La ¡®falsa¡¯ trascendencia de Alves
Solo el paso hacia delante de Busquets evita ¡°la triple l¨ªnea de presi¨®n¡± del Espanyol
El Bar?a cay¨® en la trampa del Espanyol, en el enjambre planeado por Aguirre, hasta que Busquets dijo basta. Pero le fue por poco al equipo azulgrana, que apenas pudo desbrozar el dispositivo de ayudas y solidaridad rival, una t¨¢ctica que le esquin¨® y resalt¨® la figura Alves y su anoche torcida bota para los centros, al tiempo que desdibuj¨® los pasillos interiores y, por extensi¨®n, a Iniesta, Xavi y Messi. Todo un dolor de muelas para el Bar?a, sobre todo porque tampoco le vali¨® el juego directo, la mejor de las armas del equipo de Martino.
Aguirre, por un lado, signific¨® de nuevo con su planteamiento que la alhaja est¨¢ de sobra, que su librillo pasa por la simplificaci¨®n del f¨²tbol, por evitar el riesgo en la construcci¨®n. De nada sirvi¨® que David L¨®pez actuara de tercer central porque Casilla lanz¨® pelotazos por definici¨®n, y de nada sirvi¨® que V¨ªctor S¨¢nchez pidiera el cuero porque no era paso fronterizo, sino la red de su particular partido de tenis. Una t¨¢ctica, la de evitar la composici¨®n desde la ra¨ªz, que exigi¨® la elaboraci¨®n del Bar?a. Y en eso no acaba de carburar en este curso, por m¨¢s que el presidente Sandro Rosell expresara su descontento con la cr¨ªtica en TV3: ¡°Los que dicen que el Bar?a juega mal es porque no quieren que vaya bien, forma parte del circo¡±. Pero al Barcelona le cost¨® horrores hacer da?o porque ya no mueve el cuero con la agilidad de anta?o y porque el Espanyol ¡ªla otra huella de Aguirre¡ª realiz¨® un tejido de ayudas que le oblig¨® a definirse desde las orillas.
Sin Stuani ni Pizzi ni Sim?o, m¨¢s castigados que lesionados, El Vasco apost¨® por las piernas y la inflexible generosidad de los extremos. ¡°Torje y Thievy se tienen que sacrificar, correr siempre hacia las dos direcciones sin parar. Todo para ejecutar la triple presi¨®n¡±, se?alaron a este diario desde el cuerpo t¨¦cnico blanquiazul. La triple presi¨®n implicaba la cobertura del extremo, del eje m¨¢s pr¨®ximo y del lateral al centro del campo. Tres a uno. Una mara?a de piernas para difuminar el juego interior del Bar?a, para ningunear la participaci¨®n de Xavi e Iniesta.
Aguirre apost¨® por las piernas y la inflexible generosidad de los extremos
As¨ª, fue Alves quien cobr¨® protagonismo, toda vez que Montoya se atrabancaba en el centro con la zurda, una deficiencia que se sab¨ªa de antemano porque Alba y Adriano quedaron en la enfermer¨ªa. Los n¨²meros lo aclaran: Alves contaba 44 centros en la Liga (menos de cinco por duelo y uno cada 18 minutos) y en el derbi sum¨® nueve (uno cada 10 minutos). De todos ellos, sin embargo, solo uno fue atinado y a la cabeza de Messi. Casilla resolvi¨® el sudoku con una estirada estupenda. ¡°Ellos son bajos, por lo que ya nos interesaba la pelea por arriba, en el salto¡±, esgrim¨ªan desde el Espanyol, satisfechos.
Solo Busquets, ordenador del f¨²tbol, comprendi¨® que con sus dos pasos al frente pod¨ªa romper la telara?a, que creaba superioridad num¨¦rica en campo ajeno. As¨ª lleg¨® la mejor ocasi¨®n de Messi, silenciada por H¨¦ctor Moreno; y as¨ª lleg¨® tambi¨¦n el tanto de Alexis porque suyo fue el pase por dentro a Neymar, que resolvi¨® la jugada con un centro perfecto al movimiento del chileno. La valent¨ªa de Busi es tambi¨¦n, en cualquier caso, un peligro porque en ocasiones rompe en dos al Bar?a; pero es un riesgo que s¨ª asume Martino y que bast¨® para ganar el derbi.
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