La D¨¦cima pertenece a Ramos
La cabeza del andaluz ha aparecido de forma solemne en los partidos m¨¢s decisivos del curso
La Copa de Europa se rindi¨® a la nostalgia de Lisboa. El Madrid de Florentino evoc¨® al Madrid de Bernab¨¦u y el Atl¨¦tico de Simeone tuvo la misma desdicha que el Atl¨¦tico de Luis. La final tuvo m¨¢s ¨¦pica que f¨²tbol y fue m¨¢s propicia para los centrales que para los delanteros, m¨¢s que nada porque se concentr¨® en el bander¨ªn de c¨®rner, el punto preciso para centrar al ¨¢rea y buscar los cabezazos de God¨ªn y de Sergio Ramos. Ning¨²n jugador ha peleado m¨¢s por la Champions que Ramos. La cabeza del andaluz ha aparecido de forma solemne en los partidos m¨¢s decisivos frente a los mejores arqueros: no pudo Neuer con Ramos ni tampoco Courtois cuando el Atl¨¦tico ya cantaba victoria, presa de nuevo de la fatalidad, igual que ocurri¨® en Bruselas en 1974 cuando al final, ya sin tiempo, Schwarzenbeck abati¨® a Reina.
Batido Courtois, se desplom¨® el Atl¨¦tico, desmoralizado y desvencijado, penalizado en el tramo final por el error de Simeone, que aline¨® de salida a Diego Costa, retirado de nuevo nada m¨¢s empezar el encuentro, igual que ya pas¨® en el Camp Nou, No escarment¨® Simeone y en cambio se supo corregir el siempre paciente Ancelotti. Apareci¨® entonces en la pr¨®rroga la cabeza de Bale para hacer feliz a Florentino y al final remataron la victoria Marcelo y Cristiano Ronaldo, euf¨®rico y hasta cierto punto pasado de revoluciones, igual que Simeone, que entr¨® a la cancha a por el antideportivo Varane. Cuatro jugadores de ¨¦pocas distintas devolvieron al Madrid a la cumbre de Europa 12 a?os despu¨¦s de su ¨¦xito en Glasgow.
El conjunto rojiblanco fue penalizado por el error de Simeone, que aline¨® de salida a Diego Costa
Al Madrid le cost¨® mucho alcanzar Lisboa despu¨¦s de su estruendosa victoria en M¨²nich. Aquel triunfo se interpret¨® como la obra cumbre del equipo de Ancelotti por derrocar al campe¨®n continental y tambi¨¦n a Guardiola, el excelente t¨¦cnico del Barcelona que conquist¨® el Bernab¨¦u. No es que la goleada en el Allianz Arena llegara a destiempo para el Madrid, sino que convirti¨® cualquier partido posterior en una cita corriente o un encuentro de m¨¢s, tambi¨¦n la final contra el Atl¨¦tico. La gesti¨®n de la victoria en cancha alemana ha sido muy complicada para Ancelotti. Las lesiones y la sanci¨®n de Xabi Alonso condicionaron tanto como la presi¨®n la cita de Da Luz: no se recuper¨® Pepe y prefiri¨® la experiencia de Khedira antes que al novel Illarra en una decisi¨®n muy conservadora, propia de un t¨¦cnico experto en disputar finales, doble ganador como jugador y como entrenador de la Champions.
Iba a esperar el Madrid, dispuesto a que el partido se convirtiera en un ejercicio de tranquilidad y tambi¨¦n de m¨¢xima tensi¨®n pscicol¨®gica, confiado en sus galones y en el car¨¢cter decisivo de sus delanteros, especialmente Cristiano Ronaldo. Jug¨® al error mucho tiempo sin grandeza, demasiado especulativo y selectivo, y se equivoc¨® para empezar en las dos ¨¢reas: no atin¨® a definir Bale despu¨¦s de interceptar un pase de Tiago y por el contrario concedi¨® el gol en un carrusel de fallos a la salida de un c¨®rner: se enganch¨® Modric, Khedira perdi¨® el salto con God¨ªn y Casillas se qued¨® a media salida, sorprendentemente err¨¢tico: 0-1.
Abatido, se corrigi¨® con los cambios de Marcelo e Isco y se fue a por el encuentro con arrebato, como el mejor Madrid. Tuvo buenos momentos, sobre todo por la capacidad de asociarse de Isco, Modric y Benzema, y enfoc¨® a Courtois con el gatillo de Bale y el pu?al de Di Mar¨ªa. El Atl¨¦tico, sin embargo, es un excelente equipo en el arte de la defensa, incluso en los d¨ªas m¨¢s exigentes, como anoche en que ten¨ªa enfrente a los ca?ones del Madrid. No hay remedio en cualquier caso para la bravura de Sergio Ramos, dispuesto a competir con God¨ªn y Miranda, con la cabeza del uruguayo y del brasile?o, con los goles memorables, aquellos que dan t¨ªtulos, y al central blanco le faltaba la Champions. No par¨® hasta levantarla en Da Luz.
Aunque malgast¨® un cambio de mala manera, el equipo de Simeone tom¨® m¨¢s o menos el mando del partido por la presi¨®n de sus medios
Jug¨® algo m¨¢s liberado y divertido el Atl¨¦tico, sin ser la reencarnaci¨®n de aquel valiente Celtic de Glasgow que gan¨® la final del 25 de mayo de 1967 despu¨¦s de derrotar al Inter de Helenio Herrera. Los once escoceses que aline¨® Jock Stein fueron aclamados como los leones de Lisboa. Aquella Copa de Europa, la primera que ganaba un equipo brit¨¢nico, fue un punto de referencia para el Atl¨¦tico. La alegr¨ªa rojiblanca tuvo, sin embargo, un punto de temeridad con la alineaci¨®n de Diego Costa, sustituido despu¨¦s que dimitiera en la disputa de una pelota en el ¨¢rea del Madrid, como si tuviera miedo, limitado por una lesi¨®n que no acaba de curar como la de Cristiano Ronaldo.
Aunque malgast¨® un cambio de mala manera, el equipo de Simeone tom¨® m¨¢s o menos el mando del partido por la presi¨®n de sus medios, superiores al duo Khedira-Modric, por m¨¢s que el partido no rompiera a favor de ninguno de los dos finalistas, excesivamente acelerados e imprecisos, esclavos de la t¨¢ctica, m¨¢s pendiente en cualquier caso el Madrid del Atl¨¦tico. El gol delat¨® las dudas madridistas reflejadas en la alineaci¨®n. No cuadr¨® el once Ancelotti y por el contrario Gabi matuvo el orden en el Atl¨¦tico con y sin Diego Costa. Ten¨ªan el partido los rojiblancos en su regazo, seguros con sus centrales y su portero, por m¨¢s que no se rindiera el Madrid, que iba y ven¨ªa sin parar, menos gal¨¢ctico que nunca y, sin embargo, nada conformista, entregado a la furia del jabato Ramos. Nadie pudo impedir el salto excelso y heroico del central cuando el partido ya expiraba: 1-1.
El empate se?al¨® entonces a Simeone. El Atl¨¦tico lleg¨® derrengado a la pr¨®rroga, sin poder tomar aire ni tener relevos, lastrado por el cambio inicial de Diego Costa, en manos del Madrid, que no perdon¨® ni una hasta alcanzar una goleada que le daba la D¨¦cima. La gen¨¦tica le pudo al momento de forma del Atl¨¦tico dirigido por un l¨ªder religioso de nombre Simeone. Ha sido la Champions del coloso Ramos.
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