Cuando el f¨²tbol cabe en el bolsillo
El calendario ¡®Din¨¢mico¡¯ cumple 70 a?os entre el riesgo de desaparici¨®n y la devoci¨®n de sus fieles

La memoria de varias generaciones de futboleros se alberga en unos peque?os libritos que ya anticipan en la portada que estamos ante artesan¨ªa tipogr¨¢fica. A Tom¨¢s Tocino Garc¨ªa, promotor del calendario Din¨¢mico y fallecido hace casi un cuarto de siglo, le gustaba explicar que buscaba una proeza, la de escribir el Padrenuestro en un grano de arroz. Su af¨¢n enciclop¨¦dico por compendiar informaci¨®n en el menor espacio posible dio a luz a una iniciativa singular, la del calendario Din¨¢mico, un cl¨¢sico que pervive baqueteado por los vaivenes de los tiempos. Ahora que se tiende a concluir que el conocimiento est¨¢ a golpe de clic o tras pasar una pantalla, el Din¨¢mico es un cl¨¢sico contracultural. Este verano cumple 70 a?os. Puede parecer un anciano, pero que nadie lo de por muerto porque su sost¨¦n, el hijo del fundador, est¨¢ con la alerta activada: ¡°Puede que la imaginaci¨®n me ayude a encontrar la continuidad¡±, advierte.
¡°Desde que llegaron los tel¨¦fonos con conexi¨®n a internet bajamos las ventas entre el 25 y el 30 por ciento¡±, concreta Tom¨¢s Tocino Maquieira, que tiene cinco a?os m¨¢s que el Din¨¢mico y empez¨® a trabajar en la empresa familiar, que en realidad era una imprenta, cuando era adolescente. Durante d¨¦cadas editaron la mayor fuente de conocimiento del f¨²tbol espa?ol, una biblia de bolsillo que resolv¨ªa dudas y disquisiciones estad¨ªsticas o hist¨®ricas y que adem¨¢s serv¨ªa para seguir el devenir de cada campeonato. ¡°Es la historia de un espa?ol que ten¨ªa que ganarse la vida, lo hizo con el f¨²tbol por medio y eso le dio una cierta relevancia¡±, rebaja el due?o de Din¨¢mico. Habla de su padre, un zamorano que pas¨® por Galicia y acab¨® en Zaragoza tras combatir en la guerra civil. Ten¨ªa una leve experiencia en un par de imprentas en Vigo y busc¨® trabajo en ese gremio. Acab¨® por aunar esfuerzos con un compa?ero con un apellido que depar¨® a la nueva sociedad un nombre inolvidable: Tocino Raro.
Somos como un ordenador en papel¡±, explica Tom¨¢s Tocino, el hijo del creador
Realmente se extra?aron porque al poco tiempo separaron sus caminos. ¡°Mi padre era m¨¢s lanzado. Nunca se conformaba. De f¨²tbol no entend¨ªa, pero s¨ª de organizaci¨®n, materiales y costes. Y lo que hizo fue crear producto.¡±, explica Tocino Maquieira. El Din¨¢mico naci¨® para darle contenido a los veranos, en los que el trabajo en la imprenta deca¨ªa. En 1949 estaban de moda los calendarios futbol¨ªsticos, pero fueron m¨¢s all¨¢ que simplemente anunciar los partidos de la temporada que entraba sino que adem¨¢s recopilaban informaci¨®n sobre la campa?a que se acababa de disputar. A partir de ah¨ª no le pusieron puertas al campo de la estad¨ªstica y se sumergieron en la historia del f¨²tbol espa?ol e incluso mundial. Todo bajo la premisa de la constancia y el afecto al detalle. ¡°Una persona se dedicaba a documentar datos de la prensa deportiva, se la le¨ªa y tambi¨¦n envi¨¢bamos cuestionarios a los clubs, que ten¨ªan la amabilidad de rellenar los datos que les ped¨ªamos y remitirnos las fotos carn¨¦ de los jugadores. Luego hab¨ªa que confeccionar, hacer los clich¨¦s. Los primeros los dobl¨¢bamos a mano, todos los d¨ªas unos 20.000 pliegos y treinta personas se dedicaban en julio y agosto a eso. Llegamos a hacer tiradas de 325.000 ejemplares a finales de los sesenta¡ La tecnolog¨ªa sirve para muchas cosas, pero se carga otras¡±, reflexiona el responsable de Din¨¢mico.
Con el paso de los a?os no solo se gener¨® un producto , sino un relato. El f¨²tbol espa?ol, su historia, presente y de alguna manera el futuro se explic¨® durante muchos est¨ªos a trav¨¦s de esos libritos que avisaban en la portada: ¡°Para aprender, leer¡ para discutir, saber¡±. El futbolero se familiariz¨® con los t¨¦rminos que se acu?aban en aquella imprenta zaragozana. Los Din¨¢micos son un ¡°consultor progresivo¡± e ilustran a los seguidores a trav¨¦s de ¡°fichas pitonisa¡± que albergan un cat¨¢logo de s¨ªmbolos para explicar minutos y minutos de f¨²tbol. Unas columnas con numeraciones completan la informaci¨®n y alertan de hasta 65 incidencias que se pueden producir en un partido, si se jug¨® con niebla, con temperatura alta, normal o baja, si alg¨²n equipo fue recibido con abucheos por parte del p¨²blico, hubo peleas en las gradas o como fue la actuaci¨®n del ¨¢rbitro. Algunas de esas alternativas ya apenas se emplean. Los campos ya no est¨¢n embarrados y no se lanzan almohadillas al campo. No por ganas de hacerlo, seguramente.
El Din¨¢mico remite a un modo artesano de entender el f¨²tbol. Es tradici¨®n por m¨¢s que al lector veterano le chirr¨ªe el empleo del color o que los bordes de los ejemplares ya no son redondeados. ¡°Antes la m¨¢quina era especial, ahora tiramos en rotativa¡±, se disculpa Tocino, que hace un par de veranos estuvo tentado de colgar la bata. ¡°No es rentable¡±. Quiz¨¢s la publicidad ayudar¨ªa. Apenas se recurri¨® a ella en tres a?os, en los sesenta y por vicisitudes que no ten¨ªan que ver con lo econ¨®mico. ¡°Mi padre se equivoc¨® en un trabajo con Chicles Cheiw y en compensaci¨®n les dio espacio¡±, relata Tocino Maquieira. Un a?o de trabajo est¨¢ tras cada Din¨¢mico, un proceso que requiere ordenar, buscar y dise?ar.
Queda el afecto de los fieles. Casi un tercio de las personas que lo compran env¨ªan el dinero a la imprenta para que les remitan los dos librillos, el S¨²per Din¨¢mico, del que se tiran 5.000 ejemplares, y el de seguimiento del pr¨®ximo campeonato, que imprime unos 20.000. ¡°Es un peque?o mundo que se ha quedado ah¨ª¡±, asume Tocino, que mira hacia estas siete d¨¦cadas y observa tanta informaci¨®n recopilada que no cabr¨ªa ni en un museo. ¡°Somos como un ordenador de papel¡±, explica antes de recordar a su padre y el oficio del que hizo casi un arte. El viejo Tocino era cajista, compon¨ªa l¨ªneas de texto en la imprenta. ¡°Fue un hombre ordenado, estructurado, criado entre puntos y c¨ªceros¡±, un tipo que era capaz de sintetizar en dos peque?as hojas todos los datos de la vida laboral de sus setenta empleados. ¡°Aquello tambi¨¦n eran fichas pitonisa¡±, rememora su hijo.
Hay pasiones que nunca te jubilan. A Tom¨¢s Tocino Maquieira no le gusta el f¨²tbol. Fue a La Romareda cuando era un chico y nunca m¨¢s pis¨® un estadio. ¡°Me pareci¨® que hab¨ªa muchos maleducados¡±, dice. La semana pasada se tom¨® cuatro d¨ªas de asueto en Asturias. All¨ª compr¨® el primer Din¨¢mico de su vida y le cost¨® encontrar donde hacerlo. ¡°Los quioscos de prensa se mueren. Es inevitable. ?Cu¨¢ntos caballeros ve usted por la calle tirando de un carro? Pero si alg¨²n d¨ªa llega el verano sin Din¨¢mico algo faltar¨¢. Y no solo en casa de los Tocino.
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