?lvaro Cervera y Ronald Koeman, espejos convexos
En una ciudad festiva por naturaleza, el t¨¦cnico del C¨¢diz inici¨® un trabajo a contracorriente. Ten¨ªa que reflotar un yunque y lo hizo sin levantar castillos en el aire
Le preguntaron a ?lvaro Cervera por el plan que hab¨ªa dise?ado en la victoria sobre el Bar?a. Lejos de presumir o de erigirse en profesor de la escuela de entrenadores, el t¨¦cnico del C¨¢diz respondi¨® con sencillez y claridad: ¡°Todo el mundo sabe c¨®mo juega el Bar?a. Hicimos una defensa de balonmano y nos sali¨® bien. S¨¦ que es dif¨ªcil ped¨ªrselo a los jugadores, porque es un sacrificio enorme. A todos los futbolistas les gusta disfrutar de la pelota, pero nuestro objetivo es mantenernos en Primera con partidos as¨ª¡±.
?lvaro Cervera fue un peque?o, zurdo y habilidoso jugador. Registr¨® cuatr...
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Le preguntaron a ?lvaro Cervera por el plan que hab¨ªa dise?ado en la victoria sobre el Bar?a. Lejos de presumir o de erigirse en profesor de la escuela de entrenadores, el t¨¦cnico del C¨¢diz respondi¨® con sencillez y claridad: ¡°Todo el mundo sabe c¨®mo juega el Bar?a. Hicimos una defensa de balonmano y nos sali¨® bien. S¨¦ que es dif¨ªcil ped¨ªrselo a los jugadores, porque es un sacrificio enorme. A todos los futbolistas les gusta disfrutar de la pelota, pero nuestro objetivo es mantenernos en Primera con partidos as¨ª¡±.
?lvaro Cervera fue un peque?o, zurdo y habilidoso jugador. Registr¨® cuatro intervenciones en la selecci¨®n espa?ola y se acredit¨® como un caracter¨ªstico en Primera Divisi¨®n, en el Racing, Mallorca y Valencia. En lo suyo era muy competente. Con 54 a?os, acaba de empezar su trayectoria en la m¨¢xima categor¨ªa, despu¨¦s de un largo recorrido por las dos segundas divisiones, peralte arriesgado, sin ninguna exposici¨®n medi¨¢tica.
Hace cuatro a?os, le reclam¨® el C¨¢diz para dirigir al equipo, sometido a una larga racha de decepciones. En una ciudad festiva por naturaleza, es natural que sus ¨ªdolos sean M¨¢gico Gonz¨¢lez y Kiko, dos imaginativos desbordantes. De alguna manera, ?lvaro acometi¨® su trabajo contra corriente. Como jugador hubiera cuadrado al mil¨ªmetro en aquel C¨¢diz de los a?os 80. Como entrenador, ten¨ªa que reflotar un yunque. Lo hizo sin levantar castillos en el aire, con pocos recursos y un equipo firme, solidario y terrenal.
El C¨¢diz ha derrotado al Madrid en Valdebebas, al Bar?a en Carranza y al Athletic en San Mam¨¦s con nueve jugadores durante un largo trecho del encuentro. De una tacada ha logrado un precioso hat-trick: vencer en la primera vuelta a los tres equipos que jam¨¢s han descendido. En los tres casos, o en el empate con el Villarreal, el C¨¢diz se refugi¨® defensivamente, apenas permiti¨® ocasiones de gol y aprovech¨® las suyas con ojo de lince.
Sobre su fiabilidad defensiva, construida con jugadores atentos, un portero algo exc¨¦ntrico, pero de considerable personalidad, centrales cabeceadores, centrocampistas laboriosos y delanteros r¨¢pidos, el C¨¢diz est¨¢ adelantando todos los plazos para sujetarse en la Primera Divisi¨®n. Es quinto, con 18 puntos en 12 partidos. Est¨¢ cerca del 45% de los puntos que se suelen requerirse para seguir en la categor¨ªa.
Ronald Koeman es una leyenda del Bar?a, raz¨®n principal de su regreso al club en el c¨¦nit de una crisis explosiva. Adquiri¨® como jugador un cierto derecho que no es com¨²n en el f¨²tbol: el margen de respetabilidad. En enero de este a?o, el Bar?a despidi¨® a Ernesto Valverde, ganador de las dos Ligas anteriores. El equipo era l¨ªder en el momento de su destituci¨®n. El Bar?a de Koeman se encuentra a 12 puntos del Atl¨¦tico de Madrid, ha perdido cuatro partidos y s¨®lo ha conseguido el 50% de los puntos en los 10 partidos que ha disputado.
Asolado econ¨®micamente, en pleno proceso electoral, sin p¨²blico en el Camp Nou, el futuro de Leo Messi en una nebulosa, el fracaso en el gasto de fichajes ¡ª1.000 millones en los ¨²ltimos cinco a?os¡ª y una reconstrucci¨®n donde solo dos adolescentes ¡ªAnsu Fati y Pedri¡ª invitan al optimismo, el Bar?a ha asumido que es tiempo de zozobra y no de grandes expectativas. El entorno lo asume.
Koeman est¨¢ liberado de las angustias que arrollaron a sus predecesores. No se le discute, o no figura por ahora en el ¨ªndice de sospechosos habituales. Es una muestra de cordura que Koeman tambi¨¦n necesita alimentar. En C¨¢diz, el Bar?a mantuvo las tendencias suicidas que le caracterizan actualmente, pero a Koeman le faltaron reflejos antes y durante el partido. Pareci¨® que ?lvaro Cervera conoc¨ªa perfectamente al Bar?a y que Koeman desconoc¨ªa el plan del C¨¢diz.