Los ¨²ltimos hombres sobre el c¨¦sped
Los clubes de f¨²tbol mantienen con el m¨ªnimo de plantilla el cuidado de los campos a la espera de que vuelva la competici¨®n
Despu¨¦s de una noche fresca, o si amanece nublado, lo primero que hace Eric Duran al llegar al estadio del Legan¨¦s, Butarque, a las nueve de la ma?ana es peinar la hierba. Agarra un cepillo enorme, de dos metros, y va retirando el roc¨ªo de los 8.000 metros cuadrados de verde. Esa humedad depositada sobre las briznas es una amenaza de enfermedades, y el peinado matutino resulta fundamental para prevenirlas. Con la competici¨®n futbol¨ªstica suspendida, el pa¨ªs confinado y cientos de miles de personas trabajando en casa, los viejos jardineros, ahora llamados greenkeepers, son los ¨²ltimos ho...
Despu¨¦s de una noche fresca, o si amanece nublado, lo primero que hace Eric Duran al llegar al estadio del Legan¨¦s, Butarque, a las nueve de la ma?ana es peinar la hierba. Agarra un cepillo enorme, de dos metros, y va retirando el roc¨ªo de los 8.000 metros cuadrados de verde. Esa humedad depositada sobre las briznas es una amenaza de enfermedades, y el peinado matutino resulta fundamental para prevenirlas. Con la competici¨®n futbol¨ªstica suspendida, el pa¨ªs confinado y cientos de miles de personas trabajando en casa, los viejos jardineros, ahora llamados greenkeepers, son los ¨²ltimos hombres del f¨²tbol sobre el terreno.
¡°El c¨¦sped es un ser vivo que tiene que mantenerse. No puedes dejar que se muera. No es una luz que se pueda apagar y volver a encender¡±, explica Pedro Fern¨¢ndez-Bola?os, ingeniero agr¨®nomo, ahora coordinador para la calidad de los terrenos de juego de LaLiga, antes ayudante de Paul Burgess, el encargado de los campos del Real Madrid. En 2009, el fichaje del ingl¨¦s desde el Arsenal transform¨® no solo el Bernab¨¦u, sino la manera de cuidar el verde en toda Espa?a.
La hierba vive en un equilibrio inestable delicad¨ªsimo, como explica Eduard Rovira, director t¨¦cnico de Royalverd, la empresa que cuida del Metropolitano, Son Moix, Bala¨ªdos y otros cuatro estadios de Primera, adem¨¢s de Butarque: ¡°El c¨¦sped deportivo no es como el de un jard¨ªn. Es m¨¢s susceptible de enfermar, porque es mucho m¨¢s denso. En 24 horas se puede morir¡±, dice.
Por eso, el decreto del Gobierno que endureci¨® las medidas de confinamiento provoc¨® cierta inquietud en los clubes. Hasta que el texto del BOE aclar¨® que estos cuidados pod¨ªan entenderse como ¡°actividad indispensable¡±. ¡°Pueden realizarse con el m¨ªnimo de plantilla¡±, dice Rovira, ¡°cuidando al m¨¢ximo la seguridad de los trabajadores¡±. Los campos tienen menos personal, pero tambi¨¦n necesitan menos atenciones. ¡°Aunque el greenkeeper no ha entrado en los ERTE¡±, aclara Fern¨¢ndez-Bola?os. Una situaci¨®n similar se ha dado con el cuidado de los campos de golf.
Hierba a dieta
Entre otras consecuencias, esta inesperada ¨¦poca de relajamiento le ha cambiado la dieta a la hierba. ¡°En competici¨®n, se fertiliza cada semana. Ahora le estamos dando alimentaci¨®n foliar, por aspersi¨®n, y dos veces al mes. Consume menos, porque tiene menos desgaste. Vamos analizando la hoja, y adaptando el puchero¡±, dice Rovira. Tienen los campos a dieta: les administran reguladores, para que en lugar de crecer unos cuatro mil¨ªmetros al d¨ªa, lo hagan solo uno.
Adem¨¢s del descanso, ya asoman las semanas de m¨¢s vigor, como explica Rovira: ¡°En primavera crece mucho. Con temperaturas de entre 15 y 20 grados, es la mejor ¨¦poca del a?o¡±. Hay tiempo para retoques. En el Bernab¨¦u, donde han parado hasta las obras de reforma, Burgess ha aprovechado la pausa en la que solo trabaja su gente para expurgar hoja muerta o m¨¢s vieja. Se rebaja la densidad del c¨¦sped retirando esas briznas y se hace una resiembra parcial. Las sustituciones son menos radicales que hace una d¨¦cada. ¡°Lo normal es que la vida de la planta no pase de dos a?os¡±, explica Fern¨¢ndez-Bola?os.
Con menos personal sobre el terreno, gana peso el an¨¢lisis del big data, a partir de los registros de las estaciones meteorol¨®gicas de los estadios y de los sensores de humedad. ¡°Recibimos alertas: si seguimos as¨ª, en dos d¨ªas, por ejemplo, enfermedad¡±, dice Rovira.
El ritual de la siega
Tambi¨¦n se ha relajado el ritmo de los afeitados, aunque no llegar¨¢n a verse melenas. Ni cuando los campos descansan pueden dejar de segarse, ya que seg¨²n Rovira no conviene cortar cada vez m¨¢s de un tercio del tallo. ¡°Mantenemos el corte a unos 25 mil¨ªmetros, que para ahora es un rango ¨®ptimo. Cuanto m¨¢s bajo se corta, m¨¢s estr¨¦s sufre. Si hubiera partido ser¨ªa entre 20 y 22 mil¨ªmetros¡±. El reglamento de retransmisi¨®n televisiva de LaLiga estipula que la hierba ha de tener entre 20 y 30 mil¨ªmetros.
Lo que s¨ª var¨ªa algo con la tregua es el ritual de la siega. Con competici¨®n, el sentido de las pasadas de la segadora se var¨ªa una vez al mes. Antes de un partido se realizan dos o tres siegas, que empiezan dos d¨ªas antes. Si la primera pasada comienza en un c¨®rner del fondo sur y sigue la banda hasta el norte, ese sentido se mantiene todo el mes. Ahora sin embargo, cada vez que Eric Duran y su equipo siegan Butarque alternan el fondo desde el que empiezan: as¨ª la hierba no se tumba siempre del mismo lado.
El viernes pasado a mediod¨ªa segaron de porter¨ªa a porter¨ªa. El martes planean hacerlo de banda a banda, que es como se realiza el ¨²ltimo corte antes de un partido, cuando solo faltan tres horas. Para que el rastro sirva de orientaci¨®n con los fueras de juego. Tampoco los ¨²ltimos hombres sobre el terreno saben cu¨¢ndo regresar¨¢n los futbolistas a sus jardines, pero s¨ª qu¨¦ se encontrar¨¢n: ¡°Cuando vuelva el f¨²tbol, estrenar¨¢n campos. Estar¨¢n espectaculares¡±, dice Rovira.