Manzanares y Talavante, a hombros del triunfalismo
Rosario de hierros con dos toros de gran calidad
Llegaron las figuras y lleg¨® el medio toro, tanto de forma como de fondo. Toros dise?ados para el toreo moderno, que no molestan, que colaboran sin poner condiciones, que tienen resuello muy justo. Que son, en definitiva, amigos para siempre. Si a eso le sumamos que, disimuladamente, se les pega de lo lindo en varas, la ¡°fiesta¡± es completa. Y, si, adem¨¢s, la plaza casi se llena de p¨²blico de verbena, todo el mundo se va contento a casa. Porque aunque hubo algunas protestas por algunos toros, la mayor¨ªa gan¨® y no puso pegas.
Al segundo de la tarde lo protestaron de salida, no fue un¨¢nim...
Llegaron las figuras y lleg¨® el medio toro, tanto de forma como de fondo. Toros dise?ados para el toreo moderno, que no molestan, que colaboran sin poner condiciones, que tienen resuello muy justo. Que son, en definitiva, amigos para siempre. Si a eso le sumamos que, disimuladamente, se les pega de lo lindo en varas, la ¡°fiesta¡± es completa. Y, si, adem¨¢s, la plaza casi se llena de p¨²blico de verbena, todo el mundo se va contento a casa. Porque aunque hubo algunas protestas por algunos toros, la mayor¨ªa gan¨® y no puso pegas.
Al segundo de la tarde lo protestaron de salida, no fue un¨¢nime el rechazo, pero el toro, desde luego, dejaba bastante que desear en cuanto a presentaci¨®n. Cortito de cuerpo y pitones. Pero fue un toro so?ado para el torero. Bondadoso, noble, obediente, que se fue tras la muleta sin condici¨®n alguna. Adem¨¢s, un toro que humill¨® una barbaridad. Manzanares le anduvo como Pedro por su casa. Dominando la situaci¨®n en cada momento y solo una peque?a fase de pruebas, para enseguida ponerse a torear en redondo. Las tandas, siempre cortas, se sucedieron una detr¨¢s de otra, f¨¢ciles. En toda esa labor solo un par de conjunto con la izquierda y tambi¨¦n cortas, de gran plasticidad. Fue lo mejor de una faena muy a favor de la corriente de un toro a modo y a la moda. Lo m¨¢s parecido al toreo de sal¨®n. El doble trofeo pareci¨® excesivo.
Casi m¨¢s de lo mismo con el quinto. Otro toro muy justo de todo, de presencia y de fuerzas. Que amag¨® varias veces con tumbarse en la arena y al que Manzanares, su m¨¦rito tiene, mantuvo en pie contra pron¨®stico. Descubierta la bondad infinita del toro, de nuevo un Manzanares por encima de cualquier condici¨®n. Faena casi calcada a la anterior, a dulce toro, de embestida como carret¨®n de entrenamiento. Soso tambi¨¦n ese toro, que volvi¨® a permitir a Manzanares encontrarse a sus anchas. Faena larga, compuesta, con muletazos de indudable belleza, de una superioridad casi abusiva ante toro tan permisible.
El bello toro que abri¨® la corrida fue una decepci¨®n. Muy bien hecho, astifino y ofensivo, con las puntas de los pitones mirando hacia arriba. Armon¨ªa de tan hermoso ejemplar. Pero todo se qued¨® en eso y nada m¨¢s que eso. Nada m¨¢s abrirse Castella con la muleta, el toro ya renunci¨® y busc¨® las tablas. Castella, excesivamente ceremonioso, lo intent¨® pero sin mucho inter¨¦s aparente. Con el cuarto todav¨ªa menos. Toro moribundo, que hizo conatos de echarse durante la faena, ante un Castella que renunci¨® pronto porque ante aquello llamado toro no hab¨ªa nada que hacer.
Talavante le hizo al tercero una faena rara, de argumento desordenado. De pases amontonados, algunos de concepto indefinido. Todo muy extra?o ante un toro de bondad infinita, de escaso resuello y presencia m¨¢s que justa. Al paso, sin apenas emoci¨®n, el toro hizo lo que Talavante quer¨ªa, que en algunos trances tampoco se sab¨ªa muy bien lo que pretend¨ªa.
La faena al excelente sexto fue m¨¢s asentada, m¨¢s l¨®gica. De principios r¨¢pidos, pero m¨¢s pausada a medida que avanz¨®. Y otro toro para el recreo de su matador. De toda esa labor, siempre muy asegurada, una serie en trenza sobre la derecha levant¨® clamor. Talavante jug¨® a ganador con un toro que se lo puso en bandeja. Y lo aprovecho tambi¨¦n a favor de un p¨²blico entregado, que valoraba por igual lo bueno que lo menos bueno. Con la tarde ya lanzada al triunfalismo, el palco se sum¨® a la fiesta. Y todos contentos.
SAN LORENZO, GARCIGRANDE, HERN?NDEZ / CASTELLA, MANZANARES, TALAVANTE
Toros de Puerto de San Lorenzo (1º, 3º y 5º), Garcigrande (2º y 6º) y Domingo Hernández (4º), excepto primero y sexto, de bello dibujo, el resto sin apenas remate. Todos con las fuerzas muy justas y bondadosos. Primero, manso y rajado. Segundo y sexto, de gran calidad.
Sebastián Castella: pinchazo y otro hondo (silencio): estocada (silencio).
José María Manzanares: estocada (dos orejas con alguna voz en contra); estocada (oreja).
Alejandro Talavante: estocada (saludos con alguna protesta); estocada algo pasada y tendida (dos orejas)
Plaza de Valencia. 16 de marzo. Quinta corrida de la Feria de Fallas. Más de tres cuartos de entrada.