La leyenda del cine Gene Hackman y su esposa, encontrados muertos en su casa

Gene Hackman, leyenda de la interpretaci¨®n, doble ganador del Oscar por The French Connection (Contra el imperio de la droga) y Sin perd¨®n, y su esposa, Betsy Arakawa, han sido encontrados muertos el mi¨¦rcoles por la tarde en su casa de Santa Fe (Nuevo M¨¦xico), dentro de la colonia en la que viv¨ªa el matrimonio desde que en 2004 Hackman anunci¨® que se retiraba de la vida p¨²blica. El actor ten¨ªa 95 a?os y Arakawa 63; llevaban casados desde 1991.

La oficina del sheriff del condado de Santa Fe, Ad¨¢n Mendoza, confirm¨® sus muertes a la revista Variety este jueves. En otro comunicado afirm¨® que encontraron a la pareja a las 13.45 del mi¨¦rcoles, hora de Nuevo M¨¦xico. Seg¨²n las autoridades ¡°no hay indicios de juego sucio¡±; es decir, aparentemente no entr¨® nadie en su casa. En estos momentos se investiga la causa de sus muertes. Junto a la pareja tambi¨¦n encontraron el cad¨¢ver de su perro. Mendoza apunt¨® en Sky News: ¡°No creemos que haya habido un crimen. La causa exacta de la muerte no ha sido determinada en este momento¡±.

La impresionante carrera de Hackman en el cine empez¨® tarde, tras haber cumplido los 30 a?os, y acab¨® cuando ¨¦l quiso: el 7 de julio de 2004, Hackman anunci¨®, despu¨¦s de estrenar Bienvenido a Mooseport y en una entrevista en el programa de Larry King, que no ten¨ªa proyectos esper¨¢ndole y que, ¡°probablemente¡±, se hab¨ªa acabado su recorrido como actor. Cuatro a?os m¨¢s tarde confirm¨® que efectivamente abandonaba la interpretaci¨®n para centrarse en la escritura, un arte que desde los a?os noventa ¡ªcuando empez¨® a dedicarse a ello¡ª le daba ¡°m¨¢s alegr¨ªas¡±, en el que no sufr¨ªa ¡°tanto estr¨¦s¡± y en el que manten¨ªa su independencia creativa.

As¨ª finaliz¨® el Hackman que aparec¨ªa en la pantalla, un actor que logr¨® interpretar desde los personajes m¨¢s tirados a presidentes de los Estados Unidos, un int¨¦rprete muy respetado, que colabor¨® en obras maestras, como las dos pel¨ªculas con las que gan¨® las estatuillas de la Academia de Hollywood o Arde Misisipi, La conversaci¨®n, Los Tenenbaums, Hoosiers: m¨¢s que ¨ªdolos y Bonnie y Clyde, su primer gran ¨¦xito, aunque fuera como secundario. Hackman era alto, lo ¨²nico destacable en su f¨ªsico, un cuerpo y un rostro que le permitieron saltar por todos los personajes posibles.

Eugene Allen Hackman naci¨® en San Bernardino (California) en 1930, y se alist¨® en el ej¨¦rcito a los 16 a?os tras falsificar su edad. Sirvi¨® durante cuatro a?os y medio. Lleg¨® a la interpretaci¨®n tarde, pasada la treintena. Para seguir la carrera que hab¨ªa elegido, Hackman se uni¨® al Pasadena Playhouse de California, donde se hizo amigo del joven Dustin Hoffman. ¡°Me formaron para ser actor, no para ser una estrella. Me formaron para interpretar papeles, no para tratar con la fama¡±, dijo en una entrevista.

Antes hab¨ªa estudiado Periodismo, y aunque lleg¨® a trabajar en radios de Nueva York e Illinois (tras el divorcio de sus progenitores, Hackman se fue a vivir con su padre, director de un diario, y su abuela materna, a este estado) nunca le atrajo esa posibilidad. Mientras estaba en el Pasadena Playhouse empez¨® a trabajar en series de televisi¨®n y debut¨® en el cine, en concreto en Mad Dog Coll, en 1961. Sin embargo, no llam¨® la atenci¨®n hasta que apareci¨® en Lilith (1964), de Robert Rossen, donde el protagonista, Warren Beatty, adivin¨® el talento que ten¨ªa ante ¨¦l. Por eso, tras su ¨¦xito en Broadway en 1964 con la obra Any Wednesday, Beatty le reclam¨® para que encarnara en Bonnie y Clyde (1967) al hermano mayor de Clyde Barrow. Antes ya hab¨ªa sufrido una primera y dolorosa experiencia en el Nuevo Hollywood, cuando fue despedido del rodaje de El graduado, donde encarnaba al se?or Robinson: en pantalla se notaba que era demasiado joven para encarnar al suegro de su amigo Hoffman. Y eso que Hoffman, al empezar m¨¢s tarde, era mayor que sus compa?eros de generaci¨®n, Al Pacino, Robert Duvall o Robert De Niro.

Gracias a Bonnie y Clyde logr¨® su primera de sus cinco nominaciones al Oscar, y salt¨® directamente a la lista de actores m¨¢s reclamados: era d¨²ctil, pod¨ªa hacer tanto drama como comedia, protagonistas como secundarios¡­ Y trabajaba sin descanso. La prueba de su amplio repertorio es que en Nunca cant¨¦ para mi padre (1970) daba vida a un hijo muy t¨ªmido del personaje de Melvyn Douglas; con ¨¦l logr¨® su segunda nominaci¨®n a la estatuilla de Hollywood.

En esos a?os setenta, Hackman se hizo tan famoso por los papeles que hac¨ªa como por los que rechaz¨®. Gan¨® el Oscar por Jimmy Popeye Doyle, el poli corrupto de The French Connection (estrenada en Espa?a con el t¨ªtulo Contra el imperio de la droga), que junto a un compa?ero, encarnado por Roy Scheider, persegu¨ªa a un jefe (estupendo Fernando Rey) de un clan marsell¨¦s que introduc¨ªa hero¨ªna en Nueva York. En los siguientes tres a?os apareci¨® en once pel¨ªculas (si se cuenta su cameo como el ciego de El jovencito Frankenstein), y sin mucho criterio, aunque eso le permiti¨® convertirse en estrella: entre las salvables est¨¢n La aventura del Poseid¨®n, Muerde la bala, Espantap¨¢jaros y, sobre todo, La conversaci¨®n y La noche se mueve. En la primera, que le supuso a Francis Ford Coppola la Palma de Oro de Cannes, bordaba el papel de experto en vigilancia secreta, un tipo paranoico al que se le despierta su conciencia cuando sospecha que la pareja a la que est¨¢ espiando podr¨ªa ser asesinada; en la segunda, un thriller de Arthur Penn, da vida a un detective en Los ?ngeles que busca a una chica desaparecida en las aguas m¨¢s corrompidas de los bajos fondos californianos.

Entre los proyectos que rechaz¨® est¨¢n Gente corriente, Apocalypse Now (para el militar que finalmente interpret¨® Robert Duvall), Network, un mundo implacable y Alguien vol¨® sobre el nido de cuco: en casi todos los casos, porque se neg¨® a bajar su salario. No le fue nada bien con Los aventureros de Lucky Lady, un proyecto sobre unos g¨¢nsteres durante la ley seca nacido para arrasar taquillas con Burt Reynolds y Liza Minnelli, pero s¨ª se mantuvo con French Connection II, la megaproducci¨®n b¨¦lica Un puente lejano y Marchar o morir, sobre la Legi¨®n Extranjera; y por dinero, mucho dinero, encarn¨® a Lex Luthor en Superman (1978), papel que repetir¨ªa dos a?os despu¨¦s en su continuaci¨®n (aunque se rodaron a la vez, se estrenaron con dos a?os de diferencia).

En las siguientes dos d¨¦cadas de trabajo, baj¨® un poco el ritmo, y mantuvo olfato para trabajar en proyectos de prestigio como Bajo el fuego, donde era un periodista durante la revoluci¨®n sandinista; Rojos, con su amigo Beatty; la excepcional Hoosiers: m¨¢s que ¨ªdolos, sobre el baloncesto universitario; Bat 21; No hay salida; Otra mujer, de Woody Allen¡­ y volvi¨® a ser Lex Luthor en Superman IV. A finales de los ochenta Hackman ya hab¨ªa virado su carrera a personajes m¨¢s maduros, cercanos a su edad, como en Postales desde el filo, A la caza del lobo rojo, Power y la impresionante Arde Misisipi, en la que ¨¦l y Willem Dafoe interpretan a dos agentes del FBI, de comportamientos casi antag¨®nicos, que llegan a Misisipi para investigar la desaparici¨®n de varios activistas por los derechos civiles. Hackman se hab¨ªa convertido en rostro habitual de thrillers populares como Testigo accidental, Acci¨®n judicial o The Firm (La tapadera).

En 1990 el coraz¨®n le dio un susto, y fren¨® un poco. Se hab¨ªa divorciado en 1986 de su primera esposa, Faye Maltese, con la que tuvo tres hijos, y al a?o siguiente a su angioplastia, en 1991, se cas¨® con Betsy Arakawa, exestudiante de piano a la que conoci¨® en el gimnasio en que ella trabajaba. Arakawa dise?¨® posteriormente la casa en la que viv¨ªan en Santa Fe, porque al matrimonio le apasionaba la restauraci¨®n de edificios. En 1992 volvi¨®, despu¨¦s de d¨¦cadas de ausencia, a Broadway con La muerte y la doncella, de Ariel Dorfman, junto a Glenn Close y Richard Dreyfuss. Se hab¨ªa hartado de personajes violentos, y solo alguien como Clint Eastwood pudo convencerle de que a¨²n deb¨ªa darles vida: solo por la insistencia de Eastwood encarn¨® al sheriff de Sin perd¨®n, un personaje realmente asqueroso con el que gan¨® su segundo premio Oscar.

Esos a?os noventa fueron tiempos de mucho w¨¦stern, como Ger¨®nimo, la leyenda; Wyatt Earp o R¨¢pida y mortal, de m¨¢s thrillers, como Marea roja, Al cruzar el l¨ªmite, C¨¢mara sellada, Poder absoluto, Al caer el sol, Enemigo p¨²blico y Bajo sospecha, y de comedias como C¨®mo conquistar Hollywood, Una jaula de grillos o Antz. Siempre aportando su calidad.

A finales del siglo XX, comenz¨® a priorizar su otra pasi¨®n, la escritura. Junto al arque¨®logo submarino Daniel Lenihan escribi¨® Wake of the Perdido Star (1999), Justice for None (2004) y Escape From Andersonville (2008). Y en solitario redact¨® Payback at Morning Peak (2011).

As¨ª lleg¨® su decisi¨®n, tras The Mexican, Los Tenenbaums, Tras la l¨ªnea enemiga, El jurado y la comedia Bienvenido a Mooseport, en la que volv¨ªa a dar vida a un presidente de los Estados Unidos, ahora un expresidente que se presenta a alcalde del pueblo al que se ha retirado. Hackman se despidi¨®. De vez en cuando se le ve¨ªa en redes sociales, grabado a escondidas por alguien que se hab¨ªa cruzado con ¨¦l cuando, por ejemplo, iba a comprar un helado. Con su fallecimiento desaparece un actor que sobrevivi¨® al gran estallido de maestr¨ªa del Nuevo Hollywood, porque ¨¦l tambi¨¦n fue uno de los grandes. Puede que con menor cartel que algunos de sus coet¨¢neos, pero con, al menos, el mismo talento.