Bartomeu, dimisi¨®n con f¨®rceps
El presidente del Barcelona deja el cargo despu¨¦s de negarse a convocar el voto de censura por razones sanitarias y cierra un pol¨¦mico mandato cargando contra la Generalitat
El mandato de Josep Maria Bartomeu ha sido tan extravagante que hasta su dimisi¨®n este martes como presidente del Barcelona fue rara, por hiriente y por c¨®mo se ha dilatado pese a estar cantada, justo un d¨ªa despu¨¦s de que anunciara que no ten¨ªa motivos para dejar el Barcelona. Ha claudicado con f¨®rceps, contra su voluntad, de la misma manera que el propio Bartomeu retuvo a Leo Messi despu¨¦s de que el capit¨¢n expresara su deseo de abandonar el Camp Nou. El presidente se vence en plena pandemia despu¨¦s de ...
El mandato de Josep Maria Bartomeu ha sido tan extravagante que hasta su dimisi¨®n este martes como presidente del Barcelona fue rara, por hiriente y por c¨®mo se ha dilatado pese a estar cantada, justo un d¨ªa despu¨¦s de que anunciara que no ten¨ªa motivos para dejar el Barcelona. Ha claudicado con f¨®rceps, contra su voluntad, de la misma manera que el propio Bartomeu retuvo a Leo Messi despu¨¦s de que el capit¨¢n expresara su deseo de abandonar el Camp Nou. El presidente se vence en plena pandemia despu¨¦s de pleitear con la Generalitat, a la que acusa de ¡°lavarse las manos¡± y de tomar decisiones ¡°contradictorias e irresponsables¡±, por su actitud en la celebraci¨®n del voto de censura firmado por 19.380 socios de los 16.521 necesarios seg¨²n los estatutos del Bar?a.
El n¨²mero de avales es tan categ¨®rico que no ha sido necesario el refer¨¦ndum para provocar la salida de Bartomeu, interesado en ganar tiempo para cuadrar las cuentas y organizar un traspaso de poderes que ten¨ªa que culminar con las elecciones del 20 y 21 de marzo. Al final, el acto de votaci¨®n ha resultado innecesario porque las firmas han valido por los votos, una barrera que Bartomeu no ha podido sortear con maniobras tan cuestionables como la de denunciar una posible falsificaci¨®n de avales a la Guardia Civil.
No ha querido exponerse a ser el primer presidente de la historia del Bar?a obligado a dimitir por un voto de censura que consiguieron salvar con anterioridad Josep Llu¨ªs N¨²?ez y Joan Laporta. Ambos sometieron su obra a consideraci¨®n de los socios, nada que ver con Bartomeu, reducido a una cuesti¨®n de calendario: saber el d¨ªa en que se iba del Bar?a. El presidente se dobleg¨® cuando se sinti¨® atrapado entre los promotores del voto de censura y la Generalitat: unos se remit¨ªan a los estatutos para pedir que el refer¨¦ndum se celebrar¨¢ antes del 2 de noviembre y la administraci¨®n no advert¨ªa ning¨²n motivo sanitario ni jur¨ªdico para aplazar la votaci¨®n si ten¨ªa lugar en diferentes sedes y no solo en el Camp Nou.
El presidente se qued¨® sin campo de juego despu¨¦s de que no se le concedieran los 15 d¨ªas m¨¢s de margen que ped¨ªa por una cuesti¨®n log¨ªstica y se neg¨® a convocar la votaci¨®n por ¡°razones de salud¡±, argumento que consider¨® m¨¢s consecuente que el utilizado por el Govern, cuya postura respecto al Bar?a es, a su parecer, muy distinta a la que mantiene con el Gobierno espa?ol de Pedro S¨¢nchez. La denuncia de Bartomeu abonar¨¢ el debate sobre posibles conspiraciones pol¨ªticas para forzar su ca¨ªda mientras una gestora liderada por el presidente de la comisi¨®n econ¨®mica, Carles Tusquets, se har¨¢ cargo del club con la obligaci¨®n de convocar elecciones entre 45 y 90 d¨ªas.
Bartomeu ha vivido muchas veces en un mundo paralelo, ajeno a la realidad, desde su elecci¨®n en 2015. No ha habido caso en el que su versi¨®n de los hechos haya coincidido con la evidencia, desde el fichaje de Neymar, por el que se conden¨® al club, hasta el Bar?agate, un asunto cerrado en falso desde la junta y todav¨ªa abierto por los Mossos. Hasta seis directivos, la mayor¨ªa vinculados al ¨¢rea econ¨®mica, dimitieron por la manera en que se gestion¨® la monitorizaci¨®n de las redes sociales despu¨¦s de que se criticara a jugadores como Piqu¨¦ y Messi.
Ambos jugadores se han convertido en los azotes de Bartomeu desde que el equipo ya no puede sostener al club, que es cuando dej¨® de ganar el triplete (2015) para no conseguir ning¨²n t¨ªtulo (2020). Los cambios continuos de entrenador y de director deportivo delatan la falta de trazo en una pol¨ªtica que vivi¨® de rentas del tridente (Messi-Su¨¢rez-Neymar). Ya solo queda el 10 y a disgusto, pendiente de un contrato que acaba el 30 de junio, y tambi¨¦n de una rebaja de ingresos provocada por la necesidad de reducir la masa salarial (636 millones, el 66% del total de gastos de la temporada 2019-2020).
Bartomeu acab¨® por absorber tantas funciones despu¨¦s de la dimisi¨®n en total de hasta 10 directivos que se autoproclam¨® responsable de liderar la recuperaci¨®n del 2-8 contra el Bayern. Mont¨® una mesa para la adecuaci¨®n de salarios y ya ten¨ªa preparado el presupuesto para la asamblea aplazada y a celebrar antes del 31 de diciembre. El ¨²ltimo ejercicio arroja unas p¨¦rdidas de 97 millones y un proyecto tan ambicioso y aprobado como el Espai Bar?a est¨¢ en el limbo por el mercadeo de una junta que apost¨® por un financiador como Goldman Sachs.
Un gol en propia puerta
Bartomeu le esperan muchos fiscalizadores despu¨¦s de quedarse sin c¨®mplices por su af¨¢n de hurgar en las cuentas de los dem¨¢s desde su primera llegada al club en 2003. Acostumbrado a ser el segundo de Sandro Rosell, no ha tenido liderazgo para gobernar desde que se empe?¨® en tener un relato como presidente, m¨¢s marcado que el de Joan Gaspart, el hombre de confianza de N¨²?ez que se encontr¨® al mando del club casi sin querer, v¨ªctima de las circunstancias del Bar?a.
¡°Es un hombre normal superado por un momento de situaciones excepcionales¡±, resumi¨® un exempleado del club en referencia a Bartomeu. El modus operandi del presidente qued¨® reflejado el 1 de octubre de 2017 cuando decidi¨® que el partido Bar?a-Las Palmas se jugara a puerta cerrada, una soluci¨®n salom¨®nica porque los futbolistas pidieron que se disputara en contra del criterio de la junta, que acord¨® su suspensi¨®n por las cargas policiales que se suced¨ªan en Catalu?a.
Bartomeu ha improvisado y navegado contra corriente como se ha advertido en el calendario que mont¨® para sobrevivir: no dimit¨ªa ni adelantaba las elecciones sino que se pon¨ªa fecha de caducidad, plan que no compr¨® la oposici¨®n ni ocho grupos de seguidores barcelonistas promotores del voto de censura. No se trataba de dejar el cargo m¨¢s tarde o temprano sino de dimitir como s¨ªmbolo del fracaso de su gesti¨®n, seguramente porque todav¨ªa no ha entendido c¨®mo es posible que todo le saliera bien durante seis meses ¡ªde enero a julio de 2015¡ª y todo mal desde entonces hasta 2020.
Bartomeu ha sido v¨ªctima de su manera de proceder, de sus medias verdades, de la capacidad de enga?arse y enga?ar, driblador por excelencia a partir de su figura de persona pr¨®xima y entra?able. Ha sido un regateador por excelencia, convencido de poder marcar el gol de la victoria cuando iba camino de meterse el gol en su propia porter¨ªa: dimitir.
Anuncio sorpresa de la creaci¨®n de una Superliga europea
En la comparecencia en la que anunci¨® su dimisi¨®n como presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu realiz¨® un anuncio ins¨®lito: ¡°Ayer [por el lunes] aprobamos los requerimientos para formar parte de una Superliga europea. La decisi¨®n de jugar la competici¨®n deber¨¢ ser ratificada por la pr¨®xima asamblea¡±.
Despu¨¦s de a?os de movimientos de los grandes clubes en la trastienda, Bartomeu eleg¨ªa sus ¨²ltimos minutos en el cargo para dar naturaleza a un proyecto siempre subterr¨¢neo que cuenta con la oposici¨®n p¨²blica del presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, de muchos clubes europeos, y de los principales responsables de las ligas del viejo continente. La primera respuesta que obtuvo el inesperado anuncio fue la del presidente de LaLiga, Javier Tebas, en su cuenta de Twitter: ¡°Desafortunado Bartomeu, anunciando el ¨²ltimo d¨ªa la participaci¨®n en una competici¨®n fantasma, que ser¨ªa la ruina para el FC Barcelona y ratifica su ignorancia en la industria del futbol. Triste final de un presidente que tuvo aciertos y, ¨²ltimamente, errores¡±, escribi¨® el mandatario, que siempre ha defendido la incompatibilidad de este proyecto con la supervivencia de los campeonatos nacionales y decenas de clubes de menor tama?o.
No dio m¨¢s detalles, ni de qui¨¦n organizar¨¢ esa Superliga, ni qui¨¦n participar¨¢, ni qui¨¦n pondr¨¢ el dinero, pero asegur¨® que su decisi¨®n de que el Bar?a accediera a disputarla garantizaba ¡°la estabilidad financiera¡± del club.