Un amante de los subidones
Michael Schumacher busca el l¨ªmite en todas sus aficiones y muchas veces lo sobrepasa con un peligrosa adicci¨®n al riesgo
Hay una sensaci¨®n que los pilotos de F-1 definen como high, que se podr¨ªa traducir por subid¨®n, que es altamente adictiva y muy com¨²n en todos aquellos atletas que practican deportes extremos. Michael Schumacher ha vivido siempre enganchado a ella y ha buscado sus efectos, tanto dentro de los circuitos como fuera de ellos, algo que ocurre bastante a menudo. Despu¨¦s de marcar con Ferrari la ¨¦poca m¨¢s exitosa de una estructura en el Mundial (2000-2004), Schumi decidi¨® dejarlo, principalmente, para gozar de esa libertad que muchos de sus compa?eros de parrilla aseguran no tener ¡ªpreg¨²ntenle si pueden a Kimi Raikkonen, un apasionado del motocr¨®s¡ª.
Mientras estuvo sin subirse a los monoplazas se lo pas¨® bomba, tanto junto a su familia como solo. Gracias a las lecciones de Randy Mamola, por quien siente una profunda admiraci¨®n que l¨®gicamente es correspondida, Schumacher se encaram¨® a una moto de carreras y comenz¨® a rodar. Como no pod¨ªa ser de otra forma, lo hizo cada vez m¨¢s r¨¢pido, buscando el l¨ªmite, esa frontera que estos individuos que constantemente desaf¨ªan a la velocidad tienen mucho m¨¢s lejos que los dem¨¢s. Fiel a su estilo fue perfeccionando su conducci¨®n e incluso lleg¨® a participar en alguna carrera de Superbikes. Hasta que se cay¨® en Cartagena (febrero de 2009) mientras se entrenaba, y se hizo da?o en la espalda y el cuello. Despu¨¦s de este primer aviso, otro habr¨ªa mandado las motos a paseo para siempre. El K¨¢iser, no. Con el campeonato de 2012 en marcha no era nada raro verle trajinar alg¨²n mono de cuero blanco, arrastrado, para que el fabricante le hiciera alg¨²n remiendo. Y ese patr¨®n se repite con todo, tambi¨¦n con el esqu¨ª.
En 2009 se cay¨® mientras entrenaba en Superbikes y se hizo da?o en la espalda
Resulta que el alem¨¢n lleg¨® a Ferrari en 1996 despu¨¦s de haberse coronado dos veces con Benetton (1994 y 1995). Por aquel entonces apenas sab¨ªa esquiar, y Ferrari siempre arrancaba su pretemporada en la estaci¨®n de Madonna Di Campiglio, en los Alpes Dolomitas. En pocos a?os, Schumacher se puso las pilas hasta que consigui¨® su objetivo: ganar la tradicional carrera del ¨²ltimo d¨ªa, algo que al final de su andadura con la marca de il cavallino rampante termin¨® por ser una constante. De hecho, una de las pistas de la instalaci¨®n, una de las de m¨¢s pendiente (negra), est¨¢ bautizada con su nombre.
Retirado definitivamente a finales del a?o pasado, el heptacampe¨®n se dedica a sus aficiones (motos, paracaidismo etc.) y a acompa?ar a su hijo Mick, que compite en karting, por toda Europa. A diferencia de alguno de los rivales del chaval, que viajan en lujosas autocaravanas que cuestan una fortuna, los Schumacher recorren las carreteras con un motorhome de los a?os 80. Hace unos d¨ªas hab¨ªan ido desde Gland (Suiza), donde viven, hasta Lonato (Italia). Tanto Mick como su hermana (Gina Mar¨ªa) siempre han estado alejados de los focos, hasta el punto de que pueden pasear por el paddock del Mundial sin que nadie sepa qui¨¦nes son.
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