La tranquilidad no lleg¨®
Betis y Athletic empatan en un partido gris y no logran alejarse de la zona de descenso
Hubo un tiempo en el que los enfrentamientos entre estos dos conjuntos significaban el contraste entre dos modos de interpetar un mismo juego, la confrontaci¨®n de dos culturas futbol¨ªsticas. En definitiva, de dos maneras de vivir. Pero las realidades de los dos conjuntos est¨¢n actualmente m¨¢s cerca de la miseria que de la ¨¦pica. La cercan¨ªa de los puestos que llevan a Segunda obliga a coherencias m¨¢s mundanas en la actualidad. Tanto el t¨¦cnico verdiblanco, Lloren? Serra Ferrer, como el del Athletic, Javier Clemente, se plantearon el encuentro seg¨²n las carencias que cre¨ªan ver en el contrario.
As¨ª. el Betis quiso hacer sangre por la banda izquierda, por la zona que le encargaron defender a Lacruz. Clemente, por su parte, intent¨® romper el equipo verdiblanco en dos. Algo que bastantes veces a lo largo de esta temporada ha hecho el equipo andaluz ¨¦l solito, sin ayuda.
En los primeros minutos, el conjunto sevillano mantuvo un confuso y hasta algo falso control sobre la pelota y los espacios del terreno de juego. En el minuto 3, un bal¨®n interior al borde del ¨¢rea peque?a se tradujo en un peque?o barullo entre defensores del Athletic vascos y atacantes verdiblancos a escasos metros de Lafuente.
La estrategia de Clemente fue cuajando poco a poco y tras un cuarto de hora de trabajo, los delanteros verdiblancos fueran qued¨¢ndose sin noticias de sus centrocampistas. La presi¨®n de Murillo y la colocaci¨®n de Orbaiz acabaron por imponerse al trote de Assun??o y al despiste de Miguel ?ngel. En cuanto le lleg¨® un bal¨®n en condiciones a Yeste, el zurdo se sac¨® un pase a la banda derecha que, en carrera, Iraola coloc¨® en el ?rea para que Urzaiz cabeceara franco pero al alcance de las manos de Doblas. A pesar de que no entr¨®, la jugada devolvi¨® a los futbolistas verdiblancos todos los miedos e inseguridades desde que el hombre del saco no les dejaba dormir de ni?os.
El Athletic quiso aprovechar la coyuntural superioridad de ¨¢nimo y tuvo otras dos oportunidades m¨¢s en tan s¨®lo un par de minutos: un centro de Urzaiz desde la banda al que Yeste no lleg¨® por poco, un tiro lejano de Murillo que desvi¨® Doblas y otro del propio Yeste, que chut¨® desviado tras sentar a Miguel ?ngel con un regate de tac¨®n delicioso. Mientras Joaqu¨ªn buscaba que fallara Lacruz por la izquierda, fue Edu el que se luci¨® por la derecha. El brasile?o se deshizo con elegancia de Amorebieta, centr¨® desde la l¨ªnea de fondo para que Robert cabeceara y el bal¨®n entrara en la meta tras botar en la l¨ªnea de gol y antes de que lo despejara Ustaritz.
La primera mitad acab¨® con los buenos de cada equipo luci¨¦ndose: Joaqu¨ªn intentaba driblar a todo el mundo y en una ocasi¨®n tan s¨®lo lo pudo parar Prieto con un penalti que el ¨¢rbitro no vio. Por su parte, Yeste se adorn¨® con un c¨®rner ol¨ªmpico que, como casi siempre no fue gol.
En la segunda mitad, el Athletic busc¨® el partido y Clemente puso pimienta en el campo con la salida de Aduriz. Las bandas rojiblancas continuaron produciendo pases al ¨¢rea que casi siempre remataba Urzaiz. En una de esas, el bal¨®n acab¨® en c¨®rner y el saque del mismo en gol. El partido fue creciendo en su mediocridad. El miedo a perder era mayor que la recompensa que la valent¨ªa en el juego pudiera traer. Por eso mismo, ninguno se mereci¨® los tres puntos, por eso mismo ninguno solucion¨® del todo su problemas y miserias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.