Guillaume Martin: ¡°Sigo el consejo de Nietzsche: m¨¢s vale la victoria que la paz¡±
El tercer clasificado del Tour de Francia, escritor, fil¨®sofo y autor teatral, reflexiona en la entrevista sobre la relaci¨®n entre m¨²sculo e intelecto
A Fignon se le llamaba el intelectual porque llevaba gafas redondas de montura dorada, finita, gafas como las que usan los que se quedan sin vista de tanto leer. Guillaume Martin, quiz¨¢s no sea tan gran ciclista como el parisino que gan¨® dos Tours, pero tampoco est¨¢ tan lejos (corre su cuarto Tour de Francia, y cumplida la primera de sus tres partes, marcha tercero, el puesto de podio en el que termin¨® la reciente Dauphin¨¦; un corredor que ya pertenece a...
A Fignon se le llamaba el intelectual porque llevaba gafas redondas de montura dorada, finita, gafas como las que usan los que se quedan sin vista de tanto leer. Guillaume Martin, quiz¨¢s no sea tan gran ciclista como el parisino que gan¨® dos Tours, pero tampoco est¨¢ tan lejos (corre su cuarto Tour de Francia, y cumplida la primera de sus tres partes, marcha tercero, el puesto de podio en el que termin¨® la reciente Dauphin¨¦; un corredor que ya pertenece al grupo de los favoritos) y no necesita gafas, pero sus razones para ser considerado un intelectual parecen m¨¢s s¨®lidas, o, por lo menos, menos folcl¨®ricas, y la menor de ellas es que se entrena escuchando los debates de la radio France Culture: un m¨¢ster en filosof¨ªa (TFM: Nietzsche y el deporte), una novela publicada (S¨®crates en bicicleta) y una obra de teatro estrenada (Plat¨®n y Platoche). ¡°Mis ¨²ltimas prestaciones, tan brillantes, no cambian para nada mi manera de abordar el deporte: el objetivo ser¨¢ siempre terminar el primero. La ¨²nica diferencia es que ahora no estoy tan lejos¡±, dice Martin, l¨ªder del Cofidis, escalador menudo, normando de 27 a?os.
Pregunta. ?C¨®mo influye su condici¨®n de deportista profesional de alto nivel en su experiencia intelectual, en su comprensi¨®n del mundo?
Respuesta. El deporte es un juego. Y yo no dejo de contemplarlo como tal por muy dif¨ªcil y serio que pueda ser el ciclismo profesional. La vida misma es un juego y, en ese sentido, hay una perfecta coherencia entre la pr¨¢ctica deportiva y lo que yo llamar¨ªa mi filosof¨ªa cotidiana. ?Por qu¨¦ pedaleo? ?Por qu¨¦ soy ciclista? Porque creo que nada es nunca verdaderamente serio, que nada en la vida tiene un sentido absoluto, que ning¨²n destino ordena y comanda nuestras vidas. Nos toca a nosotros, a los humanos, darle sentido, sin pretensiones, sin darle demasiada importancia. En el deporte, al menos, la dimensi¨®n de juego est¨¢ garantizada. La m¨¢scara est¨¢ asumida.
P. ?Cree que conceptos tales como la competitividad, la necesidad siempre de ser el primero, la vida vivida en la burbuja de un equipo, la vida como un desaf¨ªo a la monta?a, a los rivales, a la naturaleza o a sus propios l¨ªmites, pueden encontrar una correlaci¨®n filos¨®fica?
R. Por supuesto. La filosof¨ªa puede estar presente por todas partes. El deporte, y sus imperativos, puede desde ese punto de vista ser contemplado como un objeto filos¨®fico. Todos los temas que evoca en su pregunta me hacen pensar inmediatamente en Nietzsche, el autor alem¨¢n que desarroll¨® los conceptos de ser sobrehumano, de retorno eterno, de voluntad de potencia¡ ?Son much¨ªsimas las nociones suyas que hacen referencia al mundo del deporte! En mi trabajo de fin de m¨¢ster de filosof¨ªa intent¨¦ mostrar en qu¨¦ la filosof¨ªa de Nietzsche estaba m¨¢s en l¨ªnea con lo que yo viv¨ªa dentro de m¨ª como deportista de alto nivel que no la ideolog¨ªa dominante actualmente en el deporte, heredada de Pierre de Coubertin, el inventor de los Juegos modernos. Este dec¨ªa: ¡°lo importante es participar¡±. Nietzsche, sin embargo, escrib¨ªa a trav¨¦s de su h¨¦roe Zaratustra, a quien no es complicado comparar con un gran escalador que se pasa el d¨ªa subiendo y bajando de su monta?a: ¡°no os aconsejo la paz, sino la victoria¡±. Y yo, en tanto que deportista, me encuentro mucho m¨¢s cerca de esta cita que de la de De Coubertin.
P. ?Cree posible, entonces, la formulaci¨®n de una especie de ciclosof¨ªa?
R. Y tanto. S¨®crates en bicicleta no deja de ser un boceto de lo que podr¨ªa ser esta ciclosof¨ªa a trav¨¦s de las aventuras de estos ciclistas fil¨®sofos que se preparan para disputar el Tour de Francia. Este truco narrativo me permite evocar la filosof¨ªa de S¨®crates, Plat¨®n, Nietzsche, Sartre¡ de una manera menos austera y distante que lo que podr¨ªa ser un tratado tradicional de filosof¨ªa. Y una ciclosof¨ªa, volviendo a lo que dec¨ªa antes, deber¨ªa insistir en la noci¨®n de juego en un sentido casi metaf¨ªsico.
P. ?Por qu¨¦ ha escrito S¨®crates en bicicleta?
R. Mi ambici¨®n fue doble. Por un lado, la de hablar de filosof¨ªa para un p¨²blico amplio, muy poco habituado a leer, el p¨²blico de los deportistas. Aqu¨ª generalizo porque conozco a numerosos lectores asiduos en el pelot¨®n ciclista. Y, por otro lado, tambi¨¦n quer¨ªa mostrar a un p¨²blico de intelectuales la riqueza del mundo del deporte y de las personas que lo habitan. Y pensando en c¨®mo reunir ambos universos se impusieron l¨®gica y r¨¢pidamente el sesgo del humor y la idea de esta fantas¨ªa ciclos¨®fica.
P. ?Sufr¨ªa de una especie de necesidad interior de expresarse intelectualmente quiz¨¢s porque el sudor de ciclista no era suficiente para decirle al mundo qui¨¦n es?
R. Sinceramente, no concibo la escritura como una liberaci¨®n, como un soplo del esp¨ªritu en medio de toda la ebullici¨®n f¨ªsica que implica la pr¨¢ctica del ciclismo. Escribo porque me gusta escribir. Es un placer, no una necesidad. Podr¨ªa pasarme la vida practicando solamente el ciclismo sin llegar a tener la sensaci¨®n de saturarme. Pero, ?por qu¨¦ iba a prohibirme escribir si ello no afecta a mi rendimiento?
P. Buscar¨¢ tambi¨¦n que los lectores encuentren entretenida la filosof¨ªa narrada como una batalla deportiva¡
R. La noci¨®n de placer es, evidentemente, primordial. Cuando estudiaba en la universidad me encontr¨¦ much¨ªsimas veces con personas que buscaban adoptar una pose de sabidur¨ªa con un discurso que solo podr¨ªan entender los iniciados. Esa no es mi definici¨®n de filosof¨ªa. Se filosofa siempre de todo y con todos. As¨ª, con esa voluntad, me ha salido este libro, m¨¢s una novela que un ensayo filos¨®fico.