Bailes, conciertos y ¡®Psicosis¡¯ entre las tumbas
El cementerio ingl¨¦s de M¨¢laga programa medio centenar de actividades durante las noches de verano para obtener fondos con los que mantener y restaurar el recinto
Cae la noche sobre M¨¢laga y Alejandro Puerta, de 38 a?os, hace una foto a Cristina S¨¢nchez, de 36. ¡°Da un poco de mal rollo¡±, le dice ella. ¡°Es siniestro, pero tambi¨¦n bonito¡±, responde ¨¦l, mientras le ense?a la imagen en su m¨®vil, que junto a la chica incluye un pu?ado de peque?as tumbas cubiertas por conchas marinas y rodeadas de luces led amarillas. Cerca, un pu?ado de ni?os corretean entre cruces y ¨¢ngeles de m¨¢rmol mientras su madre se preocupa a gritos de que no se pierdan. Junto a un alto monolito funerario hay varias mesas y una pareja toma una cerveza mientras espera su hamburguesa y sopesa si animarse a bailar al concierto que asisten. La m¨²sica ha llenado el habitual silencio del cementerio no cat¨®lico m¨¢s antiguo de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Es el cementerio ingl¨¦s de M¨¢laga y entre agosto y septiembre acoge casi medio centenar de actividades que incluyen conciertos, improvisaci¨®n o cine con objetivo de recaudar fondos para su mantenimiento.
La singular iniciativa ha partido de una de las nuevas patronas de la Fundaci¨®n Cementerio Ingl¨¦s, Cristina Ros¨®n, que lleg¨® a la instituci¨®n en 2022. Desde dentro entendi¨® las dificultades de financiaci¨®n del espacio, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural y que no cuenta con ning¨²n tipo de apoyo econ¨®mico estable. El pasado abril propuso un mercadillo de libros de segunda mano y una degustaci¨®n de vinos. Y funcion¨®. En mayo, durante la Noche en Blanco, otra iniciativa reuni¨® a un millar de personas en el recinto. ¡°Fue una pista de que el p¨²blico aceptar¨ªa venir a eventos en un cementerio¡±, cuenta Ros¨®n, que se atrevi¨® a dar el paso y proponer una serie de actividades culturales a lo largo del verano, sin saber si realmente funcionar¨ªa o no. ¡°Y ha resultado que s¨ª: est¨¢ lleno a diario¡±, cuenta. El aforo es de 400 personas, con sillas que se sit¨²an entre l¨¢pidas. ¡°Nos encanta tocar en este lugar¡±, dec¨ªa la semana pasada Salva Marina, cantante de Los Perrillos, que actu¨® en julio. ¡°Es un lugar muy especial y no queremos que desaparezca¡±, se?alaba Victoria Ord¨®?ez, tambi¨¦n patrona de la Fundaci¨®n, minutos antes.
Nadie imagin¨® hace casi dos siglos que entre los cientos de tumbas de este singular camposanto pudiesen sonar versiones de Van Morrison interpretadas por Los Perrillos o que un pu?ado de parejas bailaran swing, como ocurri¨® la noche del viernes 18 de agosto bajo los ritmos de Los Djangolines. El cementerio naci¨® en 1831 por impulso del entonces c¨®nsul brit¨¢nico en M¨¢laga, William Mark, escandalizado de que en aquellos a?os a toda persona que no fuese cat¨®lica se le enterrase en un hoyo vertical en la playa sin importar demasiado lo que ocurriera en las horas siguientes con el cad¨¢ver. Muchos eran s¨²bditos ingleses, as¨ª que Mark solicit¨® un espacio ¡ªuna zona de huertas y chumberas entonces a las afueras de la ciudad¡ª para realizar los enterramientos. ¡°El primero fue un capit¨¢n de barco que cay¨®, borracho, al mar¡±, cuenta Jaime Aguilera, vicepresidente de la Fundaci¨®n. Pronto llegaron m¨¢s y el espacio qued¨® peque?o. ¡°Las tumbas se iban poniendo en el jard¨ªn¡±, a?ade Aguilera, que tambi¨¦n realiza visitas guiadas todos los martes durante este verano. ¡°Hay quien me dice que le da cosa venir aqu¨ª por las noches, pero al final acaban encantados. El lugar es incre¨ªble¡±, insiste.
El paseo ¡ªen dos sesiones: una al atardecer a las 20.30 horas y otra en total oscuridad a partir de las 22.00¡ª permite conocer historias fabulosas sobre las personas enterradas en este cementerio, de 25 nacionalidades distintas. Desde el poeta Jorge Guill¨¦n y su esposa, Irene, hasta el dramaturgo Miguel Romero Esteo, el escritor finland¨¦s Aarne Viktor Haapakoski, el compositor Emilio Lehmberg Ruiz o el m¨¦dico ingl¨¦s Joseph William Noble. Tambi¨¦n se encuentra ah¨ª Gerald Brenan, que no quiso ser enterrado y don¨® su cuerpo a la ciencia, pero tras casi dos d¨¦cadas en la facultad de Medicina de M¨¢laga, fue trasladado a una tumba junto a la de su mujer, Gamel Woosley. Cerca se leen los nombres de George Lanworthy, que construy¨® el primer hotel de Torremolinos, o Robert Boyd, ejecutado por su apoyo al general Torrijos. Destacan, adem¨¢s, el monumento a las 43 v¨ªctimas del naufragio de la fragata Gneisenau o las min¨²sculas elevaciones cubiertas de conchas marinas que recog¨ªan la fotograf¨ªa de Alejandro y Cristina, consecuencia de una epidemia de c¨®lera que afect¨® a muchos ni?os a mediados del siglo XIX.
Muchas de estas tumbas relucen ahora gracias a los leds instalados por Iluminaci¨®n Morales, m¨¢s habituada a colocarlas en otras ¨¦pocas festivas. ¡°Parece Navidad¡±, contaba Mar¨ªa Soler, de 23 a?os, mientras se adentraba en el recinto. Cerca, una mujer grababa a sus hijas peque?as caminar, vestidas iguales, entre las tumbas. M¨¢s all¨¢ destacaban las coloridas luces de la capilla anglicana de San Jorge ¡ªdependiente del Obispado de Gibraltar¡ª, donde se celebran las actuaciones. En la programaci¨®n tambi¨¦n hay hueco para la improvisaci¨®n, el teatro o incluso cine, con la proyecci¨®n de Psicosis, V¨¦rtigo y La ciudad desnuda. ¡°Es un planazo¡±, reconoce la malague?a Lourdes Ruiz, que ha acudido ya en dos ocasiones a las actividades del recinto y que segu¨ªa la m¨²sica swing apoyada en una tumba. Es una extra?a sensaci¨®n que tambi¨¦n ha obtenido comentarios en contra en redes sociales, donde distintas personas encuentran contradictorio celebrar fiestas en lugares con personas enterradas. Algunas recientemente, como se ve en alguna fecha de los columbarios camino del ba?o.
La entrada a las actividades cuesta apenas cinco euros. ¡°Es algo simb¨®lico. Lo que queremos es que la gente conozca el sitio. A muchas de las personas que han venido este verano jam¨¢s se les hab¨ªa ocurrido entrar. Y este es un sitio que pertenece a toda M¨¢laga¡±, subraya Ros¨®n, que ya planea nuevas actividades para el resto del a?o, con el mismo objetivo de recaudar fondos que permitan no solo mantener abierto el espacio, sino tambi¨¦n restaurar tumbas ¡ªpronto se iniciar¨¢n los trabajos en 11¡ª y ampliar las horas de jardiner¨ªa para mantener la gran variedad de especies que hay en este singular cementerio.
Babelia
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