Xavi Pascual y el socio cabreado

Las huestes del Real Madrid desparramadas sobre el parquet del Palau Blaugrana, posando sobre el escudo del Bar?a mientras nevaba el confeti de los campeones. Esa fue la ¨²ltima fotograf¨ªa del curso en las instalaciones del Bar?a. Josep Maria Bartomeu, en la grada, debi¨® maldecir como socio lo que no supo evitar como presidente. No es una mera suposici¨®n. Un par de d¨ªas antes del partido, ¨¦l mismo declar¨® durante su turn¨¦ de precandidato por diferentes medios de comunicaci¨®n: ¡°Como socio estoy muy cabreado. Se tiene que luchar, se tiene que competir, algo que en estos dos partidos no hemos visto¡±. Se refer¨ªa a los que perdi¨® el Barcelona en Madrid, como se pod¨ªa haber referido a los que perdi¨® en M¨¢laga o a tantas otras derrotas infames en Sevilla, Valencia o Santiago. El Barcelona fall¨® tambi¨¦n ante el Olympiacos en los cuartos de final de la Euroliga. Pese a todo, jug¨® las tres finales espa?olas del curso y colecciona 19 consecutivas desde 2009, de ellas nueve en la Liga, competici¨®n en la que ha alcanzado cuatro de los ¨²ltimos siete t¨ªtulos.
Se dir¨ªa que el proyecto, el del equipo al menos, contin¨²a en manos de Pascual, como siempre
La botella se puede ver medio llena o medio vac¨ªa. Bartomeu, que ahora da a entender que la ve medio vac¨ªa, debi¨® verla cuanto menos medio llena cuando renov¨® a Xavi Pascual hasta 2017. El acuerdo se rubric¨® en febrero. Desde entonces no han cambiado mucho las cosas. El equipo es el mismo, ha llegado a tres finales y, es cierto, esta vez no ha ganado ninguna. El problema es que cuando se gan¨®, sobre todo el a?o pasado gracias a un triple providencial de Lampe, no se proces¨® las necesidades de un equipo que, aunque lograra derrotarle, ya ven¨ªa perdiendo la estela del Madrid de un tiempo a esta parte. En la cancha, en los despachos, en la labor de cantera o de tutela de los chavales, ya que en los semilleros abundan cada vez m¨¢s los Mirotic, Porzingis o Hezonja de turno. La paciencia le ha dado buenos r¨¦ditos al Madrid, que mantuvo su apuesta por Pablo Laso en los momentos de mayor tempestad. La respuesta del entrenador vitoriano ha sido espl¨¦ndida. Supo detectar los errores de las dos ¨²ltimas temporadas, las flaquezas de un equipo tan exquisito pero a la vez carente del car¨¢cter y la dureza de los momentos cumbre como fueron aquellas finales de la Euroliga ante el Olympiacos y el Maccabi o la de la Liga, hace un a?o, ante el Bar?a.
Se dir¨ªa que el proyecto, el del equipo al menos, contin¨²a en manos de Pascual, como siempre. Pero surgen dudas en torno a la figura de Joan Creus, el secretario t¨¦cnico, que acaba contrato. Su figura ha estado asociada siempre a la de Pascual. Pero el club est¨¢ ahora inmerso en unas elecciones y, aunque Bartomeu, regresara a la presidencia, sus manifestaciones, ¡°como socio¡±, dan a entender que no parece muy satisfecho por la deriva de la secci¨®n. Los asuntos pendientes se amontonan. En lo deportivo, la situaci¨®n de un jugador capital como Navarro, que a sus 35 a?os, se supone que debe gestionar su estado f¨ªsico, el probable adi¨®s de Hezonja para recalar en la NBA, el vac¨ªo que dejar¨¢n la media docena de descartes de la plantilla. M¨¢s all¨¢ de la restituci¨®n de unos por otros, lo que desea atisbar el ¡°socio cabreado¡± ¡ªincluido Bartomeu¡ª, es un proyecto, un equipo que vuelva a atraer complicidades, una cantera que ilusione, una gesti¨®n que llene de nuevo el Palau y espolee la construcci¨®n de otro ¡ªque ya clama al cielo¡ª, una direcci¨®n directiva que act¨²e y se haga respetar. Aspectos que van mucho m¨¢s all¨¢ de Xavi Pascual.
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