Gentil Cardoso, la voz del meg¨¢fono que atraves¨® la estructura racista del f¨²tbol en Brasil
Se cumplen 50 a?os del fallecimiento del ¨²nico entrenador negro que disput¨® un torneo oficial con la selecci¨®n brasile?a, con la frustraci¨®n de no haber podido dirigir a su pa¨ªs en un Mundial
Negro y de la regi¨®n del noreste en Brasil, una de las m¨¢s castigadas del pa¨ªs, innovador y nacionalista. Esas peculiaridades, pese a ser indisociables de su car¨¢cter, se desaconsejan para encasillar a Gentil Cardoso. Se enorgullec¨ªa de sus or¨ªgenes, pero, a la vez, era propenso a las innovaciones y a los conceptos modernos. Estaba al tanto de las transformaciones de un mundo que caminaba hacia la globalizaci¨®n, pero no prescind¨ªa del patriotismo que aprendi¨® a cultivar en la Escuela Naval. Predicaba la simplicidad como principal mandamiento del f¨²tbol, pero escudri?aba las complejidades del j...
Negro y de la regi¨®n del noreste en Brasil, una de las m¨¢s castigadas del pa¨ªs, innovador y nacionalista. Esas peculiaridades, pese a ser indisociables de su car¨¢cter, se desaconsejan para encasillar a Gentil Cardoso. Se enorgullec¨ªa de sus or¨ªgenes, pero, a la vez, era propenso a las innovaciones y a los conceptos modernos. Estaba al tanto de las transformaciones de un mundo que caminaba hacia la globalizaci¨®n, pero no prescind¨ªa del patriotismo que aprendi¨® a cultivar en la Escuela Naval. Predicaba la simplicidad como principal mandamiento del f¨²tbol, pero escudri?aba las complejidades del juego para dominar a los rivales. Lo que ning¨²n contempor¨¢neo se atrev¨ªa a poner en cuesti¨®n era el hecho de que este marinero nacido en Recife se consolid¨® como un entrenador de f¨²tbol adelantado a su tiempo.
Cardoso, el oficial de la Armada retirado, tuvo que superar su frustrada trayectoria como jugador antes de hacer carrera como entrenador. Durante m¨¢s de una d¨¦cada dirigi¨® varios equipos en R¨ªo de Janeiro, en la transici¨®n del f¨²tbol aficionado a la era profesional, de la que siempre fue un entusiasta. Ante la inevitable modernizaci¨®n del balompi¨¦, se vio obligado a entender sus pormenores. Lector voraz de obras de filosof¨ªa, se inspiraba en las ense?anzas de Mahatma Gandhi para forjar su propia identidad de l¨ªder. Fue uno de los primeros entrenadores brasile?os en volcarse m¨¢s con los aspectos t¨¢cticos que con los f¨ªsicos o t¨¦cnicos, defendiendo la teor¨ªa de que los futbolistas tendr¨ªan que absorber conocimientos m¨¢s all¨¢ del deporte, con clases de fisiolog¨ªa o incluso de historia.
Estaba convencido de que los partidos se ganaban en el centro del campo. Por eso, no dud¨® en poner en pr¨¢ctica la t¨¢ctica WM, adaptada de Europa. Con dos l¨ªneas de centrocampistas y una disposici¨®n en forma de pir¨¢mide, sus equipos impon¨ªan el m¨¦todo del enxuga-rato [seca ratones], como le gustaba explicar a su manera informal y carism¨¢tica. Emulando al gato que caza a su presa, el equipo dirigido por Gentil envolv¨ªa a sus rivales, sobre todo en la medular del terreno de juego, antes de asestar el golpe final, o lo que es lo mismo: llegar a la porter¨ªa contraria aprovech¨¢ndose de los huecos que dejaba la defensa.
El entrenador lleg¨® a Fluminense, en 1945, consciente de que se trataba de la gran oportunidad de su carrera. En su presentaci¨®n solt¨® una c¨¦lebre premonici¨®n: ¡°Si me dan a Ademir y yo les dar¨¦ el campeonato¡±, exclam¨®, refiri¨¦ndose al goleador del Vasco da Gama, Ademir Menezes, al que la directiva tricolor fich¨® con prontitud. Con su conterr¨¢neo en la plantilla, convirti¨® al Flu, como conocen al equipo, en el mejor equipo ofensivo de R¨ªo de Janeiro. En la temporada, tal y como prometi¨® en su llegada, Ademir meti¨® 24 goles, uno de ellos en la final contra el Botafogo, club del que Gentil se har¨ªa cargo.
All¨ª se le recuerda por descubrir a Garrincha y haberlo llevado al primer equipo botafoguense. Gentil sigui¨® dando lecciones t¨¢cticas mediante sus famosas m¨¢ximas, por mucho que delante tuviera a uno de los mayores astros de todos los tiempos. ¡°?El que se mueve, la recibe! ?El que la pide, tiene prioridad!¡±, gritaba en los entrenamientos, usando un enorme meg¨¢fono, que se convertir¨ªa en su m¨¢s ic¨®nica herramienta de trabajo. Su car¨¢cter bonach¨®n y expansivo enmascaraba a veces la faceta intelectual de un entrenador responsable de sembrar ideas que r¨¢pidamente se plasmar¨ªan en la forma de jugar de la selecci¨®n. ¡°El f¨²tbol se juega, pero, principalmente, se piensa¡±, dec¨ªa Gentil.
A pesar de sus notables andaduras por todos los grandes clubes de R¨ªo, ten¨ªa una espina clavada porque los directivos de la Confederaci¨®n Brasile?a de Deportes (CBD, la actual CBF) no le valoraban. Consideraba que, detr¨¢s del desd¨¦n de los mandamases por su trayectoria, hab¨ªa motivaciones racistas. ¡°El racismo es un hecho que la hipocres¨ªa tapa¡±, critic¨® al comentar la elecci¨®n de Zez¨¦ Moreira como seleccionador para la Copa del Mundo de 1954. En el siguiente Mundial, nuevamente fue ninguneado, esta vez en favor de un hijo de inmigrantes italianos, vinculado al S?o Paulo. ¡°Soy negro. Prefirieron a [Vicente] Feola¡±, protestar¨ªa a?os despu¨¦s del primer t¨ªtulo mundial de Brasil.
Los directivos de la CBD nunca explicaron por qu¨¦ no contaban con ¨¦l para el puesto. La prensa deportiva de aquella ¨¦poca, por su parte, sol¨ªa darle un tratamiento racista al entrenador, especialmente cuando Gentil no se cortaba a la hora de manifestar su punto de vista de cr¨ªtico. Muchos periodistas y directivos, incluso, se refer¨ªan a ¨¦l peyorativamente como ¡°el negro hablador¡±, para reducir su imagen a un personaje folcl¨®rico. Sin embargo, en 1959, acept¨® la invitaci¨®n de la CBD para representar a la selecci¨®n al frente de un combinado de Pernambuco ¡ªdonde fue campe¨®n con los tres grandes equipos del dicho Estado (N¨¢utico, Santa Cruz y Sport)¡ª, en el Campeonato Sudamericano Extra, precursor de la Copa Am¨¦rica.
La selecci¨®n de acento pernambucano, apodada Cacareco ¡ªque en portugu¨¦s alude a algo viejo o de poco valor¡ª acab¨® la competici¨®n disputada en Ecuador en la tercera posici¨®n, con dos victorias y dos derrotas en cuatro partidos. Gentil pas¨® a la historia como el primer y ¨²nico entrenador negro en dirigir a la selecci¨®n nacional en una competici¨®n oficial. Tras ¨¦l, Ernesto Paulo ocup¨® el banquillo como interino en un amistoso, en 1991. Actualmente, la primera divisi¨®n del Campeonato Brasile?o cuenta tan solo con un entrenador negro: Jair Ventura, del Sport. La voz de Gentil Cardoso, a la que comparaban con la del abolicionista de Bah¨ªa derrotado en la campa?a presidencial de 1910, atraves¨® la estructura racista del f¨²tbol, pero no fue capaz de detonarla. ¡°Nunca llegu¨¦ a la selecci¨®n brasile?a, al igual que Ruy Barbosa nunca lleg¨® a la presidencia. Fuimos v¨ªctimas de una injusticia.¡±
Con su inseparable, marca tan singular como el meg¨¢fono, Gentil Cardoso sum¨® experiencia internacional a su curr¨ªculum al fichar por el Sporting de Lisboa por una temporada. En Portugal a¨²n sigue vivo en el recuerdo de los aficionados por haber protagonizado la mayor goleada de la historia de las competiciones europeas (un 16-1 contra el Apoel). De regreso a Brasil, y tras unas complicaciones derivadas de una operaci¨®n, falleci¨® el 8 de septiembre de 1970. Adem¨¢s del legado visionario para el mundo del f¨²tbol dej¨® los versos de un poema revelador sobre la discriminaci¨®n racial que afront¨®.
Se n?o fora o preconceito [Si no fuera por el prejuicio]
Que me coata o direito de ser livre e humano [Que me coarta el derecho de ser libre y humano]
Eu provaria, estou certo, que todo humano ¨¦ incerto [Demostrar¨ªa, estoy seguro, que todo humano es incierto]
Que todo incerto ¨¦ tirano [Que todo incierto es tirano].