Tres maneras de aproximarse a la madre
El bolet¨ªn ¡®Letras Americanas¡¯ revisa las diferentes formas de abordar el tema en ¡®El coraz¨®n del da?o¡¯, de Mar¨ªa Negroni, ¡®La encomienda¡¯, de Margarita Garc¨ªa Robayo, y ¡®Gloria¡¯, Andr¨¦s Felipe Solano
¡°La literatura es la prueba de que la vida no alcanza¡±, dijo Pessoa alguna vez y Mar¨ªa Negroni nos lo recuerda al comienzo de El coraz¨®n del da?o, artefacto literario que se ha presentado como una novela pero que tambi¨¦n podr¨ªa haberlo hecho como un poema en prosa, un ensayo autobiogr¨¢fico o una cr¨®nica con ficci¨®n, para despu¨¦s aseverar: ¡°Puede ser¡±.
Antes incluso de esa ...
¡°La literatura es la prueba de que la vida no alcanza¡±, dijo Pessoa alguna vez y Mar¨ªa Negroni nos lo recuerda al comienzo de El coraz¨®n del da?o, artefacto literario que se ha presentado como una novela pero que tambi¨¦n podr¨ªa haberlo hecho como un poema en prosa, un ensayo autobiogr¨¢fico o una cr¨®nica con ficci¨®n, para despu¨¦s aseverar: ¡°Puede ser¡±.
Antes incluso de esa primera declaraci¨®n y esa primera duda, a la que siguen otra sentencia no menos poderosa, esta vez, de la propia Negroni: ¡°M¨¢s probable es que la vida y la literatura, siendo ambas insuficientes, alumbren a veces ¡ªcomo una linterna m¨¢gica¡ª la textura y el espesor de las cosas, la asombrada complejidad que somos¡±, as¨ª como otra acotaci¨®n ¡ª¡±Es lo que busqu¨¦, madre¡±¡ª, la autora argentina, que entiende uno de los asuntos m¨¢s importantes de la existencia ¡ªque la vida es gram¨¢tica y las gram¨¢ticas, gram¨¢ticas son¡ª, es decir, desde el ep¨ªgrafe mismo de su libro, deja claro el tipo de obra ante la que el lector habr¨¢ de enfrentarse: ¡°Voy a crear lo que me sucedi¨®¡±.
¡°Voy a crear lo que me sucedi¨®. S¨®lo porque vivir no es narrable. Vivir no es vivible. Tendr¨¦ que crear sobre la vida. Y sin mentir¡±, dice Clarice Lispector en La pasi¨®n seg¨²n G H, ese libro en el que una mujer, como hace la propia Negroni en El coraz¨®n del da?o, trata, rebuscando en los significantes de su pasado, de explicarse, antes que a otro ser humano y antes, tambi¨¦n, que a s¨ª misma, la forma, la tensi¨®n y la densidad ¡ªcarnal y ling¨¹¨ªstica¡ª de una relaci¨®n, al tiempo que busca, antes que, en el pasado, en el presente continuo de la palabra. La relaci¨®n que Negroni busca desenhebrar es, sin embargo, a diferencia de la de la protagonista de Lispector, la de ella misma con su madre. Y es que este libro ¡ªde m¨¢s est¨¢ decir que es extraordinario¡ª, esta novela, poema, cr¨®nica, ensayo, cuerpo en constante fermentaci¨®n y a punto de resurrecci¨®n no es un libro sobre la madre, como se ha dicho, ni uno sobre la hija, como tambi¨¦n se ha dicho: es sobre esa relaci¨®n.
Girar en torno a la forma
¡°Perderse, escribi¨® Clarice Lispector, es un encontrarse peligroso¡±, escribe Negroni mediado El coraz¨®n del da?o, cuando las primeras formas que tuvo la relaci¨®n a la que est¨¢ tratando de devolver o de otorgarle, m¨¢s bien, su dimensi¨®n decisiva ¡ªa veces se trata de un c¨ªrculo que se convierte en una esfera por las palabras que habitan una madre y una ni?a, a veces de un cuadrado que se vuelve un cubo, tambi¨¦n por las palabras, que encierra a una madre y a una adolescente¡ª, para poder comprender el lazo que la una y la otra comparten, ya han quedado atr¨¢s. Por eso, Negroni contin¨²a: ¡°A esta escritora no la conozco a¨²n. / Llegar¨¢ a mi vida despu¨¦s (casi una d¨¦cada despu¨¦s) cuando ya no viva en un barrio del conurbano, no trabaje en la f¨¢brica de jeringas, tenga incomprensiblemente treinta a?os y se acaben las pinzas, los operativos, las citas cantadas, los Falcons verdes. / En una palabra: cuando termine la noche blanca de la desgracia, y yo est¨¦ renovada y como nueva, lista para resucitar. / Una vida dura precisa un lenguaje duro, y eso es la poes¨ªa, pens¨¦. / Ese pensamiento alcanz¨®. / Las palabras empezaron a llegar como dagas. / Titul¨¦ mi primer libro de poemas de tanto desolar¡±.
Insisto en el asunto de la forma y de c¨®mo la gram¨¢tica est¨¢ en el centro de todo, porque la obra de Negroni ¡ªque s¨ª, tambi¨¦n narra las marcas que una madre deja en el cuerpo de una hija y las que una hija deja en s¨ª misma en nombre de su madre, que tambi¨¦n muestra una ¨¦poca, una forma de intimidad y un modo de socializaci¨®n, al tiempo que desvela, de manera brillante, los mecanismos de la literatura¡ª es congruente hasta las ¨²ltimas consecuencias: nada de lo que cuenta El coraz¨®n del da?o tiene sentido si no alumbra la propia forma del libro, adem¨¢s de la persona en la que Negroni se va convirtiendo y la de esa madre que, en sentido inverso, se va deconstruyendo ¡ªya lo dije: la vida es gram¨¢tica y las gram¨¢ticas, gram¨¢ticas son, sobre todo, cuando son del cuerpo¡ª. Ahora bien, tambi¨¦n insisto en el asunto de la forma porque, como he dicho en otras entregas de esta newsletter, pocas cosas determinan el tipo de literatura que se encontrar¨¢ en un libro como la decisi¨®n del autor ante la dicotom¨ªa forma-historia. Y ac¨¢, tras dejar claro de qu¨¦ es partidaria Negroni, puedo ejemplificar otros dos modos, gracias a otros dos libros estupendos, que comparten el tema de la madre: La encomienda y Gloria.
En el medio y del otro lado
La encomienda, novela m¨¢s reciente de Margarita Garc¨ªa Robayo, que en sus libros anteriores ya hab¨ªa mostrado una capacidad incre¨ªble para acomodar las capas de la forma y la historia como si ¨¦stas fueran un asunto geol¨®gico, cuenta ¡ªpartiendo de la imaginaci¨®n antes que de la memoria, al rev¨¦s, pues, de lo que sucede en Gloria y a diferencia de lo que hace Negroni, que permite que una colonice a la otra¡ª la historia de una mujer que un d¨ªa recibe una caja ¡ªla hermana, que vive en la ciudad natal de ambas, suele enviarle comida y regalos¡ª desproporcionada. Al interior de esa caja, la protagonista del libro de Garc¨ªa Robayo encontrar¨¢, contra todo pron¨®stico, su pasado, su lugar de origen, los lazos que hab¨ªa dejado atr¨¢s y las que fue antes de ser la que es o cree que es. Y es que, al interior de esa caja, encontrar¨¢ a su madre. Y ser¨¢ ese estallido de lo inesperado, esa irrupci¨®n del pasado la que, parad¨®jicamente, detonar¨¢ la historia y la forma del libro.
Por eso, porque tanto la forma como la historia detonan en un mismo instante y a partir de un mismo elemento ¡ªque no resulta ni de una b¨²squeda en aras de recobrar, como sucede en Gloria, ni de una en aras de resignificar, como en el libro de Negroni¡ª, La encomienda no deja de ser una caja de sorpresas, el hermoso caj¨®n de una maga del que, cada vez que sale un relato, sale tambi¨¦n un engrane, cada vez que sale una an¨¦cdota, sale tambi¨¦n un resorte. Toda maravilla que viene dentro de una caja, ya se sabe, tiene instructivo, aunque solo aquello que fue dise?ado realmente bien, permite su armado sin necesidad de ver esa gu¨ªa: as¨ª es La encomienda. Pero estaba por decir, o quer¨ªa, m¨¢s bien, hablar, ahora que ya lo hice de quien antepone la forma y de quien empata la forma y el fondo, de quien prima el fondo, es decir, la historia.
As¨ª llego a Gloria, la novela m¨¢s reciente de Andr¨¦s Felipe Solano, en la que la historia se impone a la forma por la potencia narrativa, una fuerza que es una marea que no permite que nada se interponga entre ella y el lector ¡ªobviamente, no es que el colombiano no elija una forma, sino que ¨¦sta est¨¢ al servicio de lo que nos cuenta y, tambi¨¦n ¡ªde ah¨ª su otra forma de dar en la diana¡ª, de lo que no nos cuenta: un d¨ªa en Nueva York, a fines de los setentas, en el que la madre del narrador asiste a un concierto, pero tambi¨¦n lo que eso signific¨® o pudo significar para el futuro y lo que condens¨® o pudo condensar del pasado.
Y es que, al final, quiz¨¢ la literatura no sea mejor si se recarga en la forma, si lo hace en la historia o si busca un balance ¡ªaunque cada escritor tenga su predilecci¨®n¡ª. El secreto, quiero decir, como entienden Negroni, Garc¨ªa Robayo y Felipe Solano, quiz¨¢ sea encontrar lo que cada libro demanda y aceptar lo que cada escritor es capaz de hacer.
Parafraseando a Negroni, lo importante es que la vida y la literatura, siendo ambas insuficientes, alumbren juntas la asombrada complejidad que somos¡±.
Coordenadas
El coraz¨®n del da?o fue publicado por Random House, La encomienda lo public¨® Anagrama y Gloria apareci¨® bajo el sello Sexto Piso.