La botella de agua de Bahamontes
Los periodistas tambi¨¦n ejercieron de auxiliares de los corredores, y a veces con resultado fat¨ªdico para los ciclistas
A mediados del siglo pasado, el periodismo y el ciclismo a veces se confund¨ªan entre ellos, se intercambiaban los papeles. Sucedi¨® tambi¨¦n en el f¨²tbol, donde los cronistas llegaron, incluso, a ser seleccionadores. Lo fue Jos¨¦ Mar¨ªa Mateos, que de las p¨¢ginas de La Gaceta del Norte pas¨® a dirigir a Espa?a en tres ¨¦pocas diferentes mientras segu¨ªa escribiendo; tambi¨¦n Eduardo Teus, nacido en Filipinas y fallecido de un infarto en la tribuna de prensa de San Mam¨¦s, mientras hac¨ªa sus anotaciones para el diario Ya. Fue seleccionador hasta que en 1942 una disposici¨®n de la Delegaci¨®n...
A mediados del siglo pasado, el periodismo y el ciclismo a veces se confund¨ªan entre ellos, se intercambiaban los papeles. Sucedi¨® tambi¨¦n en el f¨²tbol, donde los cronistas llegaron, incluso, a ser seleccionadores. Lo fue Jos¨¦ Mar¨ªa Mateos, que de las p¨¢ginas de La Gaceta del Norte pas¨® a dirigir a Espa?a en tres ¨¦pocas diferentes mientras segu¨ªa escribiendo; tambi¨¦n Eduardo Teus, nacido en Filipinas y fallecido de un infarto en la tribuna de prensa de San Mam¨¦s, mientras hac¨ªa sus anotaciones para el diario Ya. Fue seleccionador hasta que en 1942 una disposici¨®n de la Delegaci¨®n Nacional de Deportes declar¨® incompatibles ambos trabajos.
En el ciclismo, las l¨ªneas tambi¨¦n estaban difusas. Manuel Serd¨¢n, que de joven corri¨® en bicicleta junto a Vicente Blanco, El Cojo, que en 1910 viaj¨® desde Bilbao a Par¨ªs en bicicleta para inscribirse en el Tour, fue luego cronista en el peri¨®dico Excelsior, impulsor de la Vuelta al Pa¨ªs Vasco y presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Ciclismo. En medio, acudi¨® de comentarista para La Gaceta junto al periodista de Francisco G. de Ubieta y un ch¨®fer a seguir las andanzas espa?olas en el Tour de 1954.
En la etapa entre Puy-en-Velay y Lyon, de 194 kil¨®metros, los dos ejercieron tambi¨¦n de auxiliares de Fede Bahamontes, y lo contaron sin filtros en su cr¨®nica. ¡°Al quedarse solo Bahamontes seguido del coche de Berrendero y del nuestro, le vimos pedalear con algo de dificultad, y al adelantarnos nos dijo que quer¨ªa beber agua, y ahora viene lo bueno¡¡±, escribi¨® Ubieta en su relato de los hechos. ¡°Es muy severo el c¨®digo del Tour. Adem¨¢s, hoy tuvo Bahamontes la mala suerte de encontrarse con la torpeza de un muchachito franc¨¦s a quien rogamos que la botella que ten¨ªamos en la mano se la diese al n¨²mero 42. La botella la pidi¨® Manu [Serd¨¢n] en una casa, la puso en mis manos, y como el chico me mir¨® asustado, fue a manos de un espectador franc¨¦s que, amablemente, se ofreci¨® a d¨¢rsela al n¨²mero 42¡±.
Pese a que el reglamento lo prohib¨ªa, no dudaron en saltarse las reglas y ayudar al ciclista espa?ol: ¡°En el momento en el que yo pasaba la botella de mis manos a la del espectador, se hallaba el coche del comisario internacional a unos cien metros de nosotros. Bahamontes, que hab¨ªa visto ya la maniobra, vino enfilado hacia la orilla de la carretera donde est¨¢bamos estacionados. El comisario, desde el coche, nos dijo que eso no pod¨ªa hacerse. Bahamontes perdi¨® el agua de la botella y continu¨® su marcha¡±. Al corredor le cay¨® una multa de 2.500 francos y una penalizaci¨®n de 30 segundos. A los periodistas, que viajaban en el coche n¨²mero 117, con placa azul, una amonestaci¨®n de los jueces. A?os despu¨¦s, Ubieta y Serd¨¢n se convirtieron en enemigos para Bahamontes. El apoyo de ambos a Jes¨²s Loro?o, el rival del toledano en las carreteras, y el fervor popular les puso a los dos lados de la trinchera.
Por cierto, en la etapa en la que los jueces sancionaron a Bahamontes por la botella de Serd¨¢n y Ubieta gan¨® Jean Forestier en Lyon, su ciudad.