Todas las sombras de Putin: un c¨®mic retrata al presidente ruso acusado de envenenamientos y de ocultar millones
El periodista gr¨¢fico Darryl Cunningham repasa en una investigaci¨®n dibujada los episodios m¨¢s turbios del l¨ªder ruso, al que compara con ¡°un g¨¢nster¡±
El poder de Vlad¨ªmir Putin, su pasado y, por supuesto, la invasi¨®n de Ucrania que ha emprendido, han sido analizados y comentados al detalle. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede decir del presidente ruso sin repetirse? Pues bien, el periodista gr¨¢fico Darryl Cunningham ha encontrado 200.000 millones de razones para aportar su visi¨®n al debate. Tantos motivos como d¨®lares componen el tesoro acumulado por el mandatario, seg¨²n las estimaciones citadas en el c¨®mic La Rusia de Putin (Astiberri). ¡°Lo cual le har¨ªa m¨¢s rico que los cuatro hombres oficialmente m¨¢s ricos del mundo: Jeff Bezos, Elon Musk, Bernard Arnault y Bill Gates¡±, se agrega en el tebeo.
En otra vi?eta, una fuente considera directamente ¡°est¨¦ril¡± calcular su desmesurado patrimonio. Sea cual sea, la enorme cantidad de dinero sirve para entender una parte de lo sucedido en Rusia bajo el mandato de Putin. Porque muchos le llaman tirano. Pero la investigaci¨®n dibujada de Cunningham a?ade otra palabra clave al retrato: multimillonario.
Precisamente as¨ª titul¨® el reportero brit¨¢nico su anterior obra, editada en 2020 por Panini. Y durante la promoci¨®n de aquel trabajo, mientras alertaba sobre el peligro que representan Bezos o Rupert Murdoch, un d¨ªa brome¨® con que su siguiente obra se centrar¨ªa en Putin. Dicho y hecho. ¡°No estoy en contra de la gente rica, pero creo que hay un nivel por encima del cual es da?ino para una sociedad. Acumulan un poder enorme debido a su dinero. Pueden dictar cu¨¢l es la conversaci¨®n, adquirir The Washington Post o Twitter. Si est¨¢s en una posici¨®n en la que desde la ventana de tu rascacielos puedes comprar todo lo que ves, muchas de las leyes no se te aplican, porque las multas tienen un precio que no te afecta. Muchos de ellos tienen un complejo de ser dios y de p¨¦rdida de contacto con la realidad¡±, asegura Cunningham en una videollamada.
Hay, eso s¨ª, matices. En Multimillonarios, el periodista narraba la aversi¨®n del due?o de Amazon a los sindicatos, o las manipulaciones del magnate de Fox News. Pero los fajos de dinero dibujados en La Rusia de Putin no son sombr¨ªos, sino que est¨¢n manchados de sangre. ¡°El c¨®mic te permite mandar toneladas de informaci¨®n de forma muy r¨¢pida a la mente de los lectores. Busqu¨¦ ser conciso, pero sin omitir nada. No quiero que la gente luche con el libro, sino que se encuentre metida en ¨¦l sin darse cuenta¡±, plantea el autor. Quien sepa poco o nada del presidente ruso encontrar¨¢ un viaje a trav¨¦s de servicios secretos, asesinatos pol¨ªticos, atentados terroristas de dudoso origen o feroces represiones. Pero incluso los conocedores de esta historia hallar¨¢n motivos de inter¨¦s en el c¨®mic: he aqu¨ª el periplo entero de Putin, de joven delgaducho y vengativo a n¨¦mesis de media humanidad, resumido en 156 p¨¢ginas. Y con el dinero constantemente bajo la lupa.
¡°Cuando miras su carrera, misteriosamente parece estar siempre en la posici¨®n correcta, en el momento adecuado, y con el trabajo justo. Obviamente el apoyo de la red del KGB tiene que ver¡±, reflexiona Cunningham. Otras respuestas aparecen en el c¨®mic: su tempranero fichaje como esp¨ªa, su labor en los noventa al lado del discutido alcalde de San Petesrburgo, Anatoli Sobchak, el ascenso hasta la presidencia gracias al apoyo del entonces mandatario, Boris Yeltsin. El autor a?adi¨® en marzo de 2022 una breve introducci¨®n, para incluir la invasi¨®n de Ucrania en el libro, publicado en septiembre de 2021. Pero ¨¦l sostiene que, visto en perspectiva, el camino de Putin iba inevitablemente directo hacia la guerra: ¡°Los l¨ªderes occidentales fueron muy ingenuos. Han analizado las acciones de Putin desde el punto de vista de un hombre de Estado, como si las hubieran realizado ellos. Pero su actitud ha sido la de un g¨¢nster. Ve la diplomacia como una debilidad, las normas generales de la pol¨ªtica no significan nada para ¨¦l. Y una de las razones por las que puede permit¨ªrselo es la colosal cantidad de dinero con la que nuestros pa¨ªses inundan a Rusia¡±.
El c¨®mic apunta al distrito financiero de Londres como una enorme lavadora de dinero sucio procedente del entorno de Putin. Y cuestiona, m¨¢s en general, el silencio c¨®mplice de cualquier lector: ¡°No deber¨ªa ser considerado como un l¨ªder internacional respetable, sino un capo asesino de la mafia KGB con un escuadr¨®n de asesinos y un laboratorio de armas qu¨ªmicas a su disposici¨®n¡±. ¡°Con la invasi¨®n de Ucrania se le ha ca¨ªdo la m¨¢scara¡±, a?ade el periodista.
El tebeo repasa los episodios m¨¢s turbios protagonizados por el presidente ruso. Como los atentados de septiembre de 1999 en Mosc¨², Buinaksk y Volgodonsk, donde murieron 300 personas, que Putin aprovech¨® para bombardear Chechenia como represalia y apuntalar el comienzo de su presidencia. Y donde algunos opositores vieron la implicaci¨®n del FSB, una de las agencias sucesoras del KGB. Tambi¨¦n las tr¨¢gicas irrupciones de la polic¨ªa en los secuestros del Teatro Dubrovka de Mosc¨² o de la escuela de Besl¨¢n, que terminaron con decenas de muertes entre los rehenes. Aparecen los disparos que acabaron con Anna Politk¨®vskaya, la periodista m¨¢s conocida e inc¨®moda para la presidencia de Putin. O la desaparici¨®n, en la c¨¢rcel o para siempre, de opositores como el magnate Mika¨ªl Jodorkovski, el esp¨ªa Aleksandr Litvikenko o el pol¨ªtico Bor¨ªs Nemtsov. Las vi?etas retratan asimismo los estrechos v¨ªnculos de Putin con el expresidente de EE UU Donald Trump. Preguntado por el uso de muchas fuentes estadounidenses, que la propaganda rusa tachar¨ªa de tendenciosas, el periodista responde: ¡°Cito a otras tantas de dentro de Rusia, de gente que trabaj¨® con ¨¦l¡±.
¡°Putin ha dado razones de sobra para tom¨¢rselo muy en serio. Es evidente que es una persona muy peligrosa. Pero la gente no quer¨ªa creerlo. Siempre se piensa: no har¨ªa eso nunca. Y siempre lo hace¡±, insiste Cunningham. Para ¨¦l, Ucrania es el ejemplo m¨¢s reciente. Puede que tambi¨¦n el ¨²ltimo. Pero eso, seg¨²n el c¨®mic, depende de todos.
Babelia
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