquia.
Pero no es ese el ¨²nico dilema que ha surgido en la corrida de Fuente Ymbro, una corrida, por cierto, de una impecable presentaci¨®n, con toros muy serios, de impresionantes arboladuras y encastada y noble condici¨®n, aunque ninguno de ellos ofreciera una pelea brava en el tercio de varas.
?Es justo exigir a un torero que se juegue el tipo de verdad ante un toro como el primero de Luque, al que daba miedo verlo incluso desde la lejan¨ªa? Claro que es justo, pero tampoco se debe olvidar que los toreros son seres humanos y su instinto de supervivencia se pone en rojo cuando est¨¢n delante de unos largos y afilados pitones separados por 80 cent¨ªmetros.
Y otro dilema m¨¢s: ?merece la pena el esfuerzo de torear con hondura y sentimiento cuando la plaza no valora el buen toreo, la mitad de ella est¨¢ de espaldas bailando y cantando y la otra mitad ni pincha ni corta? ?No es m¨¢s recomendable echarse de rodillas y dar cuatro mantazos y, ya enhiesto, una tanda de manoletinas atropelladas para que las pe?as presten atenci¨®n?
Dicho lo cual, la corrida de Fuente Ymbro estuvo muy por encima de la terna, que hizo m¨¢s de lo que pudo, que fue bastante menos de lo que los toros merec¨ªan.
Luque, por ejemplo, volvi¨® a evidenciar que le sobra t¨¦cnica, seguridad y disposici¨®n, pero con ese toro cornal¨®n primero estuvo correcto y guardando la ropa; bien, f¨¢cil, pero sin decir nada, sin hondura alguna. Bueno, una tanda de naturales al final de su labor muleteril tuvo empaque, pero no se confi¨®. A pesar de que no hizo concesiones a la galer¨ªa, la mayor¨ªa del p¨²blico solicit¨® un trofeo que el concejal neg¨®.
T¨¦cnico y dominador se le vio ante el cuarto, pero tambi¨¦n acelerado y superficial, en plan pegapases moderno; adem¨¢s, pinch¨® antes de cobrar una estocada baja. La petici¨®n fue minoritaria, pero el presidente no lo dud¨® y sac¨® el pa?uelo con rapidez. Misterios sanfermineros.
Tampoco brillaron Jos¨¦ Garrido y ?lvaro Lorenzo, aunque los dos tuvieron momentos de buen toreo. El primero, por naturales ante sus dos toros, pero no supo aprovechar la calidad extraordinaria del quinto, que llevaba dos cortijos en la cabeza y no par¨® de embestir desde que salt¨® al ruedo. Eso s¨ª, se hinc¨® de rodillas en el segundo y se adorn¨® por bernadinas en el otro, lo que le permiti¨® pasear una oreja.
Y a Lorenzo le sucedi¨® algo parecido; de su larga faena al tercero solo se recuerda una tanda de naturales templados en una inmensidad de pases anodinos; y ante el soso sexto (un toro de seis a?os, que solo se pudo lidiar en Pamplona porque as¨ª lo permite su humor¨ªstico e ignominioso reglamento), no hizo nada relevante y, encima, lo mat¨® de impresentable manera.
Fuente Ymbro / Luque, Garrido, Lorenzo
Toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados, serios, cornalones y astifinos, muy desiguales en los caballos, nobles, encastados y con movilidad. Sobre todos ellos destacó el quinto, muy codicioso en el último tercio.
Daniel Luque: estocada (fuerte petición y vuelta al ruedo); pinchazo y estocada caída (oreja).
José Garrido: tres pinchazos -aviso- media estocada y tres descabellos (silencio); estocada baja (oreja).
Álvaro Lorenzo: estocada caída y trasera -aviso- (oreja); pinchazo, media estocada en los costillares y pinchazo (silencio).
Plaza de Pamplona. 8 de julio. Segunda corrida de la feria de San Fermín. Lleno.