Zanna Sloniowska, escritora ucrania: ¡°Putin no es un Stalin, es simplemente un bandido¡±
La autora supo retratar la represi¨®n rusa en Ucrania a?os antes de la actual guerra en ¡®Una vidriera en Le¨®polis¡¯, que se publica ahora en espa?ol
La mayor¨ªa de los escritores cuentan las cosas despu¨¦s de que ocurran, pero algunos tienen una incre¨ªble capacidad para adelantarse, para husmear lo suficiente un territorio como para describir un hilo conductor desde el pasado que se proyecta al futuro. Y es el caso de Zanna Sloniowska, nacida en Lvov en 1978, que public¨® en 2015 un libro sobre la represi¨®n rusa en Ucrania que hoy parece premonitorio. Es Una vidriera en Le¨®polis, que Alianza publica estos d¨ªas en Espa?a.
Pregunta. ?Sient...
La mayor¨ªa de los escritores cuentan las cosas despu¨¦s de que ocurran, pero algunos tienen una incre¨ªble capacidad para adelantarse, para husmear lo suficiente un territorio como para describir un hilo conductor desde el pasado que se proyecta al futuro. Y es el caso de Zanna Sloniowska, nacida en Lvov en 1978, que public¨® en 2015 un libro sobre la represi¨®n rusa en Ucrania que hoy parece premonitorio. Es Una vidriera en Le¨®polis, que Alianza publica estos d¨ªas en Espa?a.
Pregunta. ?Siente que Rusia siempre ha amenazado a Ucrania?
Respuesta. Durante al menos 300 a?os ha sido as¨ª, y posiblemente m¨¢s. Yekaterina II ya prohibi¨® la lengua por decreto. La cultura y el idioma siempre estuvieron reprimidos. En los a?os treinta m¨¢s de 300 intelectuales ucranios prominentes fueron asesinados. Tras la Segunda Guerra Mundial la represi¨®n fue menos obvia, pero el sistema mostraba lo ruso como superior a lo ucranio. Desde ni?a percib¨ªas que el idioma ucranio era de campesinos y folclore, pero que no hab¨ªa que usarla si quer¨ªas tener algo de prestigio en el espacio p¨²blico.
P. ?Qu¨¦ significa la lengua rusa para usted?
R. Es mi primera lengua, la principal y por eso es complicado para m¨ª. Yo me he criado en ruso, en ucranio y en polaco, porque mi abuela es polaca. En la guarder¨ªa ucrania no pasaba nada por hablar ucranio, pero en el colegio nos mostraban que hab¨ªa que esquinar esa lengua mientras nos hablaban del ¡°gran idioma ruso¡± o la ¡°gran literatura rusa¡±. Amo la literatura y la lengua rusas, sin ninguna duda, la amaba y la amo, entonces y ahora. Pero tambi¨¦n amo el ucranio y ahora que todo se ha complicado estoy convencida de que Ucrania tiene que ser de habla ucrania en los espacios p¨²blicos. Lo que Putin dice de que quiere defender a los rusohablantes es una mentira y ninguno de ellos lo quiere. Putin ha conseguido lo contrario: que la gente ahora odie la lengua y la cultura rusas y se pase al ucranio. Es una locura.
P. El problema no es el idioma, sino las personas, entonces.
R. El lenguaje nunca es el problema. El problema es Rusia, es la invasi¨®n, las mentiras. Pero el lenguaje, nunca.
P. ?Se siente ucrania, polaca, rusa?
R. Cuando hab¨ªa paz y libertad yo asum¨ªa esa identidad de frontera porosa que combinaba todos los elementos de mi identidad, todas mis lenguas. De hecho, las echo de menos si no las uso. Pero cuando empez¨® la guerra me dije que soy ucrania, porque lo soy. Es mi identidad civil. Pertenezco a Ucrania. Cuando acabe la guerra, vuelva la paz y supongamos que no haya frontera, que seamos parte de la UE, que podamos movernos libremente y estar conectados, entonces de nuevo asumir¨¦ mi identidad m¨²ltiple, que est¨¢ ah¨ª. Pero ahora lo m¨¢s importante es lo otro.
P. ?Qu¨¦ significa Putin para usted? ?Es un nuevo Stalin, un Hitler, una Yekaterina?
R. No, no. No es un nuevo Stalin. Es un bandido. Simplemente esto. Vimos tantos bandidos en los noventa, cuando tras el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica quer¨ªan enriquecerse r¨¢pido. Seres sin cultura, que entend¨ªan el lenguaje de la fuerza del poder con m¨¦todos bandidos, todo esto empez¨® as¨ª. Yo soy escritora y cuando Putin lleg¨® al poder ya me sorprendi¨® su lenguaje mafioso, desde el principio. Dec¨ªa que iba a tirar a los chechenos por el v¨¢ter. Antes era impensable usar el lenguaje en ese nivel, ahora ya est¨¢ m¨¢s extendido. Pero ese lenguaje ya me hizo ver ese peligro.
P. ¡°Dios no existe. Gagarin ha ido al espacio y lo ha comprobado¡±, dice la protagonista de su libro. Eso solo puede ser un recuerdo de su infancia. ?Tiene muchos recuerdos sovi¨¦ticos?
R. Totalmente. En la guarder¨ªa, por ejemplo, ¨¦ramos unos peque?ajos y ya recit¨¢bamos poemas a Lenin y Marx ante sus retratos gigantescos como si fueran dioses. Cuando mis hijos empezaron a ir a la guarder¨ªa en Polonia me choc¨® ver que no hab¨ªa Lenin, ni Marx, que era simplemente un lugar infantil. ?Dios m¨ªo!, me dije. Esto es vivir en el mundo libre.
P. Su novela recorre cuatro generaciones de una familia, todas atravesadas por la represi¨®n rusa. ?Es autobiogr¨¢fica?
R. Buena parte lo es. Mi bisabuelo, que era polaco, fue asesinado en 1937 en San Petersburgo cuando Stalin llev¨® a cabo su acci¨®n contra los polacos. Me enter¨¦ gracias a la organizaci¨®n Memorial, que ahora est¨¢ prohibida, que me ayud¨® a encontrar mis datos. Mi abuela ya hab¨ªa muerto entonces, pero si hubiera tenido ese conocimiento habr¨ªa sido otra persona. Tambi¨¦n ficcion¨¦ y a?ad¨ª otras historias para mostrar c¨®mo la identidad civil de Ucrania se iba dise?ando en nosotros. Ocurr¨ªa y sigue ocurriendo hoy.
P. ?Esperaba esta guerra?
R. Tem¨ªa esta guerra, era un miedo muy fuerte dentro de m¨ª desde la infancia. Intentaba ser optimista para consolarme porque quer¨ªa estar tranquila y no esperar la peor. Pero siempre la tem¨ª.