Rascacielos de campos: la agricultura vertical se expande
En Romainville, a las afueras de Par¨ªs, los campos apilados culminan la renovaci¨®n del barrio mezclando campo y ciudad

Qui¨¦n le iba a decir a Le Corbusier que, en lugar de levantarse del suelo para liberarlo, algunos edificios terminar¨ªan multiplicando el terreno que ocupan. Aunque caros de construir y mantener, adem¨¢s de necesitados de una sofisticada log¨ªstica, los campos apilados existen en pa¨ªses como Holanda, donde escasean las tierras de cultivo y hay dinero para poner a prueba opciones alternativas para alimentar a la poblaci¨®n. Se han construido campos de frutales sobre cubiertas y plantaciones de cereales en las sucesivas plantas de nuevos inmuebles o de inmuebles recuperados.
El levantado por Val¨¦rian Amalric (Ilimelgo), Daniel Duckert y Nicolas Genest (Secousses), finalista a los Premios Mies van der Rohe, es el primer edificio con vocaci¨®n de campo que se levanta en Francia. Responde a su contexto urbano interpretando la forma arquet¨ªpica ¡ªcubierta a dos aguas¡ª de los edificios del pueblo, Romainville. Es fiel a ese contexto, pero tambi¨¦n a la combinaci¨®n del mundo rural y el industrial. Ese cruce urbano-rural tiene, de momento, un objetivo m¨¢s educativo que productivo: trata de demostrar c¨®mo se puede reinventar la relaci¨®n entre el campo menguante y la ciudad creciente.
A las afueras de Par¨ªs, en Romainville, el inmueble est¨¢ abierto al p¨²blico. Contiene talleres de jardiner¨ªa, un restaurante para poder probar lo que all¨ª se cultiva y las plantas m¨¢s altas del inmueble ¡ªlas que tienen m¨¢s luz¡ª est¨¢n dedicadas a la producci¨®n de grano. Todo se puede visitar para descubrir c¨®mo se apila m¨¢s de un kil¨®metro cuadrado de planteles-campos de cultivo sobre un terreno urbano de apenas 350 metros.

Los arquitectos buscaron optimizar dos cosas: captar la m¨¢xima luz y despejar el m¨¢ximo espacio. Eso iba a decidir la arquitectura. El resultado es un invernadero-rascacielos orientado en busca del sol que, adem¨¢s de cuidar los cultivos, busca favorecer el trabajo de los nuevos granjeros urbanos. Lo que all¨ª se cultiva se puede comprar o probar en la tienda y el restaurante de la planta baja. La cocina, los planteles donde se cultivan las setas, la planta de compostaje y la caldera alimentada por le?a est¨¢n en el s¨®tano.
Con una tipolog¨ªa mixta, entra la horticultura y la industria, el edificio de hormig¨®n ¡ª¡±resiste mejor la carga y la humedad, tiene una buena inercia y era m¨¢s f¨¢cil de fabricar¡±, explican los arquitectos¡ª refleja formalmente esa mezcla que conjuga racionalidad, prefabricaci¨®n, industrializaci¨®n y combina el aspecto de unas modernas oficinas con su asimilaci¨®n entre los inmuebles del pueblo.
La fachada est¨¢ forrada con corcho y madera para aumentar el aislamiento. Con esos materiales se ha construido tambi¨¦n todo el mobiliario interior. Los proyectistas tambi¨¦n aseguran que el control en la ventilaci¨®n y el sistema de calefacci¨®n con energ¨ªa renovable ¡ªadem¨¢s del aislamiento que proporcionan la madera y el corcho¡ª y la abundancia de luz natural hacen de este edificio una arquitectura bioclim¨¢tica. No se trata solo de un invernadero, ni siquiera de una sucesi¨®n de invernaderos. El propio inmueble parece respirar gracias a un sistema electr¨®nico que monitoriza la circulaci¨®n del aire y permite el cambio en la protecci¨®n solar o la b¨²squeda del sol. El campo regresa a la ciudad habitando edificios h¨ªbridos.
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