Tost?o: ¡°Fuimos revolucionarios¡±
El falso nueve de Brasil de 1970 evoca el funcionamiento futurista de la selecci¨®n m¨¢s legendaria de todos los tiempos
Eduardo Gon?alves de Andrade, alias Tost?o, es oftalm¨®logo. Desde hace casi medio siglo conduce una vida pr¨¢cticamente an¨®nima en Belo Horizonte, la ciudad donde naci¨® en 1947. Pero cuando coge el tel¨¦fono y le mencionan la Copa del Mundo de 1970, el genial estratega de la selecci¨®n m¨¢s legendaria de la historia del f¨²tbol evoca cada instante sin esfuerzo, como si todos los protagonistas siguieran vivos y el tiempo se hubiese detenido cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final, un 21 de junio, hace medio siglo en el estadio Azteca.
Pregunta. ?Por qu¨¦ su selecci¨®n dej¨® una huella tan profund...
Eduardo Gon?alves de Andrade, alias Tost?o, es oftalm¨®logo. Desde hace casi medio siglo conduce una vida pr¨¢cticamente an¨®nima en Belo Horizonte, la ciudad donde naci¨® en 1947. Pero cuando coge el tel¨¦fono y le mencionan la Copa del Mundo de 1970, el genial estratega de la selecci¨®n m¨¢s legendaria de la historia del f¨²tbol evoca cada instante sin esfuerzo, como si todos los protagonistas siguieran vivos y el tiempo se hubiese detenido cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final, un 21 de junio, hace medio siglo en el estadio Azteca.
Pregunta. ?Por qu¨¦ su selecci¨®n dej¨® una huella tan profunda?
Respuesta. Por la coincidencia de talentos individuales con talento colectivo que es la base del f¨²tbol organizado, disciplinado t¨¢cticamente. Ven¨ªamos de una ¨¦poca en la que el f¨²tbol era muy disperso: defensa, mediocampo y ataque actuaban de forma no siempre sincronizada. Los equipos se destacaban por los lances aislados. Y en el Mundial del 70 asistimos a un f¨²tbol m¨¢s colectivo. Se junt¨® esa armon¨ªa coral con la fantas¨ªa y la capacidad individual de los jugadores. El otro detalle importante es que fuimos una selecci¨®n revolucionaria tanto en la preparaci¨®n f¨ªsica como en la estrategia del juego. En los segundos tiempos Brasil siempre jugaba mejor que en los primeros y consegu¨ªa hacer m¨¢s goles. Otro detalle fue el problema de la altitud [M¨¦xico DF se encuentra a 2.250 metros sobre el nivel del mar]. Lo preparamos de forma muy cient¨ªfica. Desde el punto de vista metodol¨®gico Zagallo fue un t¨¦cnico que se sal¨ªa del patr¨®n normal. Porque en Brasil los entrenadores ten¨ªan poca importancia. Los jugadores resolv¨ªan. Pero Zagallo era un estrategista. Le gustaba mucho insistir diariamente en entrenamientos que modificaban la conducta del equipo en diversas fases del juego, en posicionamientos defensivos y ofensivos. Hoy todos hablan de eso. Pero a finales de la d¨¦cada del 60 no era com¨²n.
P. ?Cu¨¢l fue la gran innovaci¨®n t¨¢ctica?
R. Por primera vez en la historia de Brasil, el de 1970 fue un equipo compacto: cuando perd¨ªa la pelota todos marc¨¢bamos del mediocampo hacia atr¨¢s cerrando los espacios al adversario. Hab¨ªa acciones improvisadas, pero el funcionamiento era colectivo. Cuando los rivales entraban a nuestra mitad de campo nosotros combat¨ªamos mucho. Esto no era com¨²n entonces. Eso lo vemos ahora. Y cuando recuperaba la pelota sal¨ªa r¨¢pido. Intercambiando pases o con lanzamientos en largo, especialmente a Jairzinho que ten¨ªa una velocidad y una fuerza f¨ªsica incre¨ªble. El juego de Brasil era equiparable al de una gran selecci¨®n del siglo XXI. En el 2-1 de la semifinal contra Uruguay, todos los jugadores brasile?os est¨¢bamos defendiendo en nuestro campo. Jairzinho aprovech¨® un error de Fontes, jug¨® con Pel¨¦ en el c¨ªrculo central, Pel¨¦ me la dej¨® a un toque y yo le di el pase a Jairzinho que marc¨® de tiro cruzado. Jug¨¢bamos con contraataques, tocando r¨¢pido. Despu¨¦s del Mundial de Rusia hicieron una comparativa estad¨ªstica entre la selecci¨®n de 2018 y la de 1970. ?Brasil del 70 daba m¨¢s pases, driblaba m¨¢s, chutaba m¨¢s y robaba m¨¢s balones! ?C¨®mo no va a ser impresionante lo que hicimos?
P. Hubo una escuela de entrenadores en Espa?a que daba lecciones sobre el saque de banda ofensivo. El 1-0 a Italia en la final parte de un saque de banda suyo¡ ?Esos detalles realmente son relevantes?
R. La tendencia es el prejuicio, no solo en el f¨²tbol. En la vida en general. Nos inclinamos por juzgar que la improvisaci¨®n no caza con una estructura. Decimos que los creativos no son organizados ni disciplinados, que los jugadores esforzados no valen para dar un buen pase. En todas las profesiones se separa a los creativos de los pragm¨¢ticos. Cuando unes esas dos cosas, cuando juntas el utilitarismo con la fantas¨ªa, salen grandes cosas. Los genios nunca son unidimensionales.
Yo en el Cruzeiro jugaba en la posici¨®n de Pel¨¦. Era un diez goleador. Para jugar al lado de Jairzinho y Pel¨¦, dos jugadores extremadamente agresivos, era necesario tocar de primera. Yo para ellos fui un facilitador. Como Firmino en en Liverpool con Salah y Man¨¦
P. La leyenda dice que el esquema era el 4-2-4, con Gerson y Clodoaldo en el medio. Y arriba se recita la delantera: Jairzinho, Tost?o, Pel¨¦ y Rivalino. ?Qu¨¦ hay de prejuicio y de realidad en este 4-2-4?
R. Era m¨¢s un 4-3-3 porque Rivelino, Gerson y Clodoaldo formaban una l¨ªnea de tres medios. Jairzinho, Pel¨¦ y yo nos mov¨ªamos arriba, pero intercambiando mucho las posiciones. Jairzinho consegu¨ªa ser extremo y delantero centro. Pel¨¦ bajaba para armar, pero muchas veces se tiraba a la izquierda como extremo. Rivelino intercambiaba el extremo izquierdo con el mediocampo. La movilidad era muy grande a partir de una referencia t¨¢ctica. Yo antes de la Copa, en el Cruzeiro, jugaba de mediapunta y organizador. En la Copa tuve que improvisar como delantero centro. Rivelino en el Corinthians jugaba en la posici¨®n de Gerson, de volante organizador, y en el Mundial lo desplazaron a la izquierda. Jairzinho en el Botafogo era delantero centro y en M¨¦xico jug¨® de extremo. Hicimos cambios que encajaban con las caracter¨ªsticas de los jugadores, uniendo una cualidad con otra, complet¨¢ndonos dentro del campo. Muchas veces un equipo juega durante un a?o sin conseguir formar un gran conjunto. Como por arte de magia, en poco tiempo nosotros encajamos unos con otros hasta hacer un juego colectivo e individual excepcional.
P. Usted en M¨¦xico se desmarcaba al espacio como si llevara el gol en la sangre. ?C¨®mo fue su reconversi¨®n en nueve?
R. Yo en el Cruzeiro jugaba en la posici¨®n de Pel¨¦. Era un diez goleador. Me mov¨ªa mucho de una transici¨®n a otra, estaba en todos lados, entraba en el ¨¢rea, sal¨ªa, daba goles, volv¨ªa. As¨ª me adapt¨¦ a la selecci¨®n como delantero centro. Para jugar al lado de Jairzinho y Pel¨¦, dos jugadores extremadamente agresivos, artilleros, siempre listos para ir a definir, era necesario saber que ellos precisaban de un tercer hombre m¨¢s inclinado a pasar la pelota, a tocar de primera. Yo para ellos fui un facilitador. Procuraba ayudarlos a finalizar. Cuando Zagallo asumi¨® como seleccionador en 1967 ¨¦l pensaba que yo era el heredero de Pel¨¦, y no pod¨ªa jugar a su lado porque nos superpondr¨ªamos. ?l quer¨ªa que ah¨ª jugara Dad¨¢, un centrodelantero t¨ªpico, de los que esperaban el bal¨®n y remataban. Despu¨¦s, en 1970, Zagallo me llam¨® y me dijo: ¡°?T¨² podr¨ªas jugar por delante de Pel¨¦, sin bajar mucho, como hac¨ªas en el Cruzeiro?¡±. ¡°No hay problema¡±, le dije, ¡°voy a jugar como Evaldo en el Cruzeiro; ¨¦l es un facilitador que se mueve en el ¨¢rea. ?l me ayuda a llegar con claridad. Yo har¨¦ lo mismo para Pel¨¦ y Jairzinho en la selecci¨®n¡±.
Jugaba a un toque. Dos como m¨¢ximo. Cuando la pelota te llega ya tienes que saber d¨®nde est¨¢n los compa?eros. R¨¢pidamente. El juego no se puede parar. Si controlas la pelota y la frenas, la jugada se detiene y la defensa te cierra
P. ?Qu¨¦ debe hacer un buen facilitador?
R. Jugar a un toque. Dos como m¨¢ximo. Cuando la pelota le llega ya la tiene que tener dominada y tiene que saber d¨®nde est¨¢n los compa?eros. R¨¢pidamente. El juego no se puede parar. Si controlas la pelota y la frenas, la jugada se detiene y la defensa te cierra los espacios. Esa era una de mis caracter¨ªsticas. En el Cruzeiro yo jugaba mucho a un toque. Cuando llegu¨¦ a la selecci¨®n un d¨ªa durante un partido vino Gerson y me dijo: ¡°Oye, juega con dos toques en vez de uno, ?que as¨ª me dar¨¢ tiempo de llegar!¡±. Yo le dije: ¡°Vale, con Pel¨¦ y Jairzinho jugar¨¦ a un toque, y contigo a dos¡±.
P. Hoy con los espacios cada vez m¨¢s reducidos los equipos que quieren atacar siempre necesitan jugar a un toque¡
R. Firmino en el Liverpool es el facilitador de Man¨¦ y Salah. Ellos son muy r¨¢pidos y Firmino se mueve en el medio jugando r¨¢pido para que Man¨¦ y Salah lleguen en velocidad al gol. Es m¨¢s o menos lo que hice con Jairzinho y Pel¨¦. A m¨ª, Firmino siempre me da esa impresi¨®n: siempre juega con toques r¨¢pidos, como hacen los jugadores extremadamente cognitivos.
P. ?C¨®mo fue su primer encuentro con Pel¨¦?
R. Antes del Mundial del 66. Yo ten¨ªa 19 a?os. Me llevaban a los amistosos como el relevo de Pel¨¦. Todos consideraban que yo deb¨ªa ser su relevo porque ocupaba la misma posici¨®n: bajaba al mediocampo para recibir, como hac¨ªa Pel¨¦... No era un futbolista para estar cerca de la porter¨ªa. Durante a?os fui el suplente de Pel¨¦. Hasta que en las eliminatorias del 69, el seleccionador, Joao Saldanha, me dijo: ¡°Usted va a jugar al lado de Pel¨¦¡±. Esas eliminatorias fueron mi mejor momento en toda mi carrera con la selecci¨®n. Nos entend¨ªamos muy bien. Porque Pel¨¦, antes de que la pelota le llegara, cuando la recib¨ªa Gerson o Rivelino, ¨¦l empezaba a moverse y me miraba. Como diciendo: ¡°Presta atenci¨®n a lo que voy a hacer¡±. Exig¨ªa concentraci¨®n m¨¢xima. Antes de que le llegara la pelota ¨¦l ya te estaba incitando. Era de una inteligencia tal que para acompa?ar su raciocinio hab¨ªa que ser muy r¨¢pido. Cuando Zagallo nos vio cambi¨® de opini¨®n y decidi¨® que jugar¨ªamos juntos el Mundial.
La primer virtud de Pel¨¦ era el pase. El f¨²tbol es el pase. El problema del f¨²tbol brasile?o es que desde hace 20 o 30 a?os valoriz¨® poco el pase y sobrevalor¨® al jugador que dribla, remata y hace goles
P. Usted cuando define las virtudes de Pel¨¦, por encima de todo menciona que pasaba bien la pelota. ?No es el gol la cualidad m¨¢s valiosa de un futbolista? ?Y las fintas que hac¨ªa Pel¨¦, como esa que hizo a Mazurkiwicz?
R. El f¨²tbol es el pase. Uno de los principales problemas que tiene el f¨²tbol brasile?o es que desde hace 20 o 30 a?os valoriz¨® poco el pase y sobrevalor¨® al jugador que dribla, remata y hace goles. Entonces, los grandes maestros de la pelota, los grandes jugadores, los grandes pensadores del mediocampo, como Gerson, Falcao, Cerezo, Rivelino, desaparecieron. El mediocampo fue dividido entre volantes que defienden y volantes que juegan cerca del ¨¢rea rival, que driblan y llegan, como Pel¨¦ y Zico. Pero desaparecieron los grandes pensadores. Como Xavi, como Iniesta, como Kroos¡ Hasta hoy. La selecci¨®n brasile?a actual tiene a Casemiro, que es un gran jugador del medio hacia atr¨¢s, y a Neymar, que es un gran jugador del medio hacia el gol. Falta un gran pensador. Desde hace 30 a?os Brasil no tiene un jugador parecido a Xavi. Por eso el juego de Brasil dej¨® de ser un juego de pases para convertirse en un juego de estocadas, sin cambio de direcci¨®n, sin ritmo. Merm¨® el juego colectivo, de intercambio de pases, de empat¨ªa, de uni¨®n, que caracteriz¨® a Gerson, a Rivelino, a Clodoaldo, o a Pel¨¦ que bajaba a tocar con todo el mundo. Ya no se forman jugadores as¨ª. Y despu¨¦s de 30 a?os parece que nos estamos dando cuenta.
P. Despu¨¦s del pase, usted dice que la gran virtud de Pel¨¦ es la agresividad.
R. Ten¨ªa todas las cualidades en un nivel superlativo. Y donde no ten¨ªa rival era en la agresividad en direcci¨®n al gol. Usaba las dos piernas, iba bien de cabeza... y se desmarcaba con mucha fuerza. Era muy guerrero, m¨¢s all¨¢ de la t¨¦cnica del driblig y el pase, que era muy buena. Cuando me preguntan por la diferencia entre Messi y Pel¨¦ yo digo que la agresividad. Pel¨¦ era muy fuerte f¨ªsicamente. Y sumaba a todos sus valores ese esp¨ªritu guerrero. De fajador. Se irritaba cuando lo marcaban, cuando le pegaban, y comenzaba a inflamarse y a correr detr¨¢s de la pelota como si fuera un defensa, buscando el cuerpo a cuerpo y empleando su corpulencia para proteger la pelota y llegar al gol por las bravas. No siempre los jugadores saben usar la fuerza f¨ªsica. ?l era fuerte y sab¨ªa ser fuerte.
P. Usted contra Uruguay da dos pases de gol con efecto de freno, uno a Clodoaldo y otro a Jairzinho, que forman parte de la antolog¨ªa del pase.
R. Yo era el m¨¢ximo goleador del Cruzeiro pero siempre fui mejor pasador que rematador. Me gustaba filtrar el pase definitivo entre los defensas. Ese era mi don. Habilitar a los virtuosos. Medir las distancias peque?as entre defensas que est¨¢n corriendo. En el 1-1 contra Uruguay, cuando yo recibo la pelota en el mediocampo, Clodoaldo me grita, pasa corriendo y el zaguero, que es Ancheta, va junto con ¨¦l en direcci¨®n a la porter¨ªa. Ancheta me ve y se interpone entre nosotros. Est¨¢ dos metros por delante. Si pienso en pas¨¢rsela a Clodoaldo al pie, Ancheta llega antes. As¨ª es que le di el pase con efecto alrededor de Ancheta para que la pelota se frenara entre Clodoaldo y el portero. Ancheta se gir¨®, se desequilibr¨®, y Clodoaldo meti¨® el gol. Entre que Clodoaldo me grita y la pelota le llega a su destino transcurren dos segundos. En ese margen tuve que hacer un razonamiento, medir la distancia, calcular las posiciones de los cuerpos y enviar una pelota fiable.
P. ?Clodoaldo pensaba mucho en el juego o era un mediocentro intuitivo?
R. Lo primero que ¨¦l ten¨ªa era una enorme habilidad con la pelota, algo que no es com¨²n en un jugador de esa posici¨®n. No era un marcador fuerte ni combativo. No era un Casemiro. Pero como era ligero se mov¨ªa con facilidad, se colocaba muy bien y ten¨ªa mucha habilidad para salir cambiando pases. El lance del 1-1 contra Uruguay fue algo ¨²nico en su carrera. No pisaba jam¨¢s el ¨¢rea rival. No era un llegador. Ni en el Santos ni en la selecci¨®n.
En la final, Zagallo me dijo que deb¨ªa esperar arriba para no dejar que Rosato saliera del ¨¢rea. Y Rosato no sali¨®. No hizo la cobertura en el 4-1 de Carlos Alberto, ni sali¨® a cubrir a Gerson cuando remat¨® el 2-1. Porque como me estaba marcando a m¨ª, si necesitaba saltar a la marca yo lo tapaba
P. ?Brasil no ten¨ªa un centrocampista defensivo especialista?
R. Zagallo entrenaba todos los d¨ªas el posicionamiento colectivo del equipo cada vez que se perd¨ªa la pelota, especialmente con Clodoaldo, Gerson y Rivelino, para que protegieran a los centrales. Si perd¨ªamos la pelota los tres volantes ten¨ªan que retroceder inmediatamente por el medio. Y despu¨¦s ten¨ªamos que bajar los atacantes a ayudar. Ninguno era un gran talento defensivo pero los tres se posicionaban muy bien y Gerson fue el organizador m¨¢s inteligente que vi en un campo. Ten¨ªa visi¨®n panor¨¢mica: jugaba como si viera la cancha desde un asiento en la tribuna, y orientaba a Clodoaldo y a Rivelino sobre c¨®mo situarse en defensa. No paraba de hablar. Ni dentro ni fuera del campo. Los tres se complementaban. Rivelino era el artista, el driblador, el finalizador, el que disparaba desde fuera del ¨¢rea, el que ten¨ªa una velocidad de piernas incre¨ªble.
P. ?C¨®mo fue su conversaci¨®n con Gerson antes de la final con Italia?
R. Italia marcaba al hombre con una l¨ªnea de cuatro que sal¨ªan a encimar y un l¨ªbero que se quedaba atr¨¢s para hacer las coberturas, por si uno de los cuatro zagueros resultaba desbordado en el mano a mano. Gerson habl¨® de esto con Zagallo. Zagallo, que hab¨ªa sido su t¨¦cnico en el Botafogo, lo escuchaba mucho. Planeamos dos combinaciones. Primero, que Carlos Alberto entrar¨ªa por la banda si Facchetti acompa?aba a Jairzinho al medio, cuando tirase la diagonal desde la derecha. As¨ª lleg¨® el cuarto gol de Carlos Alberto. La segunda combinaci¨®n fue que yo no bajar¨ªa tanto a recibir y esperar¨ªa entre el l¨ªbero [Pierluigi Cera] y los cuatro defensas. Para no dejar que el central que me ten¨ªa que marcar [Roberto Rosato] saliera del ¨¢rea. Y Rosato no sali¨®. No hizo la cobertura en el 4-1 de Carlos Alberto, ni sali¨® a cubrir a Gerson cuando dribl¨® y remat¨® el 2-1. Porque como me estaba marcando a m¨ª, si necesitaba saltar a la marca yo lo obstru¨ªa. El marcador se convirti¨® en marcado.
P. ?En qu¨¦ medida cada equipo representa un momento en la vida de los pa¨ªses? Su generaci¨®n fue a la escuela primaria en los a?os 50, durante la Rep¨²blica Nova, antes del golpe de estado de 1964... ?El juego del 70 representaban ese Brasil republicano?
R. En el 70 Brasil era una dictadura. Yo odiaba la represi¨®n y la falta de libertad. Muchas personas pensaban as¨ª. Y eso coincidi¨® con una generaci¨®n de grandes jugadores de f¨²tbol, de grandes artistas, y de grandes m¨²sicos. Fue el esplendor cultural de Brasil. Es curioso c¨®mo un r¨¦gimen opresor provoca una respuesta creativa en las personas. Nunca Brasil tuvo tantos m¨²sicos extraordinarios. Y lo mismo sucedi¨® en el f¨²tbol. La selecci¨®n no es algo que se pueda separar de la comunidad. Muchas personas que detestaban la dictadura dijeron que no torcer¨ªan por Brasil. Pero cuando comenz¨® el Mundial todos se olvidaron. Yo cre¨ªa que est¨¢bamos viviendo un momento ruin como pa¨ªs. Pero esto era una competici¨®n deportiva. Hab¨ªa que separar las cosas. Yo ten¨ªa 23 a?os. So?aba con el ¨¦xito, con ser campe¨®n del mundo, con la gloria. ?ramos ambiciosos. Quer¨ªamos demostrar nuestro valor. Como todos los j¨®venes.
P. Brasil del 70 es un est¨¢ndar de perfecci¨®n. ?Fue una carga para las generaciones sucesivas?
R. Hoy cuando Brasil pierde o juega mal las personas repiten que hay que recuperar la esencia del 70. Jugar como en aquella ¨¦poca. Pero el f¨²tbol cambi¨®. No basta con querer volver al pasado, no basta con querer jugar como en 1970.
El pase es un s¨ªmbolo del juego colectivo y de la vida en com¨²n. Las personas tienen todo el derecho a querer mejorar su vida. Pero sin olvidar que los dem¨¢s tambi¨¦n quieren lo mismo. En Brasil creci¨® una sociedad para la explotaci¨®n de otra sociedad. As¨ª la selecci¨®n de Brasil juega a meter goles. Nadie juega para el compa?ero. No es la l¨®gica del juego. Es la l¨®gica de la ganancia
P. ?Qu¨¦ cambi¨®?
R. Hubo un desarrollo cient¨ªfico que se combin¨® con una evoluci¨®n tecnol¨®gica. Eso transform¨® al f¨²tbol. Los pa¨ªses con mejores condiciones financieras y sociales, con mejor preparaci¨®n cient¨ªfica y acad¨¦mica en todas las ¨¢reas, evolucionaron m¨¢s. El f¨²tbol evolucion¨® en Europa como consecuencia de la evoluci¨®n de la vida, de la ciencia, de la tecnolog¨ªa, de la educaci¨®n p¨²blica. Principalmente se formaron mejores entrenadores. Del 70 para ac¨¢ Brasil, como el resto de Sudam¨¦rica, se hundi¨® poco a poco en la pobreza y en una desigualdad social enorme. Se qued¨® atr¨¢s. El deterioro en la formaci¨®n de t¨¦cnicos y jugadores se reflej¨® en lo que suced¨ªa en el campo. Este es un pa¨ªs muy grande en donde a todo el mundo le gusta el f¨²tbol. Eso le da fuerza. Pero el juego fue para atr¨¢s. Aunque gan¨¢ramos la Copa del Mundo en 2002.
P. ?Qu¨¦ tiene que ver el desarrollo cient¨ªfico con el f¨²tbol?
R. Hasta los a?os 60, la habilidad y la fantas¨ªa eran m¨¢s importantes en el juego. Brasil y Argentina ganaban por su creatividad y su habilidad natural. Eso en el f¨²tbol es muy importante pero con los nuevos avances cient¨ªficos esos aspectos se hicieron menos decisivos. Ya no basta con la habilidad. Brasil en los 70 ten¨ªa varios jugadores de m¨¢ximo nivel. Hoy tiene dos o tres. O uno. Nuestro gran crack es Neymar. Y Neymar vive con problemas, con confusiones. Ya no formamos la cantidad de jugadores espectaculares que form¨¢bamos hace 40 a?os. Hemos perdido el juego colectivo del mediocampo. Brasil perdi¨® esa idea colectiva que anima al Bar?a, y adem¨¢s perdi¨® los cracks.
P. ?Se pierde el pase como valor colectivo porque se deteriora el sentido de comunidad?
R. Hay una relaci¨®n. El pase es un s¨ªmbolo del juego colectivo y de la vida en com¨²n, de la solidaridad, del respeto mutuo. Las personas tienen todo el derecho a querer mejorar su vida, a disfrutar de placeres y ganar dinero. Pero sin olvidar que los dem¨¢s tambi¨¦n quieren los mismo. En Brasil creci¨® una sociedad ego¨ªsta: una sociedad para la explotaci¨®n de otra sociedad. El sentido de la comunidad disminuy¨® en la sociedad y en el campo disminuy¨® el juego colectivo. Brasil juega un f¨²tbol brillante en lances individuales. Juega a meter goles. Nadie juega para el compa?ero, nadie busca una respuesta, nadie piensa en la organizaci¨®n. No es la l¨®gica del juego, es la l¨®gica de la ganancia. Tenemos m¨¢s pegabolas que jugadores que piensan en lo que hacen. Driblan, driblan, driblan, rematan, rematan¡ Aparecen muy pocos jugadores. Muchos se pierden a medio camino. Salen de una sociedad que convive con la miseria. ?Qu¨¦ se puede esperar si el 50% de la poblaci¨®n no tiene agua potable? ?Es una verg¨¹enza! Ese es el fruto de la ganancia de algunos. As¨ª el f¨²tbol se convierte en el juego de las individualidades, no en el juego del equipo. Porque el pa¨ªs es un pa¨ªs desigual, en donde unos persiguen ganar a toda costa y otros pierden todo. ?C¨®mo podemos pedirle a los futbolistas que no sean individualistas y piensen colectivamente? Esto es m¨¢s tr¨¢gico que la pandemia.