Borja Jim¨¦nez y el presidente, al banquillo de la afici¨®n
Del respeto a la pluralidad al dogmatismo radical solo hay un paso
Menuda pol¨¦mica ha suscitado la salida por la Puerta Grande del diestro Borja Jim¨¦nez y la negativa del presidente, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez, a concederle las dos orejas en su primer toro.
Las redes sociales siguen echando humo entre quienes consideran que el torero sevillano hizo m¨¦ritos m¨¢s que suficientes para recibir el m¨¢ximo galard¨®n y, en consecuencia, no dudan en vestir de limpio al us¨ªa, y aquellos que entienden que la salida a homb...
Menuda pol¨¦mica ha suscitado la salida por la Puerta Grande del diestro Borja Jim¨¦nez y la negativa del presidente, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez, a concederle las dos orejas en su primer toro.
Las redes sociales siguen echando humo entre quienes consideran que el torero sevillano hizo m¨¦ritos m¨¢s que suficientes para recibir el m¨¢ximo galard¨®n y, en consecuencia, no dudan en vestir de limpio al us¨ªa, y aquellos que entienden que la salida a hombros es una herej¨ªa taurina porque Jim¨¦nez no estuvo a la altura de tan alto honor y aplauden la terquedad de Gonz¨¢lez, se?al inequ¨ªvoca de su conocimiento e integridad.
Bienvenida sea la controversia al moderno mundo de los toros, que ya ha olvidado que nuestros abuelos se enfrentaban a garrotazos por defender a Frascuelo contra Lagartijo o a Belmonte frente a Gallito.
Bienvenido sea el debate porque los cimientos fundamentales de la fiesta de los toros son la emoci¨®n, la pasi¨®n, la emotividad, la conmoci¨®n¡, y todas ellas son alteraciones del ¨¢nimo, personal¨ªsimas y respetables todas, y las mejores razones para tener fe en el futuro. Qu¨¦ bueno ser¨ªa que la feria de San Isidro hubiera dado varios motivos como el de este viernes, no para el estacazo pero s¨ª para la pol¨¦mica.
El toreo es un sentimiento; y algo m¨¢s, un misterio. La asignatura m¨¢s dif¨ªcil a la que pueda presentarse cualquiera que note c¨®mo se le ponen los vellos de punta ante una pincelada, por muy tosca que sea, de un privilegiado capaz de motivarle el alma con un lance torero.
El toreo y su concepci¨®n es un sentimiento de cada cual, dependiente de las ense?anzas recibidas, de los maestros que te hayan educado, y de la capacidad personal para entender cuestiones rec¨®nditas. Porque el toreo es eso: un misterio, y cada cual lo entiende, o no, a su manera.
Por tanto, tan respetable es sentirse subyugado por la actuaci¨®n de Borja Jim¨¦nez como estar de acuerdo con el presidente, quien, con toda seguridad, actu¨® de buena fe.
Carece, pues, de sentido el dogmatismo y el desprecio a quien opina de modo diferente. Pero es que, adem¨¢s, el mundo de los toros reivindica constantemente el respeto a la libertad, y as¨ª lo exige, con raz¨®n, a quienes, de manera autoritaria, atacan y tratan de erradicar la fiesta. La afici¨®n debe aplicarse la norma y entender que la disparidad de opiniones es consustancial a esta fiesta, en la que la habitual e hist¨®rica divisi¨®n de opiniones ha sido sustituida por la unanimidad a la b¨²lgara.
No se es mejor aficionado por ser intransigente, ni lo es, l¨®gicamente, aquel que acude a la plaza sin m¨¢s conocimiento que su inter¨¦s en amortizar con orejas el precio de la entrada. El mejor aficionado ¡ªlo asevera la historia¡ª es aquel que m¨¢s toros y toreros tiene en la cabeza.
Lo de este viernes fue una emotiva conmoci¨®n que cautiv¨® de alg¨²n modo a todos los que vieron la corrida, y eso es lo realmente importante. Qu¨¦ m¨¢s da que las opiniones sean diferentes. He ah¨ª la gracia de la fiesta de los toros, en la que nadie tiene la verdad, porque es imposible aprehender un misterio. As¨ª de sencillo. Es verdad que en esto de los toros, del respeto a la pluralidad al dogmatismo inclemente solo hay un paso.