La extra?a despedida lo dice todo

La extra?a despedida lo dijo todo sobre el insatisfactorio y desconcertante recorrido de Espa?a en un Mundial en el que sali¨® a defender el t¨ªtulo y acab¨® en un ins¨ªpido sexto puesto. La derrota ante Argentina puso en el escaparate los males que asolaron al equipo desde el primer partido. Unos picos asombrosos en su rendimiento y un mal funcionamiento generalizado que le hizo ir a remolque ante todos sus adversarios. El ¨²nico d¨ªa en que sucedi¨® lo contrario, ante Lituania, su desplome fue si cabe m¨¢s asombroso.

Contra Argentina, regal¨® un primer tiempo en que record¨® su peor versi¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada, la que apag¨® las luces en el partido por el tercer puesto en 2005 ante Francia y acab¨® cost¨¢ndole el puesto cuatro meses despu¨¦s al seleccionador Mario Pesquera. Ante un rival metido de lleno en el asunto y dispuesto a dejarse la piel, Espa?a jug¨® de pena y asisti¨® noqueada al festival de Scola y los suyos. Se recrearon los argentinos hasta abrir un boquete de 25 puntos (34-59) nada m¨¢s comenzar el segundo periodo.

A partir de ese momento Rudy Fern¨¢ndez tom¨® el mando de las operaciones, Scariolo despleg¨® un quinteto casi in¨¦dito poniendo junto al mallorqu¨ªn a San Emeterio, Felipe Reyes, V¨¢zquez y Llull, al que entreg¨® definitivamente la manija dado el desconcertante y depresivo momento de forma en que se ha sumido Ricky Rubio. El juego espa?ol despeg¨® como un cohete. Un parcial de 26-2 en apenas cinco minutos lleg¨® a dejar a Espa?a a un paso de la remontada (60-61) gracias a los robos de bal¨®n y a la agresividad tanto en la transici¨®n como en el ataque de Llull, San Emeterio y Rudy, decididamente el m¨¢s entonado de todos los jugadores espa?oles a lo largo del torneo. El juego se normaliz¨® y los argentinos, m¨¢s enteros, conducidos siempre por Prigioni y con Scola percutiendo por dentro y Delfino por fuera, sentenciaron despu¨¦s de que Marc Gasol fallara un tiro libre con empate a 80 y Garbajosa, un triple con 80-82.

El punto final, el sinsabor de la cuarta derrota en los nueve encuentros disputados, dej¨® expuesto el deficiente e imprevisible comportamiento de la selecci¨®n. No encontr¨® el golpe de tim¨®n Ricky Rubio, no se decidi¨® Marc Gasol a atacar con agresividad el aro, no repiti¨® las fantas¨ªas de dos d¨ªas antes Navarro, mermado y poco utilizado a causa de unos problemas en la espalda, no hubo manera de que el bal¨®n circulara con sentido, ni forma de evitar p¨¦rdidas absurdas. La reacci¨®n de genio y pundonor y tambi¨¦n de una formaci¨®n m¨¢s afilada evit¨® el rid¨ªculo pero no la derrota. No hubo portazo pero tampoco se pudo evitar un cierre extra?o y amargo.