Clemente revitaliza al Sporting

Javier Clemente ya ha conseguido que el Sporting tenga pinta de equipo m¨ªnimamente competitivo. Inferior al Atl¨¦tico de Madrid, pero capaz de plantar cara a los de Simeone, m¨¢s exigidos que una semana antes en Santander. Pudo y debi¨® de ganar, pero Falcao sigue peleado con el gol al lado del Cant¨¢brico. El Sporting, a la espera de rivales m¨¢s asequibles, encontr¨® ayer un clavo al que agarrarse.

Clemente consigui¨® revitalizar al Sporting, que volvi¨® a tener la chispa de los mejores tiempos de Preciado. Ante un rival en estado de gracia, el t¨¦cnico vasco plante¨® un partido muy f¨ªsico, de roce y pierna fuerte, incluso de los jugadores m¨¢s dotados t¨¦cnicamente, que los hab¨ªa. Se trataba de recuperar y, aprovechando la velocidad de Barral y Colunga, plantarse r¨¢pidamente en el ¨¢rea de Courtois.

Como si fuera la pr¨®rroga de su partido en el Sardinero, el Atl¨¦tico de Madrid empez¨® perdonando en Gij¨®n. En un minuto, Falcao fall¨® un mano a mano con Juan Pablo, y en el c¨®rner siguiente God¨ªn, completamente solo en el segundo palo, cabece¨® alto. A la tercera, sin embargo, fue la vencida. Pero necesit¨® de la ayuda de un rival, Canella, que hizo bueno un mal remate de Adri¨¢n. Claro que para llegar a eso, el asturiano del Atl¨¦tico hab¨ªa roto la organizaci¨®n defensiva del Sporting, entrando hasta el ¨¢rea como el cuchillo en la mantequilla.

Hasta hace poco, un golpe an¨ªmico como ese hubiese destrozado al Sporting. Ya no. El equipo parec¨ªa contagiado del optimismo y la cabezoner¨ªa de su entrenador. Roz¨® el empate Gregory en un testarazo f¨¢cil y lo acab¨® logrando Eguren, favorecido por una jugada tan confusa que ni el ¨¢rbitro ni sus ayudantes apreciaron el toque con el brazo previo al remate. Desde ah¨ª hasta el final, el Atl¨¦tico se puso serio y no par¨® de crear oportunidades ante Juan Pablo. Y de fallarlas. Sobre todo Falcao, negado incluso en un cabezazo de esos que son un seguro de gol. Tanto perdon¨® el Atl¨¦tico que el Sporting incluso roz¨® la victoria. Pero Courtois, muerto de fr¨ªo toda la tarde, se agrand¨® ante Colunga, que tuvo la gran ocasi¨®n de hacer bueno el refr¨¢n del nuevo entrenador.