El abrumador ¡®Ciclos 5.0¡ä juega en otra liga
Teddy Bautista llevaba casi medio siglo virtualmente desaparecido en su faceta art¨ªstica, as¨ª que a varias generaciones le resultar¨¢ misterioso este regreso que deber¨ªamos considerar hist¨®rico
Tiene el colectivo de la m¨²sica popular espa?ola una importante cuenta pendiente con Eduardo Bautista Garc¨ªa, un genuino pionero, adelantado y visionario desde tiempos en que el panorama sonoro en su pa¨ªs era un erial desolador. Y, m¨¢s all¨¢ de los juicios sumar¨ªsimos y err¨®neos, del despecho de quienes durante a?os le trataron como un apestado, puede que Teddy tambi¨¦n se haya comportado como el peor de sus enemigos, bien por su tozuda reticencia a regresar a los estudios de grabaci¨®n o por su proverbial torpeza, como alt¨ªsimo cargo ejecutivo, a la hora de rodearse en los ¨²ltimos tiempos de la ...
Tiene el colectivo de la m¨²sica popular espa?ola una importante cuenta pendiente con Eduardo Bautista Garc¨ªa, un genuino pionero, adelantado y visionario desde tiempos en que el panorama sonoro en su pa¨ªs era un erial desolador. Y, m¨¢s all¨¢ de los juicios sumar¨ªsimos y err¨®neos, del despecho de quienes durante a?os le trataron como un apestado, puede que Teddy tambi¨¦n se haya comportado como el peor de sus enemigos, bien por su tozuda reticencia a regresar a los estudios de grabaci¨®n o por su proverbial torpeza, como alt¨ªsimo cargo ejecutivo, a la hora de rodearse en los ¨²ltimos tiempos de la SGAE de muy siniestros hombres de confianza.
La contextualizaci¨®n se vuelve inevitable a la hora de enjuiciar Ciclos 5.0 ¨C El periplo de las hero¨ªnas, entre otras cosas este doble elep¨¦ representa el regreso de Bautista despu¨¦s de un letargo casi infinito. Han transcurrido m¨¢s de tres d¨¦cadas desde La memoria del agua (1992), un trabajo de trascendencia escasa, y cuarenta y tantos a?os desde aquel simp¨¢tico Radiactivo (1981) junto a Pepe Robles (M¨®dulos) que le sirvi¨® como incursi¨®n en el tecno-pop de la ¨¦poca y no tard¨® en convertirse, por su temprana descatalogaci¨®n, en pieza codiciada entre los coleccionistas. En resumen: Teddy llevaba casi medio siglo virtualmente desaparecido en su faceta art¨ªstica, as¨ª que a varias generaciones le resultar¨¢ misterioso o indiferente este regreso que, muy lejos de la an¨¦cdota, deber¨ªamos considerar hist¨®rico.
?C¨®mo recuperar el inter¨¦s por un m¨²sico que se borr¨® del mapa motu proprio y ni siquiera ha sido capaz de velar por su propio legado y reivindicarlo? Todo abocaba, s¨ª, al escepticismo. Pero toca ahora imprimir a nuestro discurso un giro de 180 grados. Porque, dig¨¢moslo ya, Ciclos 5.0 ¨C El periplo de las hero¨ªnas es una obra extraordinaria. 75 largos y generosos minutos de m¨²sica fascinante, intens¨ªsima, de riqueza abrumadora. Y un trabajo al que ahora mismo no es f¨¢cil encontrarle parang¨®n no ya en el panorama patrio, sino tampoco en el europeo.
No habr¨ªa necesitado Bautista apelar desde el t¨ªtulo al 50 aniversario de Ciclos, aquel tambi¨¦n doble elep¨¦ de 1974 que supuso el canto del cisne de sus Canarios (aunque ya era en realidad un disco en solitario). Y no hac¨ªa falta ese gui?o porque este nuevo Ciclos tiene muy poco que ver con aquel y, adem¨¢s, lo supera de largo. Frente al acercamiento progresivo, intelectual y algo farragoso a las Cuatro estaciones de Vivaldi que abordaba entonces, el grancanario afronta ahora un viaje lib¨¦rrimo en 16 movimientos que excede con mucho las lindes de la m¨²sica occidental y el restringido cat¨¢logo de timbres instrumentales al que est¨¢n habituados nuestros perezosos o¨ªdos en la vieja Europa. Aqu¨ª no hay ciclos porque no existen fronteras: esta m¨²sica de Teddy lo rebosa todo sin temor y acaba fluyendo por territorios no inexplorados, pero s¨ª poco frecuentes.
Ventajas, sin duda, de acumular 81 a?os de sabidur¨ªa vital en la que el instinto y la curiosidad no parecen haber menguado. Bautista abre el ¨¢lbum con un Antarabhava que apela a los cantos bif¨®nicos de los pueblos tibetanos. Se apasiona por las culturas del lejano oriente (Danza de las mujeres samur¨¢i) justo antes de amigar a sus grandes t¨®tems del minimalismo, desde Ryuichi Sakamoto a Steve Reich y el alem¨¢n Haucshka (ya saben, el del ?scar por la banda sonora de Sin novedad en el frente) en la prodigiosa Epifan¨ªa 88. Y acaba record¨¢ndonos su paradigm¨¢tica condici¨®n de sintesista en piezas como El dolor y el ¨¦xtasis, que pueden mirar de frente al mejor Jean-Michel Jarre.
Ciclos 5.0 es el tipo de milagro que solo pod¨ªa propiciar un artista de mente preclara que, a estas alturas del partido, puede permitirse lo que le venga en gana: justo lo que mejor supo hacer en sus tiempos de gloria. Esta hora y cuarto contraviene todos los preceptos imperantes en estos tiempos de frenes¨ª y hast¨ªo. El periplo de las hero¨ªnas es una obra ardua, extensa, absorbente, desconcertante (para bien), volc¨¢nica (para mejor que bien). Desmesurada en la mejor de las acepciones. Abrumadora, bell¨ªsima. Y, por supuesto, una soberana pedorreta al algoritmo, porque nace ajena a cualquier par¨¢metro susceptible de activarlo: carece de canciones, letras, melod¨ªas tarareables, chundachudas fatuos.
No tiene nada de eso porque juega en otra liga (y no solo la de Las mujeres extraordinarias, apelando al quinto de sus 16 t¨ªtulos). Y porque no es un mero disco de pop en 2025, sino una obra perdurable. El car¨¢cter a veces err¨¢tico de su firmante le ha llevado a presumir de opiniones favorables como las de Alejandro Sanz (?) o Javier Lim¨®n (??). Una vez m¨¢s, en el caso de Teddy, conviene mirar desde otra perspectiva: Ciclos 5.0 les da mil vueltas a casi todos.