Zidane asume el desgastante discurso del Real Madrid
Las palabras del entrenador franc¨¦s se ajustan como un guante a la narrativa que el club emplea con la Liga nacional, con un objetivo al fondo: la Superliga europea
Zinedine Zidane suele referirse a los avatares del f¨²tbol con un comentario de cuatro palabras: ¡°Es lo que hay¡±. Lo dice con la resignaci¨®n que le dicta su experiencia como futbolista y entrenador. Ha visto todo y ha pasado por todo. Rara vez expresa un lamento y mucho menos una queja. Zidane se ha ganado fama de estoico. Es, sin duda, un entrenador que inspira credibilidad. No la mereci¨® despu¨¦s del empate con Osasuna.
Sorprendieron por ¨¢speras y quejosas sus respuestas a Ricardo Sierra, el periodista de Movistar+...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Zinedine Zidane suele referirse a los avatares del f¨²tbol con un comentario de cuatro palabras: ¡°Es lo que hay¡±. Lo dice con la resignaci¨®n que le dicta su experiencia como futbolista y entrenador. Ha visto todo y ha pasado por todo. Rara vez expresa un lamento y mucho menos una queja. Zidane se ha ganado fama de estoico. Es, sin duda, un entrenador que inspira credibilidad. No la mereci¨® despu¨¦s del empate con Osasuna.
Sorprendieron por ¨¢speras y quejosas sus respuestas a Ricardo Sierra, el periodista de Movistar+ que le entrevist¨® minutos despu¨¦s de terminar el partido. Sorprendi¨® tanto Zidane que parec¨ªa otro, tanto por el tono como por el contenido del discurso. En s¨ªntesis, afirm¨® que no se hab¨ªa jugado al f¨²tbol, que las condiciones del campo exig¨ªan la cancelaci¨®n del encuentro y que el viaje del equipo a Navarra hab¨ªa sido tan inadecuado como lastimoso para los jugadores del Real Madrid.
Zidane no dud¨® en cuestionar el rigor de LaLiga. No habl¨® de incompetencia en la organizaci¨®n, pero traslad¨® esa idea a la audiencia. Se incorpor¨® de un plumazo al desgarro victimista que caracteriza al Real Madrid en los ¨²ltimos a?os, en las ant¨ªpodas de su vieja divisa: orgullo y abnegaci¨®n.
No result¨® cre¨ªble ni el tono, ni el discurso. Sin duda le contrari¨® el empate con Osasuna, resultado que complica la persecuci¨®n del Atl¨¦tico y la conquista del t¨ªtulo. En cuanto al partido, se disput¨® en unas condiciones m¨¢s que razonables, sin brusquedad adem¨¢s: Osasuna cometi¨® nueve faltas; el Madrid, tres. El marcador y el mal juego invitaron a la frustraci¨®n de Zidane, pero no a su irritada deriva.
Zidane sabe muy bien que el partido de Pamplona no se sali¨®, ni de lejos, de los m¨¢rgenes del f¨²tbol, tan amplios que han permitido, lamentablemente en ocasiones, partidos con cad¨¢veres alrededor del campo (Heysel, 1985), en la nieve y sobre el hielo, con barro hasta los tobillos o en situaciones de m¨¢xima alerta: el Real Madrid jug¨® en el Ol¨ªmpico de Roma cinco horas despu¨¦s del atentado de Nueva York y Washington en 2001 o en el Bernab¨¦u frente al Zaragoza, tres d¨ªas despu¨¦s de la matanza de Atocha en marzo de 2004, con 70.000 espectadores en el estadio y la naci¨®n horrorizada.
Esta Liga se juega en condiciones de tan extrema dificultad que cuesta creer su disputa. Sometida a una barrida que, seg¨²n cifras oficiales, ha registrado la muerte de 52.000 personas, el contagio por covid-19 de dos millones de personas y el destrozo de la econom¨ªa, Espa?a ha asistido a la finalizaci¨®n de la Liga 2019-20 y a la mitad del campeonato actual.
Los partidos empezaron a jugarse tres meses despu¨¦s del confinamiento total de la poblaci¨®n. Los equipos se han desplazado entre comunidades y ciudades que han estado cerradas a la gente despu¨¦s del verano. Han viajado a pa¨ªses en situaci¨®n tan cr¨ªtica como la espa?ola. Han competido en las extremas temperaturas de verano y en las g¨¦lidas actuales. Y, por sorprendente que parezca en unas condiciones nunca vistas, ning¨²n partido se ha anulado por causa de la covid.
La Liga de F¨²tbol Profesional (LFP), que agrupa a todos los clubes de Primera y Segunda Divisi¨®n A, se empe?¨® en una apuesta de enorme riesgo y su ¨¦xito es tan rese?able como imprevisto. En medio del tornado que nos azota desde hace meses, la Liga espa?ola funciona con eficacia y sin titubeos. En t¨¦rminos de fastidio, queja y conflicto, el partido de Pamplona ser¨ªa irrelevante. El discurso de Zidane se entiende mejor desde la perspectiva institucional que desde el ¨¢mbito deportivo. Se ajusta como un guante a la narrativa de desgaste que el Real Madrid emplea con la Liga nacional, con un objetivo al fondo: la Superliga europea.