Gran novillada de El Freixo, con dos novillos de vuelta al ruedo

A los tres novilleros de la tercera de Fallas se lo pusieron como ellos seguro hab¨ªan so?ado: en Fallas y una novillada de lujo, de El Freixo, propiedad de El Juli. Gran lote el enviado a Valencia, con dos novillos extraordinarios, tercero y sexto, dos muy aprovechables, y uno, el quinto, que fue la oveja negra de la familia. Y el de La Cercada, que abri¨® plaza, bueno tambi¨¦n. Novillada para encumbrar a los novilleros, pero la cosa no acab¨® como deb¨ªa. Y de un bot¨ªn importante de orejas que la tarde pod¨ªa haber sumado, solo una...

A los tres novilleros de la tercera de Fallas se lo pusieron como ellos seguro hab¨ªan so?ado: en Fallas y una novillada de lujo, de El Freixo, propiedad de El Juli. Gran lote el enviado a Valencia, con dos novillos extraordinarios, tercero y sexto, dos muy aprovechables, y uno, el quinto, que fue la oveja negra de la familia. Y el de La Cercada, que abri¨® plaza, bueno tambi¨¦n. Novillada para encumbrar a los novilleros, pero la cosa no acab¨® como deb¨ªa. Y de un bot¨ªn importante de orejas que la tarde pod¨ªa haber sumado, solo una. Novillada de puerta grande para los tres espadas, que no fueron capaces de abrirla.

El ¨²nico que roz¨® el ¨¦xito grande fue el valenciano Nek Romero, pero la espada, sobre todo en el tercero, rest¨® y dej¨® el triunfo en tono menor. Un gran novillo fue el tercero de la tarde, bravo para el caballo y de gran fijeza y recorrido: un espect¨¢culo, sin duda. Delante de ¨¦l, un torero novel, debutante con caballos en Valencia, procedente de la Escuela de Tauromaquia. Le plant¨® cara el joven espada y, sobre todo, lo tore¨® bien sobre la mano derecha. Desde los iniciales doblones hasta los finales a una mano, la faena tuvo contenido y continente, aunque en el toreo al natural no terminara de cogerle el ritmo al novillo. Pero cont¨® y mucho la faena en su conjunto. Donde se afligi¨® fue a la hora de manejar la espada. El triunfo se fue al garete. Este novillo de bandera cogi¨® al banderillero Ra¨²l Bl¨¢zquez, al salir de un par de banderillas.

Y otro de igual guisa, el sexto. Precioso, colorado, largo y que se plant¨® desafiante en la arena nada m¨¢s salir. Tambi¨¦n se emple¨® en varas, y a la muleta lleg¨® en condiciones ideales. Romero abri¨® la faena con dos estatuarios y el remate improvisado de un cambiado por la espalda. A partir de ah¨ª, la labor se desenvolvi¨® larga y con argumentos. La bravura del novillo no se hab¨ªa gastado y dur¨® lo que dur¨® la larga faena. El buen concepto del novillero se desprendi¨® en cada serie, alguna no completa o no rematada. Pero el conjunto tuvo entidad, aunque demasiada larga. Tanto metraje le pas¨® factura a la hora de matar, cuando el novillo tard¨® en cuadrar.

Despu¨¦s de salir de un puyazo, el primero de la tarde se peg¨® un volant¨ªn monumental. Buena condici¨®n ten¨ªa ese novillo, pero qued¨® marcado para el tercio final. Lleg¨® algo rebrincado, pero con vocaci¨®n de tomar la muleta. Un puesto y seguro V¨ªctor Hern¨¢ndez lo trat¨® con suavidad, pero un tanto encimista. Mejor toreado sobre la mano derecha y sin cogerle el aire por el lado izquierdo. Y escasa reacci¨®n del tendido, mientras la m¨²sica sonaba sin parar, sin ton ni son.

En la t¨®nica de la novillada de El Freixo, el cuarto fue otro que se ofreci¨® sin condiciones. Pero tampoco cuaj¨® V¨ªctor Hern¨¢ndez, que empez¨® de rodillas con un pase cambiado por la espalda. Las dos primeras tandas con la mano derecha tuvieron son, pero fue un amago de faena. Como muy sobrado delante del novillo, pero sin terminar de rematar los muletazos. Otra vez muy de cerca, agobiando, la faena fue perdiendo peso. Los rodillazos finales fueron oropel, como buscando desesperadamente cortar las orejas de un novillo que mereci¨® mucho m¨¢s.

Los doblones toreros que le dio ?lvaro Burdiel al segundo perec¨ªan preludio de algo importante. Pero tampoco la cosa repunt¨®. Una primera tanda en redondo, con el novillo bien toreado, subi¨® enteros. Pero el asunto no tom¨® cuerpo en el toreo al natural. Muy de cerca, el novillo acab¨® como topando en la muleta. Una labor que no termin¨® de arrancar, venida a menos.

La condici¨®n del quinto fue la excepci¨®n al gran lote de El Freixo. Un colorado, que por tres veces fue al caballo y por tres veces se sali¨® suelto. De embestida brusca, sin entrega, tuvo delante a un Burdiel que puso voluntad, pero que no se aclar¨® con su oponente. Muy ligero en los muletazos, alg¨²n tir¨®n que otro, poco centrado, y la m¨²sica sonando sin motivo. Tras una estocada baja, una vuelta al ruedo sin entidad.