¡®Mi nombre es Alfred Hitchcock¡¯: el maestro nos desvela nuestras flaquezas en primera persona
El documental, firmado por Mark Cousins, es al mismo tiempo revelador y juguet¨®n, divertido y sombr¨ªo, embaucador y art¨ªstico
¡°Escrito y locutado por Alfred Hitchcock¡±, reza el ¨²ltimo t¨ªtulo de cr¨¦dito en el primer minuto de Mi nombre es Alfred Hitchcock, nuevo documental del divulgador norirland¨¦s Mark Cousins. Un poco m¨¢s tarde, esa voz en off refinada y fascinante, de continuas inflexiones en el tono, respiraci¨®n entrecortada, sarcasmo en cada frase, admitir¨¢ que a lo largo de la pel¨ªcula solo va a contar una mentira, e invita a los espectadores a descifrarla. Naturalmente, no se refiere al hecho (obvio) de que el maestro no ha podido escribir ni narrar el documental. Y he ah¨ª el primer juego de Cousins, muy a la manera de la sorna del m¨ªtico director, y de sus presentaciones en la serie Alfred Hitchcock Presents¡ Esa voz es una formidable imitaci¨®n por parte del actor brit¨¢nico Alistair McGowan, y la primera gran virtud de un trabajo que se acerca m¨¢s, como suele ser habitual en Cousins, al ensayo visual y a la clase de cine que a un documental al uso.
Y aunque sea cierto que Cousins se aproxima a una figura y a una obra inabarcables, qu¨¦ dif¨ªcil resulta que hoy en d¨ªa un trabajo sobre el director de V¨¦rtigo y Psicosis, La ventana indiscreta y Rebeca, parezca novedoso o, al menos, con aspectos nunca tratados y particularidades formales nunca utilizadas. El tono y la calma, adem¨¢s de una cierta poes¨ªa, presentes en algunos de los magn¨ªficos trabajos de Cousins (The Story of Film, Women Make Film, The Story of Looking¡), est¨¢ de nuevo presente, pero el hecho de que sea ese trasunto de Hitch quien lleve el mando, diciendo cosas que dijo, otras que pudo haber dicho, y aun unas cuantas que podr¨ªa decir hoy si viviera, si viera nuestros tiempos, nuestro cine y nuestras sociedades, acaba siendo seductor.
Esa cadencia monocorde de la narraci¨®n, de hecho, puede ir incluso en perjuicio de su ritmo, pero la sensaci¨®n de hast¨ªo solo acudir¨¢ a los cuerpos y las mentes de espectadores no interesados en el arte cinematogr¨¢ficos. Y de esos habr¨¢ pocos o ninguno en las salas. El documental se divide en seis partes ¡ªalgunas, claramente conectadas con otros estudios sobre el maestro; otras, singulares aportaciones de Cousins¡ª: evasi¨®n, deseo, soledad, tiempo, plenitud y altura. Y se alimenta de continuas secuencias de sus pel¨ªculas, en las que Cousins explica sus teor¨ªas (y las del propio Hitchcock) acerca de los detalles de la puesta en escena, el color, el sonido y otras parcelas formales o de fondo.
¡°Fui un artista, un temerario, un feriante¡±, dice el falso (verdadero) maestro en la narraci¨®n: ¡°Son muchos los que han opinado sobre mis pel¨ªculas. Han analizado mi estilo narrativo, mi modo de plasmar la culpa y la moral cat¨®lica. Han examinado mis fantas¨ªas visuales, mi furtiva forma de observar a las personas y a la belleza [¡], pero se les han escapado cosas¡±. El objetivo es, nada menos, que una especie de viaje en el tiempo en el que se acabar¨ªan identificando las flaquezas de los espectadores: los de antes, y los de ahora. Lo que a¨²n permanece.
Junto a todo ello, Cousins a?ade algunas fotograf¨ªas, pocas y animadas con alg¨²n elegante efecto, y un pu?ado de planos rodados por ¨¦l, los m¨¢s discutibles de su trabajo, que se supone que muestran la mirada del presente, la del espectador actual, pero que no terminan de encajar ni de comprenderse.
Mi nombre es Alfred Hitchcock es un trabajo al mismo tiempo revelador y juguet¨®n, divertido y sombr¨ªo, embaucador y art¨ªstico. As¨ª era el cine del tipo que hizo El hombre que sab¨ªa demasiado, y la agudeza de Cousins es la ¨²ltima en confirmarlo.
MI NOMBRE ES ALFRED HITCHCOCK
Dirección: Mark Cousins.
Intérpretes: Alistair McGowan (voz).
Género: documental. Reino Unido, 2023.
Duración: 120 minutos.
Estreno: 18 de agosto.
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