?Qui¨¦n es la bestia?
?Qui¨¦n era aquel tipo al que tanta gente acudi¨® a despedir? Un gran escalador que tuvo una vida extraordinaria. Su fuerza, su personalidad y sus logros son algunos de los ingredientes que nutren Alimentar a la bestia
Mo Anthoine falleci¨® el 11 de agosto de 1989. Acababa de cumplir 50 a?os. La iglesia de Nant Peris, en Gales, se qued¨® peque?a para acoger a las m¨¢s de 400 personas que acudieron a darle un ¨²ltimo adi¨®s. ¡°Dos mil cigarrillos, cien millas de pared a pared, una eternidad y media de vigilias m¨¢s puras que la nieve. Toneladas de palabras viejas como las huellas de un ornitorrinco en la arena. Cien libros que no hemos escrito. Cien pir¨¢mides que no hemos construido. Restos. Polvo. Amargo como el comienzo del mundo. Cr¨¦eme cuando digo que ha sido hermoso¡±, rezaba el poema de Miroslav Holub que se le...
Mo Anthoine falleci¨® el 11 de agosto de 1989. Acababa de cumplir 50 a?os. La iglesia de Nant Peris, en Gales, se qued¨® peque?a para acoger a las m¨¢s de 400 personas que acudieron a darle un ¨²ltimo adi¨®s. ¡°Dos mil cigarrillos, cien millas de pared a pared, una eternidad y media de vigilias m¨¢s puras que la nieve. Toneladas de palabras viejas como las huellas de un ornitorrinco en la arena. Cien libros que no hemos escrito. Cien pir¨¢mides que no hemos construido. Restos. Polvo. Amargo como el comienzo del mundo. Cr¨¦eme cuando digo que ha sido hermoso¡±, rezaba el poema de Miroslav Holub que se ley¨® en la despedida. Dicen que los escaladores brit¨¢nicos no suelen mostrar sus emociones y que, cuando se termin¨® la lectura, no quedaba en el funeral un ojo sin llorar. Luego, para a?adirle algo de flema, aseguraron haber visto una silueta en lo alto de una cresta rocosa mientras bajaban el ata¨²d a la tumba. Se tratar¨ªa del propio Mo, ¡°burl¨¢ndose de tanto esc¨¢ndalo¡±.
?Qui¨¦n era aquel tipo al que tanta gente acudi¨® a despedir? Un gran escalador que tuvo una vida extraordinaria. Su fuerza, su personalidad, sus logros, su pasi¨®n aventurera o su resistencia f¨ªsica y mental son algunos de los ingredientes que nutren Alimentar a la bestia (Libros del Asteroide), obra del escritor ingl¨¦s Al Alvarez, con quien comparti¨® amistad y escalada. Mo fue un tipo singular. Con 11 a?os comenz¨® a salir de acampada en solitario. Con 17, descubri¨® la monta?a. Se enganch¨®. Cuando le preguntaban qu¨¦ era lo que lo llevaba ¨Ca ¨¦l y al resto de escaladores¨C a buscar la incomodidad de forma permanente dec¨ªa: ¡°alimentar a la bestia. La bestia, en realidad, somos nosotros mismos. Nuestro otro yo. Y quien la nutre es ese yo que creemos ser. Por lo general se trata de dos personas muy diferentes. Pero cuando se acercan es magn¨ªfico¡±.