¡®Buena suerte, Leo Grande¡¯: el valiente desnudo integral de Emma Thompson
La actriz, de 63 a?os, bucea en los deseos incumplidos de una viuda y en los dilemas morales de un trabajador sexual en un filme de corte teatral en el que destacan sus dos int¨¦rpretes
Emma Thompson es una actriz de cualidades algo irritantes. A veces por su inclinaci¨®n al histrionismo, otras por su t¨¦cnica tan perfecta y el resto por su manera de dar siempre la nota en defensa de las causas m¨¢s nobles y previsibles: del greenwashing (o ecoblanqueamiento) al zapato deportivo en los actos oficiales. El pa...
Emma Thompson es una actriz de cualidades algo irritantes. A veces por su inclinaci¨®n al histrionismo, otras por su t¨¦cnica tan perfecta y el resto por su manera de dar siempre la nota en defensa de las causas m¨¢s nobles y previsibles: del greenwashing (o ecoblanqueamiento) al zapato deportivo en los actos oficiales. El pasado mes de febrero, en el marco del festival de Berl¨ªn, se hizo viral el v¨ªdeo en el que la actriz brit¨¢nica hablaba de c¨®mo a las mujeres nos han educado para odiar nuestro cuerpo. ¡°Es un hecho¡±, dijo, ¡°todo lo que nos rodea solo nos recuerda lo imperfectas que somos¡±.
Thompson se refer¨ªa a su personaje en Buena suerte, Leo Grande y a lo que considera el mayor reto de su carrera: desnudarse a sus 63 a?os superando su terror al espejo. Un reto que despu¨¦s de ver este filme interpretado junto al actor de 29 a?os Daryl McCormack solo se puede tachar de admirable y valiente. Y no porque salga desnuda (aunque nunca es f¨¢cil desnudarse ante una c¨¢mara, tampoco para una actriz joven y lozana) sino por c¨®mo lo hace. Thompson no se desnuda sin m¨¢s, sino que compone en cuatro actos un personaje que concentra con humor y finura todos los miedos de una mujer a su propia carne y a su imagen. Un papel cuyos riesgos, que no son pocos, se van resolviendo con habilidad y credibilidad pese a la artificiosa propuesta: una viuda, profesora jubilada de Religi¨®n en un instituto, contrata a un trabajador sexual joven para hacer con ¨¦l lo que nunca hizo con su marido. Reforzando la teatralidad de la puesta en escena, los cuatro actos ocurren entre las paredes de un hotel impersonal, feo, alejado de cualquier adorno superfluo que distraiga de lo que aqu¨ª importa: dos cuerpos enfrentados a las dudas del deseo y a la inevitable comicidad del sexo.
La pel¨ªcula arranca con todos los clich¨¦s atribuidos a tantas mujeres crecidas en los a?os cincuenta y sesenta: orgasmos fingidos, sexo para bostezar, hijos par¨¢sitos y un marido que se fue a la tumba sin enterarse de nada. La enorme represi¨®n sexual de toda una generaci¨®n se confronta aqu¨ª con el discurso de un hombre joven que, pese a la seguridad que tiene en su f¨ªsico, tambi¨¦n tendr¨¢ que aprender a desnudarse.
Buena suerte, Leo Grande no elude el debate sobre la prostituci¨®n, aunque el espinoso asunto se toca m¨¢s bien de pasada. El resto discurre como un partido de tenis de gestos y di¨¢logos que si llega a buen puerto es gracias a una escalada en la que los dos int¨¦rpretes saben estar a la misma altura: ¨¦l, con su forzada y remilgada galanter¨ªa; ella, con el patetismo de sus nervios a flor de piel. Aunque el punto de inflexi¨®n llega en el segundo acto, a partir del baile que desatasca la rigidez de los cuerpos. A partir de ah¨ª, los personajes empiezan a fluir en un crescendo para el que Thompson se reserva las l¨ªneas finales en su mudo y emocionante desnudo integral.
Buena suerte, Leo Grande
Dirección: Sophie Hyde.
Intérpretes: Emma Thompson, Daryl McCormack.
Género: comedia dramática. Reino Unido, 2021.
Duración: 97 minutos.
Estreno: 2 de septiembre.