La vitamina de Zidane
Gracias al trabajo del franc¨¦s, el Real Madrid, un equipo moribundo hace cuatro meses, encara el final de temporada con la posibilidad de ganar la Liga y la Champions
Zinedine Zidane debut¨® en el banquillo del Madrid en un Madrid-Deportivo de enero. Heredaba un equipo moribundo y un vestuario presa de la apat¨ªa que, salvo pocas y contadas excepciones, hab¨ªa perdido hasta la alegr¨ªa de jugar. Florentino P¨¦rez, que hab¨ªa apostado por Rafa Ben¨ªtez porque cre¨ªa que el equipo arrastraba inercia y necesitaba trabajo y metodolog¨ªa, tuvo que dar marcha atr¨¢s. El grupo nunca empatiz¨® con el t¨¦cnico espa?ol y el p¨²blico, aburrido, pitaba incluso durante las goleadas (v¨¦ase Rayo o el partido contra la Real Sociedad).
Zidane lleg¨® como el salvador. Apareci¨® el d¨ªa de su presentaci¨®n con la ilusi¨®n de un ni?o. La misma que sigue teniendo cuatro meses despu¨¦s y la misma con la que contagi¨® al vestuario.
La idea era que enderezara el rumbo para que el Madrid superara los octavos de Champions. Cuando el franc¨¦s se sent¨® en el banquillo, el equipo ten¨ªa 37 puntos por los 39 del Barcelona (que ten¨ªa un partido menos) y los 41 del Atl¨¦tico. Nadie pensaba en milagros. Los ha habido. El conjunto blanco jugar¨¢ la final de la Champions el 28 de mayo y ha llegado a la ¨²ltima jornada de Liga con opciones de luchar por el t¨ªtulo. Depende de un tropiezo del Barcelona (que se ha dejado 11 puntos por el camino), pero el equipo ha llegado vivo a Riazor y con ganas de estropearle la fiesta a los azulgrana o, al menos, hacerle las cosas m¨¢s complicadas.
¡°No es perfecto, pero lo parece. Ah¨ª tambi¨¦n est¨¢ una gran parte de su secreto. De la misma manera que le ocurri¨® cuando era futbolista: no todo lo hac¨ªa perfecto, pero lo parec¨ªa¡±, dice un empleado del club. Muchos de los que coincidieron con Zidane en su ¨¦poca de jugador en el Madrid, se han sorprendido por c¨®mo el t¨¦cnico se maneja en las comparecencias de prensa. Recordaban a un jugador esquivo y poco hablador y se han encontrado con un entrenador risue?o que sabe comunicar muy bien.
Desde el primer d¨ªa se puso el mono de trabajo. As¨ª como a los tres minutos de entrar en la cancha cuando se vest¨ªa de corto empezaba a sudar, no ha perdido las buenas costumbres visti¨¦ndose de largo. Muchas veces se le ha visto encabezar el grupo durante las carreras continuas en Valdebebas. Defensor del buen trato de la pelota ¡ªcuando todos invocaban car¨¢cter y huevos para remontar al Wolfsburgo, ¨¦l apelaba al juego¡ª, Zidane sabe, herencia quiz¨¢s de su pasado italiano, que el f¨²tbol tambi¨¦n es sudor. Y con su aura convenci¨® a los jugadores de que ten¨ªan que ponerse las pilas f¨ªsicamente. El equipo estaba roto cuando el t¨¦cnico lleg¨®. Le costaba mantener el ritmo los 90 minutos y, sobre todo, hab¨ªan desaparecido las ayudas defensivas. Era un Madrid partido por la mitad.
El franc¨¦s hizo hincapi¨¦ en el trabajo f¨ªsico y dej¨® al grupo divertirse con la pelota. ¡°Le he dicho a Karim: ¡®Madre m¨ªa, qu¨¦ calidad ten¨¦is¡¯. Son muy buenos, es un placer verles tocar el bal¨®n¡±, dec¨ªa el t¨¦cnico en sus primeros d¨ªas. Mientras Ben¨ªtez interrump¨ªa decenas de veces los entrenamientos para corregir movimientos y atosigaba a los jugadores con consignas t¨¢cticas, Zidane observaba dej¨¢ndoles libertad. A veces equivoc¨¢ndose con las decisiones y con los cambios, pero conquistando la confianza de los jugadores.
Libertad y mano dura
La libertad que les ha concedido en el campo no significa ausencia de mano dura. La ha habido a la hora de reclamar m¨¢s intensidad, de decir p¨²blicamente (como el d¨ªa de la victoria sufrida en Las Palmas) que jugando as¨ª el equipo no ir¨ªa a ning¨²n sitio y tambi¨¦n a la hora de dejar en el banquillo a futbolistas como James e Isco. Nada m¨¢s llegar dijo que a ese tipo de jugador hab¨ªa que darle mimos y confianza, pero sin respuesta a esos est¨ªmulos, no hay titularidad. Habla con todos. Cuando termina el entrenamiento nunca regresa a su despacho por la puerta directa que hay desde los campos de entrenamiento, sino por la parte interior. Le gusta atravesar el vestuario, pararse a mirar y hablar con unos y otros. Pocas palabras, pero, seg¨²n dicen los que le ven a diario, efectivas.
A veces, desde fuera, da la sensaci¨®n de que no se prepara los encuentros. Es lo que parece transmitir en las ruedas de prensas postpartido. ¡°Lo importante es tener el bal¨®n, ?sabes?¡±, es la coletilla t¨ªpica con la que suele contestar todas las veces que le preguntan por aspectos t¨¢cticos. Los que le ven a diario, sin embargo, dicen que es muy meticuloso no s¨®lo con la preparaci¨®n de los partidos sino tambi¨¦n con la alimentaci¨®n de los jugadores y sus horas de descanso.
¡°Tiene un aura y una mirada como la de Clint Eastwood¡±, contaba hace unos meses Philippe Bordas, el fot¨®grafo franc¨¦s que acompa?¨® a Zidane en sus ¨²ltimos 100 d¨ªas como futbolista. Recordaba c¨®mo al franc¨¦s le aterrorizaba posar con el torso desnudo y las condiciones que le puso para trabajar: ¡°No hacer preguntas, no mostrar familiaridad, ni hacernos fotos o pedirle un aut¨®grafos¡±.
Con su familiaridad y cercan¨ªa, Zidane ha conquistado ahora a toda la plantilla. En enero el Madrid parec¨ªa enterrado, ahora tiene opciones de ganar la Liga y conseguir La Und¨¦cima.
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