Costa-Gavras: ¡°Quiero que mi muerte sea con dignidad, valent¨ªa... y si dura mucho, que me pongan la inyecci¨®n¡±
El cineasta, de 91 a?os, presenta en el concurso de San Sebasti¨¢n ¡®El ¨²ltimo suspiro¡¯, adaptaci¨®n de un libro de R¨¦gis Debray sobre la eutanasia y los cuidados paliativos en la sociedad actual
A sus 91 a?os, al cineasta franco-griego Costa-Gavras ya le queda poco que demostrar. ¡°S¨ª que contar, porque ah¨ª est¨¢ el mundo¡±, apunta. Y en esa observaci¨®n, tras d¨¦cadas de thrillers pol¨ªticos (Z, Estado de sitio, Desaparecido, La caja de m¨²sica) y de dramas sociales y econ¨®micos (Amen, El capital, Comportarse como adultos), le ha llegado el momento de hablar de lo que ¨¦l considera parte intr¨ªnseca de la vida: la muerte. ¡°A mi edad, si no lo voy encarando...¡±, r¨ªe. ...
A sus 91 a?os, al cineasta franco-griego Costa-Gavras ya le queda poco que demostrar. ¡°S¨ª que contar, porque ah¨ª est¨¢ el mundo¡±, apunta. Y en esa observaci¨®n, tras d¨¦cadas de thrillers pol¨ªticos (Z, Estado de sitio, Desaparecido, La caja de m¨²sica) y de dramas sociales y econ¨®micos (Amen, El capital, Comportarse como adultos), le ha llegado el momento de hablar de lo que ¨¦l considera parte intr¨ªnseca de la vida: la muerte. ¡°A mi edad, si no lo voy encarando...¡±, r¨ªe. En el concurso de San Sebasti¨¢n, el director presenta El ¨²ltimo suspiro, una adaptaci¨®n libre del libro hom¨®nimo de otro intelectual franc¨¦s de peso, R¨¦gis Debray, coescrito con el m¨¦dico de cuidados paliativos Claude Grange, en el que reflexionan sobre c¨®mo (de mal) afronta la sociedad actual la muerte, y mucho m¨¢s cuando un ser humano se convierte en el juguete de una enfermedad terminal.
Con todo, El ¨²ltimo suspiro no es una tragedia. Surge cierto humor sobre los pacientes a los que el m¨¦dico atiende. El cineasta tiene un hermano m¨¦dico en Boston (como el escritor de la pel¨ªcula), con el que ya ha conversado sobre su futuro deceso por si se plantea el caso (¡±Y va y me dice que no, que ¨¦l no me ayudar¨¢ a una posible eutanasia¡±), porque Costa-Gavras espera que su muerte sea ¡°con dignidad, con valent¨ªa... y si dura mucho, que me pongan la inyecci¨®n¡±. Vista su forma f¨ªsica, uno espera que eso pase dentro de 15 o 20 a?os. ¡°?Quince a?os? Eso es much¨ªsimo¡±.
Su hermano es un buen ejemplo de ¡°que hasta los mejores m¨¦dicos est¨¢n imbuidos de esa mentalidad de alargar la agon¨ªa¡±. As¨ª que por un lado le lleg¨® el libro de Debray, ¡°un amigo de hace muchos a?os¡±, y por otro entendi¨® que era el momento de que ¡°el cine ayude a entender la muerte un poco mejor¡±.
En su discurso, el director va mezclando franc¨¦s y un espa?ol que salpica con palabras italianas. Es did¨¢ctico en sus respuestas y asegura que es necesario que todos hablemos de la muerte: ¡°Yo, el primero. No me cansa hacerlo porque me parece importante. Desde el inicio del guion entend¨ª que acomet¨ªa un viaje sobre el ¨²ltimo viaje. Obviamente, deb¨ª hallar el ritmo cinematogr¨¢fico y los personajes, y algunos me los entreg¨® la realidad: muchos de los m¨¦dicos y enfermeros que aparecen en pantalla son quienes de verdad se dedican a esa profesi¨®n¡±. ?Qu¨¦ descubri¨® en los centros m¨¦dicos de cuidados paliativos? ¡°Un mundo completamente aparte del nuestro. El personal trabaja haciendo su labor, como si estuvieran con sus padres o madres. Eso s¨ª, sin angustias, sin tristezas. Y ese fue un descubrimiento esencial para m¨ª¡±.
Costa-Gavras se frota las manos. La conversaci¨®n entra en los terrenos que ¨¦l desea: ¡°No hay bastante inter¨¦s en los cuidados paliativos. Eso, lo primero. Lo segundo: ?qu¨¦ hacemos con la gente que envejece, que envejecemos, con buena salud? Porque esta gente puede un d¨ªa decir: ¡®Quiero morir¡¯. ?C¨®mo les ayudamos? En Francia pronto se llegar¨¢ a 30.000 habitantes con m¨¢s de cien a?os. Muchos viven bastante mal, ya no conocen a quienes les rodean, porque se han muerto sus amigos, sus hijos... Por eso el ¨ªndice de suicidio es tan alto a partir de los 80 a?os, porque los dolores te agarran y porque muchos de esos suicidios esconden personas desesperadas que se aplican esa eutanasia¡±.
?Por qu¨¦ se habla tan poco de la muerte? ¡°Cuando eres ni?o nos asustan con ella. ¡®Cuidado, si haces eso, te puedes morir¡¯. En la adolescencia y la juventud te crees inmortal. Y m¨¢s tarde nos dejamos devorar por la angustia. Me llama mucho la atenci¨®n la cantidad de pornograf¨ªa que nos rodea y qu¨¦ f¨¢cil es acceder a ella, como si pens¨¢ramos que eso es una celebraci¨®n vital, y lo poco que reflexionamos sobre la muerte. Cuando todos, antes o despu¨¦s, la vamos a encontrar¡±.
El cineasta no quiere que esta sea su ¨²ltima pel¨ªcula, pero tampoco sabe. Si lo fuera, El ¨²ltimo suspiro prosigue con br¨ªo una carrera de compromiso irrefutable con lo social y con la justicia, algo que Costa-Gavras considera parte de ser de izquierdas. A ¨¦l, ?le preocupa su legado? ¡°A m¨ª me gusta la palabra ideolog¨ªa. No me parece ning¨²n t¨¦rmino apestoso. Para m¨ª, en este filme hay ideolog¨ªa en los silencios, las caricias, los cuidados. Otra cosa es cuando muchos usan una falsa terminolog¨ªa de la ideolog¨ªa para defender el fanatismo. Ah¨ª no, por eso no paso¡±. Y respira hondo: ¡°No s¨¦ yo si la izquierda de hace medio siglo es la de ahora... He hecho pocas pel¨ªculas [una veintena] comparado con otros cineastas. Porque he mantenido mi filosof¨ªa personal, he antepuesto mi vida, mi familia, mi feminismo y mi manera de encarar el trabajo a la econom¨ªa¡°.
Lo que le lleva a otra preocupaci¨®n que no aparece en El ¨²ltimo suspiro aunque s¨ª en filmes precedentes: la solidaridad hip¨®crita del siglo XXI. ¡°Me enfada mucho. Como al inicio del siglo XXI se decidi¨® que se hab¨ªan muerto las ideolog¨ªas, dejamos de hablar de la calidad de vida, escondimos bajo la alfombra temas que a m¨ª me preocupan. Se ha muerto el comunismo y con eso a otra cosa. Vaya cortina de humo. Lo que ocurre es que, ?sabes de lo ¨²nico que hablamos hoy en d¨ªa? De dinero. Y es terrible¡±, comenta subiendo el tono.
?Tienen soluci¨®n estos problemas? Al director le brillan los ojos. ¡°Creo que s¨ª, y por eso, en parte he filmado este largometraje. Se llama humanidad¡±. A lo largo de la narraci¨®n aparecen numerosos personajes que viven sus ¨²ltimos d¨ªas, horas, encarnados por una pl¨¦yade de grandes actores. ¡°Todos aceptaron a la primera, incluida Charlotte Rampling, a la que convenc¨ª se?al¨¢ndole que su papel era cort¨ªsimo y envi¨¢ndole el guion¡±, r¨ªe el cineasta.
A la primera paciente con la que se sienta el fil¨®sofo le quedan d¨ªas de existencia. ?l le pregunta en qu¨¦ cree, y descubre que esa anciana ha disfrutado de una vida plena por varios continentes, que sabe m¨¢s de creencias, religiones y reencarnaciones que el intelectual, que al inicio no ha sido capaz de ver m¨¢s all¨¢ de un cuerpo enfermo. ¡°Me encanta ese personaje femenino, que no estaba en el libro, porque ilustra la ceguera de la sociedad al ver en los ancianos solo esa c¨¢scara de viejos¡±. ?Y Costa-Gavras, en qu¨¦ cree? ¡°?Yo? En la vida¡±.