Riqui Puig, el pijo de La Masia
A pesar de ser estigmatizado por su origen y sus gustos, el volante catal¨¢n est¨¢ dispuesto a triunfar en el Bar?a con su f¨²tbol exquisito y su car¨¢cter desacomplejado
Riqui Puig viste Gucci y naci¨® hace 21 a?os en Matadepera, el municipio m¨¢s rico de Espa?a si se atiende a los datos de la Agencia Tributaria de 2018 ¡ªla renta bruta pas¨® en un a?o de 55.579 euros a 218.788¡ª. Un pijo que huele a colonia y no a sudor, como ocurre con los que todav¨ªa llevan calzoncillos, siempre bien valorados por la viril cuadrilla de muchos vestuarios de LaLiga. No tiene el relato de supervivencia de Ansu Fati y su familia, llegados...
Riqui Puig viste Gucci y naci¨® hace 21 a?os en Matadepera, el municipio m¨¢s rico de Espa?a si se atiende a los datos de la Agencia Tributaria de 2018 ¡ªla renta bruta pas¨® en un a?o de 55.579 euros a 218.788¡ª. Un pijo que huele a colonia y no a sudor, como ocurre con los que todav¨ªa llevan calzoncillos, siempre bien valorados por la viril cuadrilla de muchos vestuarios de LaLiga. No tiene el relato de supervivencia de Ansu Fati y su familia, llegados de Herrera (Sevilla), procedentes de Guinea Bissau, ni su vida ha sido tampoco tan ¨¢spera y humilde como la de Pedri en Tegueste (Tenerife). Vive bien, juega mejor, tiene padrinos en la prensa y se resiste a que le digan que por ser feliz no puede ser futbolista del Bar?a.
?Acaso Puyol no triunf¨® en el Camp Nou despu¨¦s de que descartara viajar a M¨¢laga? Tambi¨¦n Xavi se neg¨® a la rendici¨®n y a aceptar una oferta del Milan cuando se le advert¨ªa de que jam¨¢s podr¨ªa sustituir a Guardiola. Iniesta pas¨® las de Ca¨ªn en el Barcelona, suplente hasta el descanso en la final de Par¨ªs 2006, antes de optar al Bal¨®n de Oro de 2010. Y muy pocos se acuerdan de Chapi Ferrer, que necesit¨® pasar por Tenerife antes de alcanzar la titularidad en el Bar?a. A diferencia de Ale?¨¤, cedido al Getafe, Riqui se ha resistido a dejar el equipo azulgrana en el mercado de invierno como le recomendaba Koeman.
El volante catal¨¢n se empe?a en desmentir a quienes denuncian que los j¨®venes de hoy en d¨ªa empiezan la carrera por el final y no por el principio, demasiado acomodados, figuras antes de ser futbolistas, agrandados por un supuesto clamor popular que les utiliza para medir el grado de las convicciones de los entrenadores m¨¢s firmes del Bar?a. Van Gaal, y tambi¨¦n Cruyff, tuvieron que convivir con la presi¨®n de un fen¨®meno llamado Lo Pelat, el sobrenombre con el que se conoc¨ªa a Iv¨¢n de la Pe?a. Y Guardiola tampoco acab¨® de la mejor manera posible con un joven muy querido de nombre Bojan. A Koeman le toca ahora gestionar a Riqui.
El canterano asume que no ser¨¢ titular y entiende que hay mucha competencia en un centro del campo en el que su cabida era pr¨¢cticamente imposible cuando el equipo se desplegaba en un doble pivote: 4-2-3-1. El plan ha cambiado ¨²ltimamente y los interiores vuelven a tener protagonismo con el 4-3-3 que el t¨¦cnico ha recuperado en consonancia con el solfeo de La Masia. Tiene la sensaci¨®n de que puede jugar alg¨²n partido y si no disputar muchos momentos y en ¨²ltima instancia ser protagonista de jugadas o de acciones como el quinto penalti que tir¨® por decisi¨®n propia ante la Real Sociedad, transform¨® sin pesta?ear y clasific¨® al Barcelona para la final de la Supercopa.
Marc¨® Riqui y sus compa?eros se colgaron del prodigioso cuerpo de Ter Stegen, h¨¦roe del partido despu¨¦s de detener dos tiros desde los 11 metros y destemplar a Willian Jos¨¦. Nadie pareci¨® reparar en Riqui y, sin embargo, tampoco nadie pudo contener la alegr¨ªa del chico por el gol, el primero que marca como jugador del FC Barcelona. Ha jugado este curso solo siete partidos, ninguno de inicio, 124 minutos en total, en la l¨ªnea de las ¨²ltimas temporadas con la plantilla del Camp Nou. Los n¨²meros concluyen que suma 894 minutos, 192 con Valverde, 578 con Seti¨¦n y 124 con Koeman.
Riqui necesita tener m¨¢s continuidad, ser m¨¢s protagonista, no ser un jugador complementario como ocurre en el Bar?a. El futbolista, sin embargo, no se impacienta sino que aguarda y cuando se le concede campo, como ocurri¨® en C¨®rdoba, se suelta y se convierte en un personaje tan irreverente para sus cr¨ªticos como elogioso para sus devotos, que son muchos, especialmente en La Masia.
El soporte de la cantera
No hay jugadores m¨¢s fiables y comprometidos como los de la cantera en situaciones de crisis deportiva y econ¨®mica como la que acosa el Bar?a. Alcanza con advertir el papel adquirido por ejemplo con Mingueza y Ara¨²jo. Los j¨®venes de La Masia est¨¢n acostumbrados a aguardar y tambi¨¦n a aprovechar la oportunidad cuando se les concede en el Camp Nou. ¡°No voy a tirar la toalla¡±, resopl¨® Riqui, sonriente y dicharachero ante la televisi¨®n despu¨¦s del triunfo del Bar?a.
Las c¨¢maras buscaban a Riqui y Riqui busc¨® a los c¨¢maras despu¨¦s de que todos elogiaran a Ter Stegen. El lanzamiento del volante azulgrana no fue un tiro cualquiera sino que de alguna manera reafirm¨® su fe en que le llegar¨¢ el momento de la consagraci¨®n en el Bar?a. Y es que la popularidad de Riqui se dio despu¨¦s de que fallara Griezmann. No atin¨® el franc¨¦s y su error propici¨® el acierto y ¨¦xito de Riqui.
No fue una acci¨®n banal sino que expres¨® el car¨¢cter y el ingenio, y tambi¨¦n la determinaci¨®n y confianza, del ni?o bien que compite con celebridades y jornaleros en el vestuario del Camp Nou. A fin de cuentas, Riqui Puig est¨¢ acostumbrado a evitar molinos de viento con su cuerpo liviano de 1,69 metros y 56 kilos, nada nuevo en cualquier caso para los s¨ªmbolos de La Masia. As¨ª ha sido siempre en el Bar?a. Los j¨®venes precisan de personalidad, talento, criterio para entender el juego y desafiar las normas y los c¨®digos habituales del f¨²tbol, siempre esc¨¦pticos con tipos pluma y de cuna noble, como Riqui Puig.
A valiente y desacomplejado pocos ganan al pijo de Matadepera, que no tiene m¨¢s relato para triunfar en el f¨²tbol que instantes como el de C¨®rdoba.