Sobre la habitaci¨®n propia, encajar y ser capaz
La novela gr¨¢fica ¡®Alison¡¯ habla de vivir en Londres, del encaje de casas y calles y de la vida. Tambi¨¦n del encuentro entre barrios en la ciudad y de construir una mirada propia
No sabemos lo que es el espacio para quien carece de ¨¦l. ¡°De pronto ese espacio era m¨ªo. Me ha proporcionado una paz duradera¡±, escribe Lizzy Stewart en la novela gr¨¢fica Alison (Errata Naturae). Para esta autora, elegida una de las mejores del a?o por The Guardian, hay varias maneras de encajar, en lugares o con personas. Tambi¨¦n varias habitaciones propias. ...
No sabemos lo que es el espacio para quien carece de ¨¦l. ¡°De pronto ese espacio era m¨ªo. Me ha proporcionado una paz duradera¡±, escribe Lizzy Stewart en la novela gr¨¢fica Alison (Errata Naturae). Para esta autora, elegida una de las mejores del a?o por The Guardian, hay varias maneras de encajar, en lugares o con personas. Tambi¨¦n varias habitaciones propias. Algunas son desconocidas, y por eso inexistentes. Otras resultan impensables, porque para poder aspirar a una vida plena ¨Desto es, a una vida en la que uno se plantea qu¨¦ le parece bien y qu¨¦ mal y es capaz de argumentarlo con pensamientos propios¨D se tiene que haber recibido una buena educaci¨®n o acumular la suficiente experiencia. Esa libertad, de pensar por uno mismo ¨Den lugar de heredar credos o asimilarse a razones ajenas¨D, conduce a lo contrario del fanatismo. Si uno piensa sin fisuras sabe, o har¨ªa bien en saber, que no est¨¢ pensando bien. Por eso, las habitaciones propias, el lugar donde pensar por uno mismo, resultan muchas veces inc¨®modas, fr¨ªas, solitarias, econ¨®micamente inalcanzables. Y est¨¢n con frecuencia ocultas, m¨¢s que cerradas con cerrojo, perdidas en el laber¨ªntico edificio que podemos ser nosotros mismos. De eso va esta novela gr¨¢fica.
A lo largo de cuatro d¨¦cadas su protagonista, Alison, va encontrando sus rincones en la propia novela. Y nosotros vamos de su mano por las calles de Londres, por los cambios de mentalidad, por las sucesivas ¨¦pocas y por el terreno maravillosamente ambiguo ¨Dni bueno ni malo, con bueno y con malo¨D que es casi toda relaci¨®n. El viaje es, as¨ª, de la casa de sus padres a la casa propia que la esclaviza. Y luego de esa propia vida imaginada a la prestada y gozada. Del aprendizaje y la admiraci¨®n pasa al descubrimiento de la propia capacidad y del amor al amor propio y a la amistad. Todo eso por apartamentos compartidos, habitaciones propias, casitas en el sur y calles de Londres en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX.
Tambi¨¦n hay aqu¨ª cambios de idea y diversidad de miradas desde las que acercase a la pintura. Y a la expresi¨®n y al propio cambio que todo lo mueve. ¡°Cuando m¨¢s en paz me sent¨ªa era paseando por Londres con una lista de recados en el bolsillo. Me hac¨ªa feliz descubrir c¨®mo encajaba la ciudad, c¨®mo un barrio se convert¨ªa en otro, c¨®mo el r¨ªo gris y serpenteante atravesaba el centro, y qu¨¦ colinas ofrec¨ªan las mejores vistas del conjunto¡±.
Importante lo que dice ahora. ?Cu¨¢ntos de ustedes lo han sentido? ¡°Londres estaba plagado de barreras; lo sigue estando¡±. No habla solo de barreras f¨ªsicas. ¡°Algo, su forma de hablar quiz¨¢, nos pon¨ªa susceptibles, a la defensiva. Nos volv¨ªamos peleonas, irritadas ante su relajado desprecio ¨Dhabla de la ciudad como si fuera una persona¨D hacia los temas que nos importaban. Opinaban que deb¨ªamos relajarnos. ?ramos demasiado complicadas. No encaj¨¢bamos¡±. La identidad la construye lo f¨ªsico y lo ps¨ªquico, la confianza y los temores, las calles y las casas. Por eso Stewart insiste en detalles que hablan de Londres y de nuestras ciudades: ¡°Sab¨ªa qu¨¦ calles eran seguras y cu¨¢les me tensaban hasta el punto de entumecerme los hombros¡± ?Cu¨¢ntas de ustedes han caminado por la calle como si tuvieran un radar en la cabeza?
Stewart tambi¨¦n describe una especie de amabilidad oculta. Algo que tambi¨¦n puede ser una gran ciudad: ¡°Conoc¨ªa los museos donde se estaba calentito cuando no pod¨ªa permitirme encender la calefacci¨®n, y los grandes almacenes con los mejores ba?os¡±.
Con todo, puede que lo m¨¢s revelador, y tambi¨¦n lo m¨¢s bonito que dice Stewart, por boca de su personaje Alison, sea, tal vez, lo que una ciudad puede hacer por ti. Esto: ¡°Con cada paseo se ampliaban mi mapa de Londres y mi amor por la ciudad. Londres me hac¨ªa sentir capaz, y eso era algo nuevo para m¨ª¡±.