¡®Mi crimen¡¯: una loca comedia francesa de ¨¦poca con un reparto sembrado y una Isabelle Huppert muy divertida

Mi crimen, la ¨²ltima pel¨ªcula del franc¨¦s Fran?ois Ozon, es una comedia gozosa con aire de vodevil que fluye como un manantial de la mano de un reparto sembrado, capaz de moverse entre di¨¢logos brillantes y endiablados, y una trama con todos los ingredientes posibles: asesinatos, desahucios, amantes, actrices fracasadas, juicios, sororidad y un poquito de Me Too.

Dos amigas, actriz y abogada, interpretadas por Nadia Tereszkiewicz y Rebecca Marder, est¨¢n al borde del desahucio cuando sus vidas se complican a¨²...

Mi crimen, la ¨²ltima pel¨ªcula del franc¨¦s Fran?ois Ozon, es una comedia gozosa con aire de vodevil que fluye como un manantial de la mano de un reparto sembrado, capaz de moverse entre di¨¢logos brillantes y endiablados, y una trama con todos los ingredientes posibles: asesinatos, desahucios, amantes, actrices fracasadas, juicios, sororidad y un poquito de Me Too.

Dos amigas, actriz y abogada, interpretadas por Nadia Tereszkiewicz y Rebecca Marder, est¨¢n al borde del desahucio cuando sus vidas se complican a¨²n m¨¢s al acabar una de ellas acusada del asesinato de un empresario y productor de cine. Lo que desencadena la confesi¨®n de ese crimen es una loca comedia de ¨¦poca muy bien construida, capaz de ser tan blanca y ligera en la superficie como negra en el fondo.

El prol¨ªfico cineasta franc¨¦s adapta libremente una obra de teatro de 1934 de Georges Berr y Louis Verneuil que ya fue llevada al cine en Hollywood en 1937 bajo el t¨ªtulo de Confesi¨®n sincera, con Carole Lombard en la piel de la asesina confesa y a las ¨®rdenes de Wesley Ruggles, el director de No soy ning¨²n ¨¢ngel, cl¨¢sico de Mae West. Ozon encuadra Mi crimen en la trilog¨ªa que completan sus dos comedias femeninas Potiche. Mujeres al poder, de 2011, y 8 mujeres, de 2002, aunque esta vez el asunto central es, sobre todo, la amistad femenina.

Ambientada en un Par¨ªs que remite al cine cl¨¢sico, Ozon logra sacar brillo de un artificio inteligente que no solo transporta al espectador al pasado, sino al sue?o de ese pasado, como si dentro de Mi crimen y sus gui?os a la screwball comedy nadasen decenas de comedias de otra ¨¦poca que tratan de t¨² a t¨² al presente, sin gestos ni di¨¢logos acartonados.

La guinda del pastel la sirve la estrella invitada, Isabelle Huppert, en la piel de una diva decadente que podr¨ªa situarse entre Cruella de Vil y la Gloria Swanson de El crep¨²sculo de los dioses. Ozon mueve tan bien los hilos de su pel¨ªcula que la fabulosa y muy divertida presencia de Huppert no eclipsa al resto del reparto. Al rev¨¦s, crecen con ella. Tal vez la comuni¨®n entre las int¨¦rpretes tenga una ¨²ltima raz¨®n de ser: Mi crimen tambi¨¦n es la historia de c¨®mo una actriz muy mala y sin ¨¦xito encuentra donde menos se lo espera el papel de su vida y, por supuesto, lo borda.