El toro, por los suelos
Un extraordinario par de banderillas de Curro Javier, lo m¨¢s sobresaliente de otra corrida gafada por los descastados toros de N¨²?ez del Cuvillo y Victoriano del R¨ªo
No hay duda de que el toro de este Madrid de 2023 ha bajado hasta los infiernos. Ya no es ese animal de trap¨ªo sobresaliente que llamaba la atenci¨®n de salida e irradiaba un halo de miedo y respeto por los tendidos. Ahora, es uno m¨¢s, como el que sale en cualquier otra plaza; por ejemplo, los de esta tarde, justos, muy justos de presentaci¨®n, impropios todos ellos de la historia de esta feria.
Llama la atenci¨®n, adem¨¢s, que N¨²?ez del Cuvillo no haya sido capaz de presentar tres toros con garant¨ªas de se...
No hay duda de que el toro de este Madrid de 2023 ha bajado hasta los infiernos. Ya no es ese animal de trap¨ªo sobresaliente que llamaba la atenci¨®n de salida e irradiaba un halo de miedo y respeto por los tendidos. Ahora, es uno m¨¢s, como el que sale en cualquier otra plaza; por ejemplo, los de esta tarde, justos, muy justos de presentaci¨®n, impropios todos ellos de la historia de esta feria.
Llama la atenci¨®n, adem¨¢s, que N¨²?ez del Cuvillo no haya sido capaz de presentar tres toros con garant¨ªas de ser aprobados. ?C¨®mo es posible que una ganader¨ªa tan larga no tenga tres toros para San Isidro? Pero no hay que devanarse los sesos. De acuerdo con la absoluta falta de transparencia del taurinismo andante, no habr¨¢ responsable alguno que ofrezca una explicaci¨®n coherente sobre la causa de esta situaci¨®n.
Porque ese asunto no es solo cuesti¨®n de trap¨ªo, sino de car¨¢cter y comportamiento. Los toros de esta tarde pecaron de mansedumbre y de ausencia de fortaleza hasta unos extremos preocupantes; porque se est¨¢ hablando de dos ganader¨ªas punteras, prestigiosas, deseadas y exigidas por las figuras.
?Qui¨¦n tiene la culpa de esta situaci¨®n? ?Los toreros? ?Los ganaderos? ?La autoridad? ?El p¨²blico? De todo un poco. Al haber menos aficionados, merma la exigencia, y la mayor¨ªa del p¨²blico jaranero promueve la permisividad. Es decir, se supone que las figuras son los que eligen en el campo, el ganadero acepta complacido y la autoridad aprueba sin m¨¢s contemplaciones.
Eso es por lo que respecta a la estampa de los toros; sobre la falta de fuerza y casta se dice, y as¨ª ser¨¢, que el p¨²blico de hoy es m¨¢s sensible y triunfalista y prefiere el arte con becerros que haza?as con toros. Pero como es verdad que sin toros nada tiene importancia, concluirse puede que la corrida de esta tarde ha sido una pantomima, una supuesta imposici¨®n de la modernidad, pero, tambi¨¦n, un fraude en toda regla.
En este desastre hubo algunos momentos destacados. El m¨¢s brillante lo protagoniz¨® el subalterno Curro Javier, que clav¨® un par de banderillas de ¨¦poca al manso y huidizo cuarto toro de la tarde. La plaza se puso en pie y le dedic¨® una atronadora y justa ovaci¨®n.
Y poco m¨¢s, casi nada, queda en el recuerdo. Bueno, s¨ª, la lluvia que apareci¨® por vez primera en esta feria. El aguacero fue torrencial durante la faena de muleta del primero con el que Perera se afan¨® en sacar algunos muletazos estimables a un animal dulce y blando. Ante el cuarto, un manso, rajado, pero con cierta fijeza en sus escasas embestidas, el torero se justific¨® sobradamente y le rob¨® muletazos que el toro no merec¨ªa por ambas manos. Pero como Perera es torero de la modernidad, se puso pesado sin saber por qu¨¦, err¨® repetidamente a la hora de matar y el presidente le perdon¨® el tercer aviso con el tiempo ya cumplido.
Talavante recibi¨® a su primero con unos personal¨ªsimos capotazos, mitad ver¨®nicas, mitad delantales que despertaron la esperanza. E inici¨® la labor de muleta con unos ayudados por alto, un pase cambiado por la espalda, una trincherilla y un pase de pecho, que fueron el preludio de una faena que fue a poco m¨¢s por la bober¨ªa y la invalidez de su oponente. Del mismo modo, comenz¨® el ¨²ltimo tercio del quinto, en el que sobresalieron tres naturales espl¨¦ndidos, pero no hubo m¨¢s. A pesar de su deslucido, Talavante ofreci¨® una imagen m¨¢s asentada y confiada que el a?o pasado.
Y Gin¨¦s Mar¨ªn pech¨® con el peor lote. Un manso inservible fue el tercero, y muy soso y descastado el ¨²ltimo. Se le agradeci¨® la voluntad y poco m¨¢s.
Ah¨ª qued¨®, en los bajos fondos, sin que le importe a casi nadie, la imagen del toro bravo, la estampa perdida del toro de Madrid.
Del R¨ªo y Del Cuvillo/Perera, Talavante, Mar¨ªn
Dos toros de Núñez del Cuvillo, primero y segundo, mansos, nobles y blandos; uno, el tercero, de Toros de Cortés, manso e insípido; y tres de Victoriano del Río, mansos, blandos, nobles y descastados. Todos muy justos de presentación.
Miguel Ángel Perera: bajonazo y media tendida y baja (silencio); _aviso_ dos pinchazos, _2º aviso_ media perpendicular y baja y 7 descabellos (silencio).
Alejandro Talavante: dos pinchazos _aviso_ y un descabello (silencio); pinchazo, estocada casi entera y un descabello (silencio).
Ginés Marín: estocada (silencio); pinchazo, media baja y un descabello (silencio).
Plaza de Las Ventas. 26 de mayo. Decimoquinto festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’ (22.964 espectadores, según la empresa).