Ganar el Tour y perder todo el dinero del premio a los dados
Louis Trousselier, vencedor en 1905, vio esfumarse todas sus ganancias horas despu¨¦s de subir al podio
Correr el Tour a principios del siglo XX era un ejercicio feroz, inhumano. En 1904, la organizaci¨®n descalific¨® a los cuatro primeros por fraude. Al a?o siguiente, decidieron que no se correr¨ªa de noche para evitar trampas en los controles, pero la medida no sent¨® bien a muchos aficionados, que en la primera etapa sembraron la carretera con 125 kilos de clavos para provocar pinchazos a los participantes. Los responsables del Tour descubrieron d¨®nde se hab¨ªan comprado, en una ferreter¨ªa de la Rue de Fabourg du Temple en Par...
Correr el Tour a principios del siglo XX era un ejercicio feroz, inhumano. En 1904, la organizaci¨®n descalific¨® a los cuatro primeros por fraude. Al a?o siguiente, decidieron que no se correr¨ªa de noche para evitar trampas en los controles, pero la medida no sent¨® bien a muchos aficionados, que en la primera etapa sembraron la carretera con 125 kilos de clavos para provocar pinchazos a los participantes. Los responsables del Tour descubrieron d¨®nde se hab¨ªan comprado, en una ferreter¨ªa de la Rue de Fabourg du Temple en Par¨ªs, pero nunca supieron qui¨¦n lo hab¨ªa hecho.
Entre los favoritos a la victoria final figuraba Louis Trousselier, que meses antes hab¨ªa ganado la Par¨ªs-Roubaix. Era un tipo fornido, capaz de desenvolverse en todos los terrenos. Ten¨ªa un inconveniente: a sus 24 a?os estaba realizando el servicio militar en el Regimiento 101 de infanter¨ªa en Saint Cloud. Solicit¨® permiso para disputar el Tour y s¨®lo le concedieron uno de 24 horas. Despu¨¦s de ganar la primera etapa, con final en Nancy, le alargaron la licencia hasta el final de la carrera.
Entonces se disputaba el Tour dando pedales, pero tambi¨¦n, si hac¨ªa falta, a mordiscos, o empleando triqui?uelas varias. A Trousselier le acusaron de falta de deportividad por haber vaciado los tinteros en alg¨²n control en el que los ciclistas ten¨ªan que firmar durante las etapas. Otras veces, los ciclistas que iban delante romp¨ªan las minas de los l¨¢pices para que quienes llegaran despu¨¦s no pudieran rubricar su presencia.
Eran a?os en los que los corredores se buscaban la vida. Algunos, mejor que otros. Los de primera clase pod¨ªan cambiar de bicicleta cuando llegaban los puertos de monta?a; los de segunda, deb¨ªan correr todo el Tour con la misma. La organizaci¨®n las marcaba para evitar que hicieran trampas. A veces, estas cuestiones perjudicaban a los favoritos. En el Bal¨®n de Alsacia, el primer gran puerto en la historia del Tour, Henri Cornet tuvo que esperar 20 minutos a que llegara la bici de recambio con un desarrollo m¨¢s ligero, porque el coche que la llevaba tuvo una aver¨ªa. Ese d¨ªa gan¨® Pottier, que no se baj¨® ni una vez de la bicicleta, pero tuvo que retirarse dos d¨ªas despu¨¦s por una tendinitis, y Trousselier volvi¨® a colocarse como l¨ªder.
No abandonar¨ªa el primer puesto en toda la prueba. Gan¨® cuatro etapas y fue aclamado a su llegada a Par¨ªs, como vencedor del tercer Tour de la historia, en 1905. El hijo de un instructor de equitaci¨®n, cabalgando sobre una bicicleta, entraba en la gloria. Como ganador, recibi¨® 6.950 francos de premio, adem¨¢s del importe de la prima de su casa comercial y los contratos para los crit¨¦riums de pista posteriores a su victoria. En total, alrededor de 25.000 francos. Un trabajador especializado en Francia ganaba alrededor de 2.000 al a?o ese a?o.
Pero tal como lleg¨®, despu¨¦s de 11 etapas, 3.021 kil¨®metros recorridos ¨Ca 274 de media por etapa¨C, por carreteras infames, el dinero desapareci¨®. En el mismo vel¨®dromo de Buffalo donde acab¨® el Tour, el ganador se encerr¨® en un vestuario con dos camaradas. Los dados rodaron sobre una mesa de masaje durante toda la noche y parte del d¨ªa siguiente. Cuando Trousselier sali¨® del vestuario ten¨ªa telara?as en los bolsillos. Lo hab¨ªa perdido todo.