Una historia de esp¨ªas en el remo
Los responsables de la trainera de Urdaibai detectan la intrusi¨®n nocturna en sus instalaciones de un entrenador rival
La Liga Eusko Label de traineras est¨¢ en pleno fragor veraniego. Compiten 12 clubes: ocho vascos y dos gallegos; los c¨¢ntabros, en la categor¨ªa inferior, tratan de ascender para competir la pr¨®xima temporada con los mejores. Pero aunque el clima est¨¢ propiciando que la mayor¨ªa de las regatas se hayan desarrollado con las aguas en calma, hay mar de fondo despu¨¦s de que los responsables de la trainera de Urdaibai-Bermeo, que son l¨ªderes de la clasificaci¨®n por delante de Santurtzi, hayan detec...
La Liga Eusko Label de traineras est¨¢ en pleno fragor veraniego. Compiten 12 clubes: ocho vascos y dos gallegos; los c¨¢ntabros, en la categor¨ªa inferior, tratan de ascender para competir la pr¨®xima temporada con los mejores. Pero aunque el clima est¨¢ propiciando que la mayor¨ªa de las regatas se hayan desarrollado con las aguas en calma, hay mar de fondo despu¨¦s de que los responsables de la trainera de Urdaibai-Bermeo, que son l¨ªderes de la clasificaci¨®n por delante de Santurtzi, hayan detectado un caso de espionaje deportivo.
No es raro que los rivales se vigilen entre s¨ª; que traten de escudri?ar cualquier detalle t¨¦cnico que mejora el rendimiento de las dem¨¢s cuadrillas. Con las traineras en el muelle, antes de una regata o un entrenamiento, hay muchas miradas puestas en las embarcaciones, buscando cualquier innovaci¨®n dentro del reglamento. Se sacan fotograf¨ªas de manera disimulada o no tanto. Es m¨¢s complicado, en una trainera, ocultar los detalles que, por ejemplo, en un coche de F¨®rmula 1, pero todo cuenta a la hora de mejorar las prestaciones de unas embarcaciones que se han ido afinando en las ¨²ltimas d¨¦cadas, descartados hace tiempo ya los botes de madera de haya, pesados y descompensados. Ahora se fabrican de kevlar y fibra de carbono, con las mismas t¨¦cnicas que se utilizan en los fuselajes de los aviones. Una embarcaci¨®n nueva, construida en los astilleros de Amilibia, en Orio, cuesta alrededor de 35.000 euros.
El espionaje legal, lo que se puede observar sin incurrir en delito, es habitual, pero el pasado martes los responsables de Urdaibai descubrieron que algunos de sus adversarios han ido m¨¢s all¨¢. Al abrir el pabell¨®n donde guardan sus embarcaciones, descubrieron que alguien hab¨ªa penetrado en el recinto durante la noche. Encontraron una cartera en el suelo. En principio, pod¨ªa ser de alg¨²n remero, t¨¦cnico o de alg¨²n directivo del club, pero al abrirla, se dieron cuenta de que no era as¨ª: los documentos pertenec¨ªan al entrenador de uno de los rivales directos de la Bou Bizkaia de Bermeo. La alarma salt¨® de inmediato en el club. La junta gestora que lo dirige hasta las pr¨®ximas elecciones se reuni¨® para analizar la situaci¨®n. Llegaron a la conclusi¨®n de que, adem¨¢s de la intrusi¨®n, alguien del club hab¨ªa facilitado la entrada al t¨¦cnico rival, es decir, adem¨¢s de un esp¨ªa hab¨ªa un topo. El objetivo, posiblemente, era tomar las medidas exactas de la trainera que mejor est¨¢ funcionando esta temporada, tanto por dentro como por fuera. Los entrenadores, como en el caso de Jon Elortegi, responsable de Urdaibai, suelen modificar las mediciones en relaci¨®n con las caracter¨ªsticas de los remeros que vayan a tomar parte en las regatas. Todos los detalles cuentan.
El club perjudicado se tom¨® la cuesti¨®n con sangre fr¨ªa. Primero apuntaron que se hab¨ªan producido ¡°visitas nocturnas¡± al pabell¨®n; despu¨¦s comprobaron que no se hab¨ªa producido ning¨²n robo ni deterioro del material almacenado. Luego decidieron no denunciar, aunque lo pusieron en conocimiento de la entidad a la que pertenece el esp¨ªa. Ambos clubes se reunieron el mi¨¦rcoles, lo discutieron, y desde Urdaibai apuntan: ¡°Ya hemos hablado con quien ten¨ªamos que hacerlo y el asunto por nuestra parte est¨¢ zanjado¡±, as¨ª lo se?ala El Correo. No han trascendido m¨¢s datos, si los clubes implicados depurar¨¢n responsabilidades internas, o si el entrenador pillado con las manos en la masa decidir¨¢ acabar su carrera como agente secreto. Dejarse olvidada la cartera en el lugar del crimen no es el mejor aval para ser esp¨ªa.